sábado, 30 de abril de 2016
BIRD IN A CAGE
El pájaro que nace enjaulado no aprende a volar.
Abrirle las puertas es como venderle al abismo,
enseñarle que el tacto es un hogar deshabitado
Jorge Ortíz Robla
viernes, 29 de abril de 2016
RECIBO UN OBJETO DISTINTO CADA DÍA EN EL BUZÓN DE MI CASA
Recibo un objeto distinto cada día en al buzón de mi casa.
Entre angustiado y sorprendido lo observo
delimito con mi vista su forma,
la línea que separa su silueta del vacío.
[la luz me ayuda en mi tarea]
Lo cojo y me dirijo al cuarto oscuro de la segunda planta,
abro la puerta y lo arrojo dentro.
No espero oírlo caer,
para mí,
en la ausencia de la luz,
ya no existe,
ya ha desaparecido.
Luego me acerco a mi habitación
subo de un golpe la persiana
y veo tu cuerpo desnudo sobre la cama.
Existes,
estás,
eres.
Jorge Ortíz Robla
jueves, 28 de abril de 2016
EL CORAZÓN DE LA MANZANA
A Agustín Robla
Recuerdo a mi abuelo,
El sillón de mi abuelo.
Jugábamos juntos a las damas y a la escoba
sobre una mesa de mármol.
Buscábamos en sus vetas las figuras
que otros buscan en las nubes.
A veces nos escapábamos a comprar bolas de anís.
[Toda infancia es una excusa,
Que ancla la madurez al sueño]
Nunca me habló de la guerra.
Demasiado chico decía.
Quiso ser aviador pero le faltó la talla.
Tenía la letra en la sangre,
era maestro
cuando la palabra maestro aún significaba.
Comía media manzana,
le arrancaba el corazón
y el resto
se lo ponía al canario.
Hay que da de comer a la belleza
-decía-
El corazón de la manzana guarda dentro una estrella.
Luego la cortaba en transversal.
Nunca me habló de la guerra.
Le pegaron un tiro en la cabeza,
raspó su carne
con un silbido de muerte.
Vivió para conocernos,
supo ocultar lo innecesario,
supo decir
-La vida es vuestra-
Jorge Ortíz Robla
miércoles, 27 de abril de 2016
NORIA DE VERANO
Pienso en el movimiento,
[yo estático]
y mi mente
y mis ojos,
no pueden quedarse quietos.
Pienso en ti,
[yo estático]
y todo da vueltas.
Soy el tornillo
de una noria de verano
que no para de girar.
Jorge Ortíz Robla
martes, 26 de abril de 2016
POESÍA DEL SILENCIO
Pasas la mano despacio sobre tu vientre
sin llegar a tocar la carne,
y la abres ávida y ligera.
La sombra apenas tiene espacio donde existir,
todo es luz,
y creas un línea discontinua sobre la cicatriz de la cesárea,
un recorrido de aceite de argán y rosa de mosqueta.
Es entonces cuando el poema se escribe sobre la piel,
entre el silencio que crean
los huecos de tus dedos.
Jorge Ortíz Robla
lunes, 25 de abril de 2016
VIRGINIA WOOLF QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
Qué hiciste 28 días bajo el agua
con los bolsillos pesados y el cuello adormecido.
¿Cuál fue tu porción de oxígeno y de rabia?,
¿Cuál el olor de tus rodillas?
Quizá el musgo húmedo,
la piedra,
el ancla.
Quizá la placenta removida.
Un hombre barre hojas en el parque de Bloomsbury
como quien barre el tiempo.
El ayer se desvanece cada mañana
y nace un mundo.
Pero dime,
¿Qué hiciste 28 días bajo el agua?
Con la boca seca y el pelo limpio.
¿Acaso nos querías enseñar a morir?
Qué voz te convenció de todo.
Tal vez hoy no encontremos la respuesta,
pero no importa,
ya es de noche, el sueño campa
y el cielo se parte en dos,
como tu corazón compuesto
por desasosiego y melancolía.
Jorge Ortíz Robla
domingo, 24 de abril de 2016
Se ha callado el silencio
Se ha callado el silencio.
Ya no es de palabras,
ni de gritos o de desgarro.
No tiene voz.
No pronuncia tu nombre
ni hace eco de mi lamento.
Es nuevo.
Me toma como la bruma al paisaje,
el aroma de azahar al viento,
como las llamas del hogar
hipnotizan la voluntad.
No siento nada.
Sólo silencio hecho de silencio.
No se parece al que conozco.
No puedo hablar con él.
Mientras se apodera de mí,
me va dejando sin duda, sin llanto,
sin dolor, sin recuerdo. Sin amor.
Sin tu desamor.
Y no sé si quiero quedarme tan sola.
Carmen Gallego Martínez
sábado, 23 de abril de 2016
He dejado de investir príncipes.
He dejado de investir príncipes.
Van a la guerra.
Ganan.
Pierden.
Vuelven mal heridos.
Están poco tiempo en palacio.
Carmen Gallego Martínez
viernes, 22 de abril de 2016
Acercabas tus días a los míos en el borde del precipicio
Acercabas tus días a los míos en el borde del precipicio
sabiendo
que la imagen reflejada en la superficie del agua
desata las fuerzas que sumergen al hombre
en el ansía de poseer la belleza de lo efímero.
Sabías que tu vuelo de ave migratoria,
refugiada en la buhardilla,
guarda memoria y nostalgia
de la llamada ancestral de la bandada
que convoca a sus individuos por mandato de especie,
y manteniendo tu impulso errante en el amanecer
de una copa de vino,
no dejabas que te amara.
O eso creía.
Carmen Gallego Martínez
jueves, 21 de abril de 2016
Los encontré en las frías y desiertas calles de la ciudad
Los encontré en las frías y desiertas calles de la ciudad
en el tercer mes del año
buscando como yo un mástil al que asirse.
Me acogieron con la hospitalidad
del que se aventura en la nada sembrada de ausencias
en pos de un destino.
Fuimos los tres náufragos del viento
en la agitada noche oscura
y sola de marzo.
Carmen Gallego Martínez
miércoles, 20 de abril de 2016
Dónde ir que estés
Dónde ir que estés
o que no estés.
Dónde ir para encontrarte
o para buscarte.
Dónde ir que no me alcance el recuerdo
ni el olvido.
Dónde ir que tu imagen
no me abrace para dejarme.
Dónde ir para salvar
del desastre lo vivido.
Dónde ir para amarte
o para no amarte.
o para buscarte.
Dónde ir que no me alcance el recuerdo
ni el olvido.
Dónde ir que tu imagen
no me abrace para dejarme.
Dónde ir para salvar
del desastre lo vivido.
Dónde ir para amarte
o para no amarte.
Dónde ir sin ti.
Carmen Gallego Martínez
martes, 19 de abril de 2016
Ignoraba si te producía cansancio
Ignoraba si te producía cansancio
oír lo que te decía
o de sorpresa enmudecías.
La infranqueable mueca de silencio
con la que recibías las emociones
me interpretó sin diferencia.
Me convertiste en resumen desechable
y me arrojaste a la escombrera afectiva
en la que amontonas anteriores amantes.
Carmen Gallego Martínez
lunes, 18 de abril de 2016
Como explorador que descifra señales
Como explorador que descifra señales
de un mapa inescrutable,
convencido de que su afán
lo conducirá hacia el hallazgo,
busco,
en la dolorida memoria,
un pensamiento
que me permita creer que me amaste.
Carmen Gallego Martínez
domingo, 17 de abril de 2016
LOS MÁS TRAVIESOS
Cuando cada mañana
el sol agujerea la penumbra de la noche,
sus primeros rayos,
los más traviesos,
cruzando el aire
saltan sobre mi cama.
Tras enredar en mis piernas
las sábanas y la colcha,
se pasean insolentes
por el festón de la almohada.
Solo cuando en los labios
me hayan dejado su impronta de luz
y un sabor a vino y miel,
triunfadores y orgullosos,
se escaparán de mi lado.
María Pilar Latorre
sábado, 16 de abril de 2016
VUELO
Los charcos espejean la calle.
Bufandas y guantes,
alientos de escarcha,
oscuridad y agua.
Bajo mi paraguas rosa
me convierto en colibrí
y libo los rojos que encienden las tejas,
la tinta dorada que pinta una hoja
o el brillo cobalto de un zapato azul.
Colmada de vida y colores,
bato las alas
y vuelo, vuelo, vuelo…
María Pilar Latorre
viernes, 15 de abril de 2016
TELARAÑAS
Como todas las mañanas
me despierto con la cabeza hecha un lío
y la misma pregunta en los labios
¿por qué las noches no me traen descanso?
Después de mucho cavilar, y por encontrar motivos,
he llegado a una compleja explicación.
Me digo que mientras duermo,
con sus malas artes,
hacendosas arañas tejen una malla sutil,
pero firme, para que me enrede el alma.
Estos hábiles arácnidos son generosos conmigo
y, noche tras noche, me regalan sus telas
que rasgo, y arranco,
y abandono debajo de la cama.
Alguna vez ¿cogerán mis indirectas?
María Pilar Latorre
jueves, 14 de abril de 2016
LOS DEDOS DEL ALBA
A caballo en la aurora,
con sus bocas de nuez
y sus ojos de pez,
salen de los armarios
todos mis muertos.
También brotan del “almario”
centellas sobre una espuela,
jirones entrelazados
de incandescentes quimeras.
Unos con sus gestos graves,
otros, pura cábala y dilema,
entre los dedos del alba
me guían cual un Virgilio
hacia madejas de niebla.
María Pilar Latorre
miércoles, 13 de abril de 2016
SILENCIO
Agazapado en los rincones
espera que lleguen las tardes de domingo.
En un continuo desenfreno,
repta ligero paredes arriba
y, más ligero todavía, repta paredes abajo.
En su ir y venir
tapiza la casa con una red
que crea un espacio vacío.
Cumplido el objetivo,
se ufana del resultado
y me ciñe con su compañía indeseada.
¡Cómo echo de menos en esas tardes
un murmullo, una risa, el quejido de unas ruedas…!
Pero no, solo escucho los ecos del silencio
que, aunque mudos, me gritan
y me espantan.
María Pilar Latorre
martes, 12 de abril de 2016
MIS MIEDOS Y YO
Huyo,
busco ganar distancia
entre ellos y yo.
Por un instante percibo
sus garras dándome alcance,
para frenarme,
para apresarme,
para anularme.
Es el momento:
con mis botas de siete leguas
los dejo atrás,
burlados y confundidos.
Rabiosos,
se retrotraen
y se revuelcan en sus bilis
hediondas,
amargas,
mortíferas siempre.
María Pilar Latorre
María Pilar Latorre
lunes, 11 de abril de 2016
DISTORSIÓN
Detrás del cristal
el pez me mira de frente
con preguntas en los ojos
que yo nunca le respondo.
A veces le doy la espalda
en frustrada tentativa
de no verlo,
de ignorarlo.
En mi nuca, su mirada,
un cuchillo,
una descarga,
un desgarro que me duele.
Yo,
aferrada a mi silencio.
Él,
derrotado y maltrecho.
Y los dos,
confundidos,
malheridos,
engarzados a un cristal
que distorsiona,
que miente.
María Pilar Latorre
domingo, 10 de abril de 2016
Envuelveme
No puedo respirar
el aire me pesa
Quiero seguir viendo mariposas
Como ayer
Como antes...
Respirar tu aliento
y alucinar en tu boca
elevarme en tus pestañas
cuando me miras así
Y tus manos
Mi obsesión
Tus manos...
Hechas para mi
Las que me hipnotizan
inventan mundos
florecen sueños
Las que me invitan
a seguir remando
en este mar contracorriente
Tus manos
Las que me descubrieron
las que me conocen
Las que beso para no perderlas
Las que me dicen
bajo este manto oscuro
Que siempre se quedarán en mi cuerpo
a pesar del hielo del aire de acero
que a veces corre por mi espalda
Envuelveme en tus manos
Que seré la guerrera mas valiente
El as de corazones
el fuego en tu alma
Envuelveme en tus manos
El paraíso que me reinventa cada día
la bendita droga
que me hace renacer cada noche
Cuando
Casi todo
Duele...
Paola Ferrari
sábado, 9 de abril de 2016
Quedarme...
Si inesperadamente
me quedo en tu silencio
No me abandones
Es que tengo ganas
de quedarme en vos
de guardarme en tus latidos
Es que aún
me quedaron las flores
que abrimos anoche
entre tantos inciensos
Los roces se hicieron agua
y se incendiaron los olvidos
Trajimos en caricias
cada espasmo
cada beso empapado en lujuria
cada verso al límite
de lo exquisito
Por eso
Hoy déjame estar en tu silencio
Guardame entre tus rosas
Que no quiero olvidar Nada...
Paola Ferrari
viernes, 8 de abril de 2016
Mía...
Molde de tu cuerpo
piel que sangra
condena
asfixia
somete
llama
suplica...
Martirio exquisito
que entorpece mis noches
Callado y suspicaz señuelo
que mantiene mi ser rondando
cual buitre sobrevolando presas
Piel que emana mis sales
Que me inhala y exhala
Piel que solo sabe gritar mi nombre
Aunque ni se de cuenta
Mi único egoísmo
es decir que eres mía
aunque no lo seas
Ten la certeza
que entre mis poros
están grabados tus besos
Los que me diste y no
La caricia que perdura
La sangre que hierve
El latido que arde...
Piel tuya
Si, tuya
Que se hace agua en mi boca
Ven
Ahógame
Ahógame
de tanto amor...
Paola Ferrari
jueves, 7 de abril de 2016
Todo y nada...
Desde la oscuridad y el profundo grito del miedo
cuando el candelabro se desgasta
y solo deviene luz en la derretida cera
y ni vestigio alguno ha dejado el desgastado sol
Puedo sentir tus huesos sobre los míos
El cese del latido de las veredas viejas
habla de la humedad que se pierde
del frío del aliento seco
de los besos que no han sido dados
De ese halo candente y sombrío
que solo se percibe
cuando vagan las almas en soledad
y caminan a la misma vera
Hielo es el tiempo
cuando perecemos ante tal conocimiento
Inercia de cuerpos que flotan en una fosa común
La noche...
la noche cuando duele y quema
desgarra
Cuando calla la poesía amorosa
y se asume el irremediable y congelado
beso de la muerte
en las repisas que guardan los días
entre los platos ingleses que adornan la inmensa y desoladora sala
Siénteme tu también
Alma desesperada
Que ya no dejan de retumbar tus latidos urgentes en mi
desde tus letras
Compañeros de esta ruta solitaria
sangrienta de amor y sentido
Mi mano estrecha la tuya
en cada palabra
donde el vacío es rey
Dueño y señor
de esos instantes
en los que Todo es Nada
y Nada es Todo
donde a pesar del amor estamos solos
Solos en compañía...
Cuando el beso muerde la orilla
y el cielo solo es de color negro
Donde el único verdugo
es el tiempo
y las ganas de estar vivo...
Paola Ferrari
miércoles, 6 de abril de 2016
Ángeles mortales
que acechan crueles e impías
Sigo eligiendo
el amanecer de tu alma
Limpia y transparente
de azúcar y cal
justificando toda existencia
Gloriosas las noches
que te traen a mi cama
Así
Desnudo de todo
hasta de vos
Quedando en mi
como si fueras mi parte,
mi aceite, mi rosa
Latir de alas
tan libres y abiertas
que no existe el viento
que las pueda frenar
Ni la sensación
de morir y nacer de amor
si estoy entre tus brazos
cada vez
que te siento mi todo
Mientras mi desnudez
es tan pura
libre
soñada
Ausente de sombras y luces
de vergüenzas y pecados
Todo lo contrario
Mi desnudez me vacía de impurezas
me eleva al mas azul de los cielos
y siento la gloria
en carne viva
Solamente en los instantes
En los que sé
que estoy en vos...
Paola Ferrari
martes, 5 de abril de 2016
Indescifrables las rosas
Indescifrables las rosas
se decidieron...
Ya se hizo arena
el reloj de la duda
Siendo la voz de la noche
irradias día
y me arrastras
por suerte o por destino
me arrastras
y mi negro
de gris
pasa a blanco
Al menos de a ratos
No imagino un día de lluvia
sin tus manos
regaloneando mis muslos
Mientras parloteo
sobre ese futuro lejano
que nunca estuvo tan cerca
Será noviembre el mes
donde las rosas abrirán sus pétalos
a esa eternidad
con la que se encaprichan siempre
los sueños
Paola Ferrari
lunes, 4 de abril de 2016
Gotas
Mis gotas
que penetran en tu piel
tan ajenas como vos
cuando no me pensas
Tan distantes
como el barco
que trémulo de esperanzas
un día encalló en mi puerto y se quedó
Tan cercanas hoy
como el agua que nos brota en los ojos
con dolor o felicidad
al imaginarnos ausentes
tan reales como la cotidianidad
Gotas
gotas que reflejan
A cada instante
La justificada satisfacción
de pertenecernos...
Paola Ferrari
domingo, 3 de abril de 2016
Me vives al lado de la muerte...
Me vives al lado de la muerte, al lado del árbol del olvido, y tu voz es mi sentencia, la que me condena a vagar por el acantilado que nombraste, a esperar allí que vuelvas y me des tu amor entre cascadas, entre lagos inmensos de un coral que bautizaste en la intemperie.
Oh sueño, indagas en mis flores peregrinas, en el maizal que viste mi derrota con espigas de cerezo, un oro que derrama en los rincones un poco de materia, y me das el suspiro del Amado que surge de las entrañas de la tierra.
En el litoral del jade mis ingles se estremecen, en la noche se oculta el miedo y el amor, y la tormenta se cruza con la ausencia.
Mi hombre, las migas del ciempiés en lejanía se abren al regreso, se abren a ese beso que anuncia la unión del horizonte y la orilla de los mares y su alma.
En ti confluyen los afluentes, los que arden en el crepúsculo del río, los que aumentan cuando los olivos florecen aceitunas en el margen del corazón.
Teresa Domingo Català
sábado, 2 de abril de 2016
Septiembre llega a su final entre temblores...
Septiembre llega a su final entre temblores, en las aguas de un río acostumbrado a llevar un cauce sigiloso y un caudal abovedado que se refleja en el estanque del cielo.
Vuelven los días rutinarios, en que la lluvia es una cita puntillosa, en que el amor se vierte en las cucharas y la piel se envuelve en las migas del pan y de la arena.
Llega septiembre a su final con el otoño, y el amarillo nos tiñe la mirada en la soledad del deseo.
Junto a ti hay un bosque silencioso habitado por los ángeles que lavan y se tatúan corazones, y que pisan la senda de los ídolos.
Mi cuerpo es una encrucijada donde se nos unen las huellas, donde los vasos derraman nuestra sangre como un óbolo para la eternidad.
Los dioses escuchan la caricia, el alba que nace del rumor acallado del recuerdo, como si la memoria fuera el origen de lo no vivido y que a la vez nos pertenece.
Teresa Domingo Català
viernes, 1 de abril de 2016
El infierno se inunda hacia el ocaso...
El infierno se inunda hacia el ocaso. Como una serpentina negra, va girando y disolviéndose.
Habrá un día en que Luzbel vuelva a ser un ángel, cuando recupere su belleza y se impregne de dulzura.
Desobedeceré e insumisa, te desnudaré de mal, y bendeciré tu cuerpo con mis labios.
Escribo las memorias de Astarté como si de Afrodisia se tratara, y las palabras me salen como besos que un día te di, entregándote mi desesperación en el mismo vértice que corre sin parar.
Asómbrate de mi hermosura, la que forjaste con cemento y con el mármol de la iniciación, la que después despedazaste para que pudiera componer un rastro con estrellas.
En mi desmesura hay un toque de silencio, un cenit de ángeles que duermen bajo el ojo inescrutable de un Dios que me reveló su nombre y me bendijo.
Como en una trama borrascosa se me pierden las visiones, y el amor es como una masa de azules en la infinitud.
Teresa Domingo Català
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