Por la mañana los cocodrilos acuden a funerales
con gafas de membrillo;
con ámbar y sol acuden por la mañana.
Por la tarde los babuinos presentan sus escritos
e insatisfechos por el acto vuelven a mostrar,
como en un acto de sumisión, sus rosadas posaderas.
Se golpean en los callos con estilográficas fosforito
y se firman en la espalda:
Te amaré por siempre ¡Oh, gran jefe de los simios!
Francisco Javier Sanz
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