En silencio te miro, te miro y pienso.
En silencio te miro a los ojos
y atrapo al vuelo
un par de líquidos interrogantes
o dos signos de exclamación
puntuando mis necios desplantes.
Me pregunto si tú sabes lo que yo sé.
Me pregunto si, en realidad,
prefieres no saber y apostar tus dudas
en la ruleta rusa sabiendo de antemano
que no vas a perder.
(A veces el silencio
es un disparo
que nos salva la vida)
Y romper los relojes contra el suelo,
con un estruendo de silencios gigantes,
liberando así al tiempo
de sus cárceles itinerantes.
Restañar sangre no derramada.
Enjugar lágrimas no vertidas.
(A veces el silencio
es un dique
contra la desdicha)
Crees que nada malo nos puede pasar,
que entre nosotros sobran las palabras
y tantas otras cosas que no quieres nombrar.
(Al final, todo sigue igual…)
Me amas, lo sé y eso me basta.
O debería.
Y mañana, qué sé yo...
Mañana, como algunos dicen,
será otro día.
Lidia Li
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