La vida me ha hecho un regalo.
Tengo un extraño don:
puedo vivir entre cuatro paredes.
Puedo existir entre cuatro paredes limitadas por techo y suelo.
Puedo ser entre cuatro paredes sin puertas ni ventanas.
Puedo ver sin bombillas, sin velas, linternas ni farolas;
con los ojos cerrados, sin nada que mirar.
Todo está dentro de mí.
Tengo ese don. Todo está en mí
Guardo en mí,
quieta, inmóvil, postrada,
con los ojos cerrados y el cuerpo inerte,
toda la visión del mundo, todos sus movimientos, toda su inmensidad.
Tengo ese don. Todo está en mí.
Todos los hombres y todas las mujeres que han sido
me acompañan en esa habitación profunda,
sin luz, sin ventanas, sin puertas.
Estoy con todos, en todos los tiempos y en todas las épocas.
Tengo ese don. Y estoy tan viva como cualquiera de vosotros.
Pese a que no me veis y pensáis que no existo,
todo y todos estáis siempre en mi corazón.
Porque tengo ese don y todo vive dentro de mí.
María Jesús Artigas
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