Hay días de lágrimas alegres.
Hoy se ha obrado el milagro de la carne rosa
y hay murmullos de arcángeles en todas las estancias.
Mi hija tiene dos almas y le ha salido un nido
en forma de regazo.
Su mano se ha hecho cóncava y se acopla
a la convexidad rosada de su fruto.
La vida persevera y alguien pide su estrella.
Un brote de mis brotes ha tomado el testigo
para portar la antorcha a través de mi pálpito...
Hay una sangre nueva que se convierte en leche.
Octavio Fernández Zotes.
1 comentario:
Mi poeta vivo (y coleando)favorito, don Octavio Fernández Zotes.Felicidades por la iniciativa de publicar sus maravillosos poemas, jamás sobran y siempre son bienvenidos.
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