Se destiñe igual
que un lienzo mojado.
Profundas cuencas azules
gotean como ojos
toda el agua de su cuerpo
que colmado se desborda
pulsando en cada latido.
Insomne la mirada
capaz de desandar su paso
se cierne sobre los juncos
y ahonda aun más el trillo
surcado por pies de otros,
con otros rostros y otras sombras,
con otro mirar y otros sueños.
Laura Vaíni
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