Quédate en el antes y el después de mis sueños,
ahondame la vida con la punta de tus dedos,
ven un tanto a ser de mi desde tu mar a mi arena,
voy un poco a ser de ti en abriles sin condena
Acaso una pizca de miedo nos asalte,
y se nos caiga el cielo desde los parpados,
acaso el tibio corazón se refugie en excusas,
y se vacíe la prudencia en paisajes de sal
Pero aún así, quédate a germinar un milagro,
a rescatar mis labios de este lóbrego invierno,
y que la noche amarre nuestras sombras descalzas,
y nos abanique con capullos de rumores
Un tanto no será demasiado,
amémonos mientras llega el alba,
temo ahora a sus reflejos con sus esteros de soledades,
y a olvidar la suavidad de tus jugosos labios...
Paloma G. Castellanos
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