Sobre los valles de mi cuerpo
construyo mis orgasmos.
Sobre mis montañas los precipito.
Como ríos de lava cubro mis senderos de fuego.
Ahogo los árboles a mi paso
con preguntas que no sé responder.
He de morir igual de virgen que nací.
Pero más solo y más idiota.
Pablo Otero
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