jueves, 7 de abril de 2016

Todo y nada...



Desde la oscuridad y el profundo grito del miedo
cuando el candelabro se desgasta
y solo deviene luz en la derretida cera
y ni vestigio alguno ha dejado el desgastado sol
Puedo sentir tus huesos sobre los míos

El cese del latido de las veredas viejas
habla de la humedad que se pierde
del frío del aliento seco
de los besos que no han sido dados
De ese halo candente y sombrío
que solo se percibe
cuando vagan las almas en soledad
y caminan a la misma vera

Hielo es el tiempo
cuando perecemos ante tal conocimiento
Inercia de cuerpos que flotan en una fosa común
La noche...
la noche cuando duele y quema
desgarra
Cuando calla la poesía amorosa
y se asume el irremediable y congelado
beso de la muerte
en las repisas que guardan los días
entre los platos ingleses que adornan la inmensa y desoladora sala

Siénteme tu también
Alma desesperada
Que ya no dejan de retumbar tus latidos urgentes en mi
desde tus letras
Compañeros de esta ruta solitaria
sangrienta de amor y sentido
Mi mano estrecha la tuya
en cada palabra
donde el vacío es rey
Dueño y señor
de esos instantes
en los que Todo es Nada
y Nada es Todo
donde a pesar del amor estamos solos
Solos en compañía...
Cuando el beso muerde la orilla
y el cielo solo es de color negro
Donde el único verdugo
es el tiempo
y las ganas de estar vivo...


Paola Ferrari



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