¿Sentís el olor a rancio
de los presentadores de plástico
que flotan en vuestra retina
un día más?
¿Y la pandemia comunicativa
a la que nos abalanzan?
¿Miráis con el ojo lavado
la decadencia infinita
que nos depara
esta reflexión?
¿Podéis decir la palabra libertad
sin sentir el holocausto en vuestros vientres
del dolor agudo embrutecido de hogar?
¿Es así, como se llega al delirio?
¿Es así, como se pierde la cabeza?
¿Es así, como se acepta esta fractura
en el espacio íntimo irreversible
qué ya no ha de volver?
Ferran Garrigues
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