Yo no soy rebelde,
y me rebelo
ante tal revelación,
pero así es.
Soy pan de sueños que amasan
las manos de mil panaderos soñantes
y que termina siendo alimento
masticado, o delirado.
Yo no soy rebelde
porque no me gusta serlo
porque me cuesta serlo,
porque me engullen todas las bocas
antes de abrir mi destino.
Yo no soy rebelde
y me rebelo arañando futuro
pero acabo riendo a carcajadas
al verme sentada
en la grupa de la vida,
postrada a sus caprichos,
esclava de tantos días idénticos.
Me rebelo despacito,
solo un trocito de historia,
solo unas décimas de mundo
me rebelo, pero yo…
no soy rebelde.
Merche Marín
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