Algún día,
cuando las palabras se desnuden
del odio con que las vestimos,
cuando los ojos y la boca escupan
el veneno que en ellos vertimos,
cuando la tierra haya limado
nuestros contornos, nuestras aristas
y nuestra furia,
mi alma se encontrará al fin
frente a frente con la tuya,
limpias de carne, celos y hiel.
Te contaré sin hablar tantas cosas
y tú me revelarás, tal vez,
secretos axiomas que el silencio destila
y que sólo entonces podremos entender.
Algún día.
La rosa incandescente del cosmos
dejará caer sus pétalos de tiempo:
implacable y perpetuo almanaque
de creación, muerte y renacimiento.
Pasarán años, siglos, quizá una eternidad.
Qué más da, no tengo prisa ninguna.
Sólo sé que algún día, estoy segura,
ese día... será.
Lidia Li
No hay comentarios:
Publicar un comentario