La tarde de julio
medio mojada de lluvia,
medio pintada de azul,
del vidrio al horizonte
todo es claridad serena.
En medio,
la cama desordenada,
el calor de tu piel,
la resaca del amor
y una placidez arraigada.
Más allá de la ventana
la lluvia fina,
un soplo de viento,
el paso de las aves
y el mundo extraño.
Aquí, solos tú y yo.
María Dubón
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