bajo las nubes escucho tu voz,
titánica y rosada.
pisas mil lirios puestos
a tus pies,
en este cielo
poderosamente humano.
desnudas la mirada de
música,
y escondes un lento
porvenir
a cien pájaros
primitivos.
cruel. viva. sin flor.
ión amoroso
que en lenta gala gime
con voz enorme.
león puro,
orgasmo
del corazón: la virgen
está en llamas.
¿quién puede esconderse
todavía?
Víctor Susin
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