sábado, 24 de octubre de 2015

CUANDO SEPAS



Acechando las puertas por si abren sus pétalos,

van tus ojos buscando la tenue luz de los sueños,

y su ahogada presencia que pugna por dejarte

yace entre la porcelana rota a los pies de la mesa.



Y está la casa oscura e hinchada la madera

del óxido de los años y la sequedad del tiempo,

y ese inhabitable otoño con su flor de la lluvia,

irremediablemente va despacio ovillándose.



Ahora que ya conoces que está tu vida hecha

de fragmentos del tiempo y harapos de los días,

el ácido feroz e invisible que derrama el olvido,

corroerá la banal humareda inútil de tu espera.


Antonio Parra Ruiz



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