El miedo es un ave
que acaba malherida,
máscara fugaz
de siervos del corazón;
el miedo derrama sangre
y no se conforma con palabras,
nos hace creer
que transmite sentimientos,
pero nunca ríe, ni llora.
Y al final comprendemos
que el miedo
mira con orgullo a la tristeza,
como soberano absoluto.
María Ángeles Ibernón
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