En la tristeza del naranjo
encuentro revueltas las palabras
el amor vírico de las flores
las hiedras esponjosas
el asesinato de los pulgares.
Palabras desde el cántico de medusas
desde los hornos
entre la pesadumbre.
Palabras, versos, estrofas,
poemas y poemarios malditos.
Ahora
comprendo porqué los poetas
solo somos borrachos que decimos, a veces,
cosas interesantes
y siempre, siempre, la verdad.
Francisco Carrascal
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