Lánguida la tarde sorbida en trago largo.
Corre un viento-látigo que va azotando al tiempo
y el tiempo se disuelve, se vuelve evanescente.
Como una historia en sepia que pierde sus matices.
Atmósfera indolente y un miedo subrepticio
envuelven los fantasmas que tornan del destello.
Y todo ha sido un tránsito del que tan sólo quedan
retazos de memoria fundidas al olvido.
Y al fin, ¿qué es esto? Memorias del olvido,
momentos pasajeros carentes de consciencia.
Retazos de esperanzas diluidas.
Ahora toca el retorno y sólo resta,
en el fondo del vaso,…poso y hielo.
Octavio Fernández Zotes
2 comentarios:
Precioso, recuerdos olvidados...
Poemas que hago míos rescatando el olvido.
Un saludo :)
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