Sólo somos memoria,
quebradizos los huesos,
tomados del primer
cañaveral, muy débil, inexperto,
por el viento batido.
Lo demás sólo barro,
masa informe de donde surge el alma.
La muerte sea quizás
depositar las cañas, más el lodo
gris de nuestras miserias,
ante la puerta cerrada del cielo.
Quizá la muerte sea
perder la memoria de nuestras manos.
Pedro S. Sanz
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