Y aquel retrato que con desmedido furor
heriste con el artificio de los celos, yace
aún guardado en un desván. Hora tras hora,
acumula manchas y envenenados colores.
Inmóvil se alimenta del desamor
en la incumplida promesa, en la esperanza
inútil del recuerdo. Un día alguien rasgará
su arrugado papel y serás para siempre
un oscuro y olvidado fracaso.
Antonio Parra Ruiz
1 comentario:
Vaya!. Un beso.
Muy buen poema.
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