Recuerdo del amor
esas cosas simples,
la forma en que invadías
mi lado de la cama,
tu nariz hundiéndose en mi pelo,
el desorden del cuarto,
las prisas de las siete,
un beso - quédate más - no puedo.
La casa sin cerrojos,
el punto exacto del vino.
La dimensión de tu tiempo,
sus latidos.
Todas las palabras,
todas las preguntas,
todos los intentos.
Y luego un frío tenaz,
más persistente que el olvido.
Martina Brisac
1 comentario:
Crudo y real,así es el sentir del que ama con la sangre y el misterio de ese sentimiento tan egoísta y posesivo.
Publicar un comentario