¿Quién busca la esencia de su verdad?,
¿acaso el que ansía atrapar la luna?
Siempre el dolor malvive en soledad,
¡por eso soy dueño de mi locura!...
Rendíos a mí, ¡oh versos temibles!
¡Poblad el desierto de mi conciencia!
Decidle a la muerte si Dios existe,
que remo a sotavento en su presencia...
Y añado un juramento inacabado
cual bálsamo a mi arenga exacerbada...
¡Proclamo mis confines conquistados!
Soldado del verbo soy en batalla.
Combato al fracaso: ¡siempre lo espero!
Mis ínfulas mueren y desespero...
Josian Pastor
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