domingo, 31 de julio de 2016
Ven
Ven,
paséate esta noche por el borde
de mis labios.
Ven,
desátame esta noche los sentidos.
Ven,
átame esta noche a tu voluntad.
Ven,
toma de mis labios este fruto
prohibido.
Ven,
ven y estállame dentro.
No te dejes ni una gota
de tu pasión.
Eva García Madueño
Eva García Madueño
sábado, 30 de julio de 2016
Te
Te repites
te dices y te desdices
rompes,
mientes,
destruyes,
permaneces en silencio.
Huyes del pasado,
y el pasado te persigue.
Repites lo pasado,
porque el pasado eres tú.
Vives en un círculo infinito de mentiras
del que no puedes salir.
Encerrado en tu mundo,
sumido en tu oscuridad.
No puedes escapar de ti mismo.
No hay ventanas abiertas,
que alumbren tu soledad.
Eva García Madueño
<`/>
viernes, 29 de julio de 2016
No es más azul el cielo
No es más azul el cielo
cuando las nubes se van
y me despejan las dudas.
No es más azul el mar
cuando el cielo -que da
color a su alma- se desnuda
y la luz que se refleja sobre su pecho,
le avisa de que la oscuridad
se acerca.
No es más oscura la noche
cuando tu luz ha dejado
de cegarme, cuando
la oscuridad me cubre
y me aleja de ti.
No es más oscura, no,
las estrellas continúan
iluminándome el cielo.
Y en mi camino estaré
cuando me quieras querer.
Eva García Madueño
<`/>
jueves, 28 de julio de 2016
Me quedaré en otoño
Me quedaré en otoño.
Ya lo he decidido.
Guardaré sus hojas doradas en mi bolsillo,
romperé el calendario, apagaré el mundo.
Acondicionaré mi cueva para que no entre el frío.
Y dormiré desnuda,
cubierta sólo por el deseo de sol,
por la quietud que anida mi corazón.
Cerraré los ojos y esperaré…
la primera golondrina,
la primera flor…
…entonces diré adiós al otoño
y me lanzaré en los brazos de la primavera.
Mientras, el señor invierno,
pasará de largo con sus cabellos plateados,
con sus fiestas y regalos.
Pasará…
…y sólo entonces volveré a despertar.
Eva García Madueño
miércoles, 27 de julio de 2016
Me gusta
Me gusta sentir la savia de tu voz
cuando arrancas las palabras del papel,
cuando arrancas el alma de tu piel.
Me gusta oír las pulsaciones de tu pecho,
observar el sonido de tus versos,
abrazar la vibración que se desprende de ti,
entender que -en ese momento- el mundo
ha dejado de existir.
Me gusta contemplar cómo se te
enciende el alma,
me gusta asistir al incendio de tu mirada
…cuando recitas.
Eva García Madueño
Me gusta oír las pulsaciones de tu pecho,
observar el sonido de tus versos,
abrazar la vibración que se desprende de ti,
entender que -en ese momento- el mundo
ha dejado de existir.
Me gusta contemplar cómo se te
enciende el alma,
me gusta asistir al incendio de tu mirada
…cuando recitas.
Eva García Madueño
martes, 26 de julio de 2016
Hoy brindaré por ti
Hoy brindaré por ti,
por tus dedos -como peces-
navegando entre mis muslos.
Tus labios descubriendo
cada pliegue de mi piel,
empapando mis lunares,
desatando mi locura.
Tu lengua rodeando los círculos
de mi orografía,
propagando sobre las cimas
su vibración.
Mis trémulos senos contenidos
entre tus manos...
abrázame fuerte, amor,
que hoy brindaré por ti,
beberé de nuestras promesas
y ocultaré esta furia que -a veces-
me domina.
Y guardaré -bajo llave- unos besos,
fragancias y recuerdos
para alimentarme de ellos
cuando ya no estés.
Eva García Madueño
lunes, 25 de julio de 2016
A la deriva
A la deriva.
Siénteme pequeña y ligera,
a la deriva,
sin apenas dormir,
sin equipaje.
Siente el temblor de mi piel,
acaríciame.
Busca mi reflejo en tu pupila,
reconóceme.
He surcado tantos mares
a la deriva.
Ven,
abrázame ahora,
hazme entrar en calor,
surca mi piel con tus manos,
no me dejes seguir
a la deriva.
Eva García Madueño
domingo, 24 de julio de 2016
LAS AGUJAS DEL RELOJ RONDAN LAS CINCO
Llueve sobre Madrid
y en cada nota
filtros del sol de otoño
se han fugado del Atlántico.
Las agujas del reloj rondan las cinco
y una calma callada
de tarde de fiesta
se extiende hasta la montaña.
Y tú,
en ese continente en el que estás,
donde los sueños han contado
todas sus horas del revés
con tormentas torrenciales
y aires cálidos
¿Te acordarás de mí?
Mas si espero
tú vendrás
Y luego,
cuando vuelvas,
-húmeda huella del viento-
saltarás sobre la miel
que encharca los caminos.
Y veré amanecer.
Isabel Delgado
sábado, 23 de julio de 2016
ÁNGELES SONÁMBULOS
Ángeles sonámbulos vuelan sobre las montañas
ebrios de verdades que buscan respuestas.
Sólo un alma repleta de preguntas
lame sus heridas frente a su cristal.
Y espera.
Tal vez algún día…
Suenan las campanas que transforman la vega.
Notas verdes caen sobre un viento pálido.
Signos que interrogan hacen su nido en mí.
Han comprendido mi nombre.
Se han instalado en mi esencia.
Mas evitaron que mis pies resbalasen con la lluvia
pues escucharon la alarma del frío amanecer.
Y en el silencio,
brota la poesía desde tantos huecos,
desde las carencias.
Y siempre, siempre,
desde ese fuego
que nos dejan las palabras
abiertas y perdidas
por el dolor
de no saber.
Tal vez algún día…
Isabel Delgado
viernes, 22 de julio de 2016
EL SOL DE INVIERNO
Tarde
se transformó el sol en ola
para no dañar tu piel
tanto tiempo utilizada
y deshojada por el viento.
El sol
se desnudó de su fuerza
y ha caminado descalzo hacia tu calma
enredado entre ríos,
casi tímido.
Por ti
se ha convertido ya en agua
y hoy pretende, tan sólo,
acariciar.
Isabel Delgado
jueves, 21 de julio de 2016
EN CADA GRANO DE LUZ
Se ha dormido.
Pero consciente de la luna
de perfil que inquieta.
Del lenguaje de los pájaros,
sin rincones ni secretos,
tras esa aurora que asciende
los escalones
del nuevo día.
De cada grano de luz.
Del avance de los ruidos
por las galeras de vida
tras las cortinas selladas.
De tu extraña presencia.
De tu ausencia.
De la extraña presencia de tu ausencia.
Isabel Delgado
miércoles, 20 de julio de 2016
POEMA PARA CERRAR UN RECUERDO
Todo acabó en cinco constelaciones.
Un adagio fundía en las entrañas
el rayo del recuerdo que llega a todas partes.
Él leía a Walt Whitman
y buscaba la magia de cambiar por azul
el simple desencanto.
Todo acabó en lugares perdidos,
en fusas,
semifusas,
signos interrogantes.
Un cataclismo de cielos,
una tormenta de miedos,
un incendio en mil colores,
de hielo,
menta
y añil.
Luego,
el vacío,
la ausencia.
Nada.
Sencillamente,
todo acabó.
y buscaba la magia de cambiar por azul
el simple desencanto.
Todo acabó en lugares perdidos,
en fusas,
semifusas,
signos interrogantes.
Un cataclismo de cielos,
una tormenta de miedos,
un incendio en mil colores,
de hielo,
menta
y añil.
Luego,
el vacío,
la ausencia.
Nada.
Sencillamente,
todo acabó.
Isabel Delgado
martes, 19 de julio de 2016
HILOS ROJOS
Pasa el tiempo y necesito saber
cuántas veces han caído los sueños
sobre las nubes quebradas
que forman espumas de bordados silencios.
Hoy la tarde se deshace en hilos rojos
y no sé lo que me espera,
pero no perderé la memoria del ayer
ni miraré por debajo de la ausencia.
Para seguir,
recogeré finas hebras de paz
que quedarán cosidas sobre la verdad
con cada acorde del camino en que me encuentro.
Isabel Delgado
lunes, 18 de julio de 2016
EL DESTINO
Él era el guardián de la historia.
Salió de la memoria de las hojas caídas.
Caminaba hacia el sur, hacia el agua.
Recogiendo reflejos, susurros...
Le recuerdo callado, invitándole al viento
a tocar las campanas que limitan los siglos.
Deshojando las noches
en su voz, por su voz, con su voz.
Y ahora,
que el tiempo sigue oculto a mis palabras,
a mis manos, a mis ojos, a mi piel,
a la luz del mediodía que nunca fue rocío,
yo sé que en el azul tampoco habrá respuesta,
ni caminos,
ni sonidos.
Silencios del cristal del mundo.
Silencios...
que el tiempo sigue oculto a mis palabras,
a mis manos, a mis ojos, a mi piel,
a la luz del mediodía que nunca fue rocío,
yo sé que en el azul tampoco habrá respuesta,
ni caminos,
ni sonidos.
Silencios del cristal del mundo.
Silencios...
domingo, 17 de julio de 2016
Enlace a sitios porno gratuitos
Iba a ser un vermut,
ya sabes,
dejar que las aguas del sábado
bajaran sigilosas
siguiendo sin estridencias su cauce
hasta desembocar en la originalidad
de un domingo sin resaca
y de parques llenos de niños jugando.
Pero se ha complicado el mediodía
y el sol ha tejido una trampa
escupiendo al tedio de mis brazos
y esculpiendo aristas
con excusas de mal perdedor.
Llegados a según que punto
resulta fácil extraviarse
alojando una sonrisa radiante
en las chicas extranjeras
de piel blanca
que risueñas y alegres
pasean por delante de uno,
con esos ojos claros
como la primavera
cuando viene a robarle
las horas a la noche,
y obtener el premio de consolación
de una sonrisa devuelta
puede que forzada,
que volver al presente con pasado
que es mi futuro.
Iba a ser un vermut,
ya sabes,
pero la hora del café
no es más que un pacharán con hielo
buscando un número de teléfono
y la derrota asomando entre las calles
que empiezan a estrecharse.
Entonces,
cuando te das cuenta
ya caminas sobre arenas movedizas
y el cielo es negro
como una cama deshecha
sin nadie a tu lado.
Es en ese puto instante
traidor, ruin y altanero
cuando la caligrafía insulsa
de todas las mentiras
que una vez fueron verdad,
alinean sus pasos junto a los tuyos
y asimilas áspero y cejijunto
la hazaña de transitar Nou de la Rambla
para entrar en La 2
y con un mucho de suerte
fingir con ella un encuentro fortuito.
Lúcido aún
para saber a ciencia cierta
que es eso
o terminar en casa
buscando enlaces a sitios porno gratuitos.
José Liñán
sábado, 16 de julio de 2016
El cordón umbilical
No conozco el olor de la muerte
pero ebrio me hallé
tantos días
del verano de la vida,
que por los suspiros que escapan
por cada uno de mis poros
puedes verme.
Desnudo.
Frágil.
Como soy.
En pie erguido
para anunciarte
que abdico en la droga más dañina,
la de echarte de menos.
Que el escalofrío me posee
al notar como agujas en mi piel,
el vacío en tu lado de la cama.
Que ahora mismo
eres el cordón umbilical
que me une a la vida.
José Liñán
viernes, 15 de julio de 2016
Los replicantes
Miradas de barro
que apenas se sostenían.
Brazos transparentes
incapaces de entrelazarse.
No conducía a ninguna parte
esa actitud permanente
de bandera ondeando a media asta.
De cuarto de baño sin alicatar.
Siempre se firma un pacto de no agresión
para comenzar a derribarlo todo
e intentar escaparse
de ésa ciénaga que algunos llaman memoria.
Fuimos nuestro mayo del 68,
una primavera que no se iba a acabar nunca.
Fuimos elegidos
para practicar el hedonismo con mileurista precisión.
Tuvimos todo un sistema financiero
dispuesto en su momento
a garantizar nuestra existencia de cartón-piedra.
Fuimos todos y cada uno de los golpes
que derribaron el muro de Berlín.
Y el este,
y el oeste,
y un solo norte
donde encontrar nuestro sur.
Fuimos Dioses griegos.
Fuimos arrogantes
insolentes e inconscientes.
Y ahora que el reproche
no es más que un autobús
circulando por carreteras secundarias,
solo nos queda fingir sonrisas,
acariciar los recuerdos
como si fueran el más preciado
páramo de la nada
y envejecer distantes
entre nosotros.
José Liñán
jueves, 14 de julio de 2016
El peor amante del mundo
Puede que sea de los peores
amantes del mundo.
Pero me esfuerzo,
te juro que me esfuerzo.
Puedes verlo
en mi sentimiento crónico,
en mis manos afiladas.
Sentirlo incluso
cuando venero
las erráticas curvas
por donde despeño
mis primaveras.
De verdad
que me esfuerzo.
Y es por ello que no abro la puerta,
al gélido futuro
que a veces me busca.
Y es por eso,
que intento aprender
e imagino nuevas estructuras
en las comisuras
de todos tus labios.
Y me codeo con quien sea
por defender
a capa y espada,
en el sosiego del verbo adormecido
y en el vértigo del gesto gratuito,
que amarte,
es mi único ejercicio
de responsabilidad posible.
José Liñán
miércoles, 13 de julio de 2016
Tour del Porvenir
Trazando líneas
que cruzaban desde el Raval
hasta el Gótico.
En una carrera prodigiosa
que terminaba siempre tarde.
Así nos encontraba el sol,
como un remate a gol
al palo largo.
Allí donde los porteros
solo encuentran miseria.
Desbordados
por esa finta sin balón
que es Barcelona,
nos hallamos
unos años más viejos.
En los bolsillos de nuestra memoria
se acumulan intactos
los garitos que nos han ido cerrando.
Aquellos en los cuales para entrar
solo nos pedían talento.
A cambio,
despachos de abogados
e hipotecas.
Y a manos llenas
la crudeza de saber
que no hay cementerio más tirano
que aquel donde yacen
los besos que nunca dimos.
José Liñán
martes, 12 de julio de 2016
Circunspecto blues
Ya no parece que se folle por estas calles,
o al menos eso deduzco
entre el reflejo de luces halógenas
que ha terminado violando la oscuridad
de los recónditos recovecos
donde yo,
con torpeza y ansiedad,
aprendí a amar.
Todo éste mobiliario urbano de diseño
como navaja al cuello de nuestra inocencia.
Todo está lleno de Mercadonas.
Todas estas formas y volúmenes
cuya única finalidad
parece ser confundirme.
Ya no parece que la gente se drogue por estas calles,
ya nadie invita,
todos imitan.
Ahora parece
que salir solo de casa
sea una aventura prescindible,
como si estuviéramos sobrados
de locuras y anhelos,
de pasión y consuelos.
Y lo que más me desconcierta,
es que siempre vuelvo a ti
circunspecto y agrio
como el trabajador de una noche de fin de año.
José Liñán
lunes, 11 de julio de 2016
El día que murió Sergio Algora
El día que murió Sergio Algora
fue un correo de Emilio
el que vino con alevosía
a disfrazar de cerveza sin alcohol
las horas siguientes.
Por aquel entonces
me hallaba yo
enfrascado con la negligencia del iluso,
en escoger mis mejores galas
para jugar un partido de Champions
sin saber que íbamos a terminar siendo
un trofeo de verano.
Ya sabéis,
no hay flor más marchita
que un mes de septiembre
sin un polvo que contar a los amigos.
El día que murió Sergio Algora
un soplo de aire vino a decirme
que tarde o temprano
todo te termina alcanzando.
Que lo frágil es.
Que lo infinito nunca será.
Que somos frío
en los aledaños del verano
y calor
en el bostezo del invierno.
Reloj desacompasado
de nuestros propios latidos.
El día que murió Sergio Algora
recordé una noche
en el Fantasma de los Ojos Azules
donde un desliz vino a sumarse
a todos los deslices.
A grabar a fuego en la piel
que el orden de los factores
no altera el producto.
El día que murió Sergio Algora
tuve ya todas las cartas sobre la mesa.
La certeza gélida y en barra libre
de que estaba mucho más cerca que lejos.
Mucho más obtuso y menos cuerdo.
Y de que lo realmente importante
es que hoy estamos.
José Liñán
domingo, 10 de julio de 2016
Pasionaria
Al escupir la niebla me tragué el miedo.
Se agarró a mi garganta,
me clavó sus uñas descarnadas,
intentó trepar hasta mis ojos,
vaciarme las tripas de lágrimas
y no pudo.
Al escupir la niebla le cogí la mano,
la miré a los ojos, a mi hermana.
A mi hermana pequeña, mi pequeña hermana,
que temblaba de frío y de pena.
No pasa nada, no pasa nada.
Me moría al ver que lloraba.
Al escupir la niebla miré al mar
que sin hambre nos iba a engullir,
nos iba a arrastrar a ningún sitio,
a ninguna casa con ningún padre,
dejándonos varados sin fe ni destino,
pero vivos.
Hoy escupo esta niebla como escupí aquella.
Cojo su mano y sonrío a su alma,
a mi hermana pequeña, ajada y cansada.
Como yo, cree ya en nada,
porque todo ha pasado, hasta el dolor.
El regreso ya no es esperanza.
Al escupir la niebla miro al pasado
y te veo de negro. La madre coraje,
con olor a tiempo de armario viejo,
mendrugos de pan sin justicia,
calcetines escritos en artículos zurcidos.
Todos iguales en el hambre.
Al escupir la niebla sé que te odio,
porque hoy el regreso es bastardo.
No nos queda nada,
no nos queda ni alma.
Cuando, aún a tiempo, pudimos volver,
para ti fuimos golfos y putas tristes.
Al escupir la niebla veo a tus hijos.
Hijos nacidos de las huelgas,
muertos de hambre por tus discursos,
tras tus mineros.
Me siento estúpido por haber creído
que, al mirarme esa noche, entendiste mi miedo.
Hoy escupo esta niebla, que no sabe de ese miedo.
Sobre él construí desilusiones, decepción y odio.
Un odio que me hizo insensible salvo a ella,
a mi hermana pequeña, esa sombra rota, muerta.
Pepa Pardo
sábado, 9 de julio de 2016
Siempre
Nada ha permanecido.
Ya no están los pastos verdes
salpicados de flores blancas,
ni los senderos creados por mis pies
descalzos en los días de lluvia,
ni los helechos silenciosos bajo
las ancianas hayas
ni la cabaña rodeada de nubes bajas.
Nada ha permanecido.
Ya no se oye el ruido de la puerta
de madera al amanecer,
ni el agua corriendo en el pozo,
ni murmurar la acequia tras del huerto,
ni el bostezo de las desvencijadas
ventanas cuando baja el sol,
ni los lobos, a lo lejos, recibir a la noche.
Nada ha permanecido.
El tiempo cruel ha hecho
cambiar mi mundo.
El hombre cruel derribó sin pestañear
la cabaña de mi abuelo.
La máquina cruel derribó el alma de
mis hayas y mis helechos.
El frío cruel borró mis pisadas de los caminos.
Nada ha permanecido pero sigue conmigo.
Sigue conmigo en las noches
cuando me acuesto de espaldas al día,
y en las mañanas de prisas
algo me dice que pare un momento,
que respire hondo, que sienta el recuerdo.
No me lo han quitado.
Permanecerá siempre.
Pepa Pardo
viernes, 8 de julio de 2016
Noche estrellada
Atrapa la noche en otra locura,
asomado a la ventana vestida con barrotes,
que no le deja alcanzar los azules
ni las explosiones en amarillo de las estrellas.
No hay luces ahora en el sanatorio.
Atrapa la noche pero no se deja pintar.
La guarda, la encierra, la abraza,
y para no perderla la plasma en sueños.
Despierta y no la tiene.
Vuelve a la ventana y la atrapa de nuevo, con miedo.
Al dormirse la sueña entre fiebre y sudores,
entre vuelos últimos y huérfanos pinceles.
Con el día la pinta de memoria:
azul, mucho azul, más azul, intenso para el cielo,
amarillo brillante para los soles nocturnos,
edificios y árboles ardiendo en negro.
Prisionera del más cuerdo de los locos
la noche estrellada más bella.
La libera con húmedos colores,
con la luz de la mañana, obra maestra.
Pepa Pardo
jueves, 7 de julio de 2016
Tijeras
Entre arrinconados recuerdos
encuentro sus tijeras.
Viejas, proscritas y olvidadas,
dentro de una caja carcomida,
las tijeras de mi tío.
Ellas cortaron mis trenzas,
y dibujaron mi flequillo,
tantas veces...
No están rotas, ni oxidadas,
ni siquiera sucias.
Envueltas en un papel suave,
de ese azul cielo que lo rodeaba,
a él, a mi tío,
y que aún lo ciñe para mí,
esperan mi curiosidad
y mi tiempo presente.
Quieren ser rescatadas,
devueltas al armario lacado de blanco,
que ya no existe.
Quieren disfrutar la caricia del afilado,
el toque experto de sus manos
ásperas y grandes,
y el roce de mi pelo,
con su sonido mudo al ser cortado.
Pero ya no están sus manos,
las manos trabajadas y entendidas de mi tío,
que las dirigía con pericia
en mi melena saturada de remolinos.
Y yo no sé afilarlas,
ni devolverlas a la vida.
Sólo puedo mimarlas,
envolverlas otra vez
en el papel azul cielo,
y buscarles un sitio mejor,
más nuestro,
lejos de los arrinconados recuerdos.
Pepa Pardo
miércoles, 6 de julio de 2016
Todos
Ni cifras, ni estadísticas, ni datos.
Ahmed, Ghada, Osama,
Ashty, Fatima, Moe.
Respiran el gas
y no es la primera vez,
ni será la última.
Carne de maltrato,
sin fecha en el horizonte.
Por huir de la guerra,
por desear una vida.
Niños entrando y saliendo,
con botas marcadas en la piel.
Gritos que sólo comprende el diablo,
pasaportes en el suelo,
violencia y sólo violencia.
Los castigas por soñar,
los castigas por ser.
Tu vida vale más
y la suya siempre menos.
Tú no tienes
estigmas de clase.
Cuchillos de plástico
contra vallas de metal,
y sonrisas de lluvia
en las noches frías.
Ellos que no tienen nada
te invitarán a comer,
y tú que lo tienes todo,
los ignoras sin vergüenza,
y les cierras la puerta.
Quedan solos
frente al barro y la muerte.
Gona, Sammy,
Huda, Mohammed.
Pepa Pardo
martes, 5 de julio de 2016
Inútil
¿Eres capaz de mostrarme
el destello profundo
de un error fugaz?
¿A qué sabe?
¿A menta?
¿Y el espejismo inabarcable
de mis desvaríos
en los caminos frondosos
de los sueños?
¿A qué huele?
¿A cerezas?
¿Me acompañas
al ojo de mi tormenta
a embellecer la tempestad?
¿A qué suena?
¿A nana?
Pepa Pardo
lunes, 4 de julio de 2016
De eso se trata
De sonreír a la mañana
y sonreír a la noche.
De atravesar la vida con paso manifiesto,
ligera de equipaje,
cargada de sueños,
hambrienta de azares.
De amar cuando me toque
y dejar que me abrase.
De parar a descansar,
no agotarme,
no gastarme,
no perderme el paisaje.
De cambiar con la estación
y adaptarme a ser feliz.
De eso se trata.
Pepa Pardo
domingo, 3 de julio de 2016
LA MUJER DE CORAZÓN LLENO
El tic tac del reloj
interrumpe el recital
de las cigarras
Mientras
la mujer de corazón lleno
se arranca pedazos de piel
y escribe versos
La luna
remienda los poemas
que se rompen
Pero el viento
marchitara las rosas
que le ha dado su amante
Hasta detenerse el tiempo
en el olvido que cobija los recuerdos
sombríos
de su corazón lleno
Ada Membreño
sábado, 2 de julio de 2016
AL OCASO
Morí de nuevo,
me volví polvo de estrellas.
Nací otra vez en cada pelea.
Sacudí mis ramas grises
cuando fui árbol.
Celebre mi lucida manera de olvidarle
recomencé por convertirme en libro
y dejarme leer.
Encontré a quien cantar mi poesía
y hacerlo mi sol.
Se acerca mi tercera muerte.
Vestiré de roca coraza,
el vino en mi copa,
la mesa puesta,
y espero.
Es octubre una vez mas,
y esta a punto de tocar mi puerta.
La muerte
Ada Membreño
viernes, 1 de julio de 2016
NO ESTAMOS SOLOS
Coincidimos en el umbral
de la pasión por los versos
y en la indignación por lo injusto
Existimos cual faros
en nuestro destino
Seamos montañas
y lluvia que llega sin avisar
Quedémonos a gritos
Nos esperan el pueblo
tus flores
mis pájaros
volvámonos uno ahora
¡ vos, yo
la poesía
y nuestra bandera proletaria
Ada Membreño
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