Detrás del cristal
el pez me mira de frente
con preguntas en los ojos
que yo nunca le respondo.
A veces le doy la espalda
en frustrada tentativa
de no verlo,
de ignorarlo.
En mi nuca, su mirada,
un cuchillo,
una descarga,
un desgarro que me duele.
Yo,
aferrada a mi silencio.
Él,
derrotado y maltrecho.
Y los dos,
confundidos,
malheridos,
engarzados a un cristal
que distorsiona,
que miente.
María Pilar Latorre
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