El tiempo perdido es sólo el principio del tiempo que nos queda.
Pregúntale al perro que encadenado ladra por qué ladra.
Vivir es una ofensa como la piedra es la frustración del excremento.
Pregunta si no al perro que araña inútilmente sus patas.
La tontería empieza con un muñeco,
un muñeco desnudo y sin cabeza que una niña cubre con su excremento.
Pregúntale al perro por qué yace ahí ahorcado.
Francisco Javier Sanz
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