¿Quién conoce sus nidos oscuros?
¿Qué rincón en las noches habitan?
Las promiscuas no tienen alcoba.
Las volubles no tienen morada.
Nacen, brillan, aman y huyen…
En el aire al morir se transforman.
Y se van sin dejarnos su impronta
cual tenue llovizna de sombras.
María de Paz
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