A la deriva.
Siénteme pequeña y ligera,
a la deriva,
sin apenas dormir,
sin equipaje.
Siente el temblor de mi piel,
acaríciame.
Busca mi reflejo en tu pupila,
reconóceme.
He surcado tantos mares
a la deriva.
Ven,
abrázame ahora,
hazme entrar en calor,
surca mi piel con tus manos,
no me dejes seguir
a la deriva.
Eva García Madueño
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