A veces, sólo a veces,
el mundo cabe en mi mano.
Sucede en extrañas noches
en las que todo se paga
y mis dedos no te alcanzan,
y mis labios no te besan.
A veces, sólo a veces,
cinco sentidos no bastan.
Ocurre cuando las luces,
emanan de lo profundo
y mis ojos no se cansan
y mis besos no se acaban.
A veces, sólo a veces,
sobran todas las palabras.
Acontece mientras duerme
tu mano sobre la mía
y mis amores te sueñan
y mis ansias no se calman.
A veces, sólo a veces…
Rafael Mérida
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