Aquellos que un día me abandonaron camino de las estrellas,
los que han compartido y compartirán el tren de mi vida
en años de despedidas y reencuentros,
están siempre en mi corazón.
Corazón.
Impulsor de vida,
acelerador de emociones.
Río carmesí.
Latiendo en la inmensidad de los sentimientos,
está siempre mi corazón.
Corazón.
Roja sangre en las venas
que traza surcos en su anatómico discurrir,
da color a experiencias pasadas,
a fotografías de amplio espectro.
En un ADN de amor, está siempre mi corazón.
Corazón.
Sencillo amante de apasionados silencios.
Palpita en mí, vibra en un universo
que abraza los atardeceres
y desnuda los amaneceres blancos.
Rosa creada para amar,
pétalos que envuelven historias de amor.
En serenidad adormecida, está siempre mi corazón.
Coral González
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