De pronto se observan a lo lejos,
gaviotas,
en un juego de aguas y de peces,
es la puesta en escena vespertina,
que lubrica,
el espacio cadencioso de los miedos,
dando paso al surrealismo milagroso,
de recuerdos,
que se escapan arenosos a los cielos,
dispuestos a enfrentarse sin remedio.
Elen Fouérè
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