Tiene el amor su mecanica
como el amor sus símbolos.
Pere Gimferrer
Una vez que se ha dado el primer paso
dentro de la morada especial del corazón,
queda uno sujeto a las leyes de la guerra.
Llega sin avisar,
sorprende como un bombardeo
en día de mercado, cuando uno
sólo piensa en hojear el periódico
a media tarde y dormitar.
Te dan un uniforme y unas botas
que te conducen hacia la trinchera,
y sólo te queda cerrar los ojos
y luchar a brazo partido,
como un deber impuesto
cuyo origen es tan incierto como el del mar.
Es así que el amor te asalta
cuando cruzas el puente
desarmado, inerme, y te condena
a recorrer un campo de batalla
minado, sin saber qué has hecho
para merecer la desdicha de tal honor.
Piensas tan sólo en desertar
y encaminarte hacia aquella playa
que te cobijó cuando aún eras inocente.
Mas ahora tu mirada traspasa
la soledad del agua
y contempla anonadada esa maquinaria
que genera las olas.
Y por fin comprendes que el mar,
como el amor, como la guerra,
son territorios vedados a la comprensión
del hombre, que es ingenuo y nada sabe.
Pedro S. Sanz