Cuando me sumerjo en tu amanecer callado,
mi cuerpo grita:
¡despierta la indolente amapola de mi sexo,
cúbreme de besos,
arrópame de abrazos,
inúndame de versos!
Cuando abierta de deseo,
grito al placer de tu existencia:
llena de fantasías mi universo
zozobrado de impulsos contenidos,
húmedo por el latir del tiempo.
Cuando susurres palabras a mi oído,
acaricia mis labios con los tuyos,
absorbe la esencia de mi boca,
inúndame de magia,
constrúyeme la piel con la yema de tus dedos.
Coral González
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