lunes, 12 de mayo de 2014

UN DÍA




Un día quise morir a mi manera

y lancé una oferta a las estrellas,

para que no me asustara

la sangre que se vierte,

el corazón que inunda barro

en los largos ríos de la tierra,

la flor que en mercados

quizá sea un mal negocio

para los pueblos que gritan,

el susurro herido del poeta

que a veces,

antes de morir permanece

asustado con el único calvario,

del que anhela los años vividos

en gotas de luz,

en sueños robados;

y pienso que puedo ser yo.



María Ángeles Ibernón





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