domingo, 25 de mayo de 2014

ERRANTE




Dime,

¿quién eres tú que así alteras

el pulso de mi sangre y lo conviertes

en un río de estrellas?


¿Qué eres y cómo has llegado?

Yo no te esperaba, yo no te he buscado,

no fui jamás a llamar a tu puerta,


¿por qué de pronto me miras

como si me conocieras?


Tu maldición me entrega frutos

que no pueden crecer en mi tierra:

tus ojos dibujan olivos

pero en mi vientre brotan palmeras,


no perviertas con tu mirada profana

el orden sacro y perfecto

de mi imperfecta naturaleza.


Tarde.

Tarde.

Tarde.


Vete, has llegado muy tarde.


Donde tú vas no quiero seguirte,

donde yo estoy no puedes quedarte.


¿Qué pretendes mordiendo

mis silencios y esta frágil

resistencia heroica?


No envenenes la paz de mis noches,

déjame en mi quietud engañosa

pródiga en melancolías sin nombre

y fértil en cosechas dudosas.


No esperes nada de mí

ni busques en el desierto:

no hay nada que pueda darte,

porque nada es lo que tengo.


Dime,

¿por qué te persigue ese torpe y fiero

empeño en equivocar tu destino

y enredarte ciegamente en mis cabellos?


Rendición o redención.

Seré tan clara como breve:

vete, pero ven.



Lidia Li


No hay comentarios: