Aunque estamos de vacaciones hasta el día 12 de enero....
os voy a ir poniendo los poetas que ya van a salir seguro al año que viene...
- Alfonso Brezmes
- Anamaría Mayol
- Cleofé Campuzano
- Esther Ruiz Vázquez
- Marta Domínguez Alonso
- Cecilia Ortiz
- Andrés Camacho
- María Belén Mateos
- Emig Paz
- Laura Vaíni
Espero que sigáis enviando vuestros poemas para salir en el blog...
¡ FELIZ AÑO NUEVO !
viernes, 26 de diciembre de 2014
lunes, 22 de diciembre de 2014
Aviso
Aviso a todos l@s poetas que quieran salir en Crepusculariosiglo21...tengo el espacio abierto para vosotr@s...si creéis que lo que hacéis merece la pena....decidme.
f.
PD...en este caso poeta es aquella persona que escribe y sus palabras guardan un ritmo que no tiene por qué ser rimado pero si con la cadencia del rumor de los pasos de la música...
domingo, 21 de diciembre de 2014
Oí tu voz quizá...
Oí tu voz quizá, sin que me hablaras
Volviendo a caminar por mi memoria
Siendo una ensoñación, tan bella historia
Pero al abrir los ojos, tú ya no estabas.
Deshecho me quedé, por esa huída,
Del cuerpo inmaterial que yo tocaba
Si cuando acaricié, yo lo notaba
Y sin embargo tú, te diluías.
Y como puede haber tal paradoja
Que siendo tan real lo que vivía
Esa ensoñación, me sabe a mofa
Quizá no fue real, ni aún existía
Esa historia de amor que me sonroja
Pues antes de nacer, ya se moría.
Ángel Portolés
sábado, 20 de diciembre de 2014
¿Cuántos mundos hay en este?
¿Cuántos mundos hay en este?
Me pregunto…
Y la respuesta es tozuda…
Infinitos…
…hasta que los humanos acabemos con él
…
Hasta la tierra…
Hasta la piedra…
Hasta la esponja es saciada.
Una vez alcanzado lo suficiente…
Todo se sacia,
Todo… menos el ser humano.
Ya lo ves…
… lo insaciable.
…
¿Puede haber odio mayor que el que tiene Dios por este mundo?
Mi mente gira en un bucle de paranoia realista
Vomitando alaridos de queja, por la reflexión que me estrangula…
Nosotros,
Los gestores de la creación,
Aniquilamos todo al paso,
Sucumbiendo
Ante el brillo dorado del poder y del dinero…
Vuélvanse contra nosotros
Animales y elementos,
Para devolver cordura
A esta extinta creación.
¿Puede haber odio mayor que el que tiene Dios por este mundo?
Mi mente gira en un bucle de paranoia realista
Vomitando alaridos de queja, por la reflexión que me estrangula…
Nosotros,
Los gestores de la creación,
Aniquilamos todo al paso,
Sucumbiendo
Ante el brillo dorado del poder y del dinero…
Vuélvanse contra nosotros
Animales y elementos,
Para devolver cordura
A esta extinta creación.
Ángel Portolés
viernes, 19 de diciembre de 2014
Alzheimer
Tiene recovecos misteriosos la mente, es mi duda,
el ingenio…
¿Acaso resta cordura y lo transforma en locura?
¿O nos conduce a la gloria coloreando nuestra historia?
Porque un día te levantas y el mundo vas a comerte
Y otras veces ves al mundo con ganas de devorarte
Y para colmo de males llegados a cierta edad
Hay mentes que desdibujan toda su realidad
Que castigo,
Que tortura,
Que exacerbada locura
El perder todo vivido por laberínticos sesos
Sin encontrar lo vivido por todos sus recovecos
Sea por miedo o locura,
O por amor y ternura
Quiero que se quede escrito
Pues su memoria es más dura
Guardaré todas palabras y también fotografías
Por si pierdo la memoria, me las dictes ese día.
Quiero amar hasta saciar el alma
Gritar hasta perder la vida
Morir hasta rasgar la tierra
Vivir hasta curar la herida
Mi sueño que despierta en su letargo
Locura que suplica por tenerte
Del viaje no vivido y olvidado
Del Ángel que blasfema por perderte
Pasión del subconsciente devastado
Caído en el desgarro del abismo
Luchando iré cada noche con fantasmas
Escuchando cada día hasta a mi mismo
Un diario con vivencias esculpido
Que recuerde por nosotros la memoria
Y al leerlo… que nos lean, todos días
Volver a revivir, de amor la historia.
Ángel Portolés
jueves, 18 de diciembre de 2014
La noche me susurra...
La noche me susurra versos
Y yo,
Veo mi cuerpo languidecer dormido…
Y me digo…
… luego
… luego…
De este murmullo,
Que lo vivo,
Que lo siento,
No queda nada al despertar sediento
Que lo vivo,
Que lo siento,
No queda nada al despertar sediento
Ángel Portolés
miércoles, 17 de diciembre de 2014
A Leopoldo María Panero
Zigzagueaba la mente, de un loco quizá muy cuerdo,
Que entre cigarro y cigarro, nos regalaba sus versos.
Lucidez desdibujada,
Esquizofrenia rabiosa,
Explosión de poesía que hace de dársena acuosa
Reconfortando el sentido, que oxidado está gritando
La libertad nunca existe por la maldad del humano.
por eso este desvarío
en mi locura pasmosa,
huyendo de la cordura
(de esta) des-humanidad odiosa.
Ángel Portolés
martes, 16 de diciembre de 2014
Sublime disparate
Sublime disparate flagelarse el cuerpo sin remendar el aura
Actos falsos de cinismo insólito, bajo mi feroz mirada
Fotografiarse el cuerpo con cirugías vanas
Maltratando la jaula que envuelve el alma
Cuenta tu palpitar, deja tu huella,
Tus actos son, el cincel que labra tu obra
[en la dura piedra de la vida
Siembra lo que perdure
Ocupando el lugar que deje tu cuerpo
Para llenar el vacío…
Es el recuerdo
Ángel Portolés
lunes, 15 de diciembre de 2014
¿En qué lugar baldío de mi cuerpo...
¿En qué lugar baldío de mi cuerpo
Se quedaron las palabras por decir?
Yo las busco sin encontrarlas en los huecos
Que han dejado estos estadios sin vivir
Y ese tiempo que me paso aquí buscando
Esos sueños no vividos y olvidados
Es perder este presente sin vivirlo
Y el futuro sin usar se hace pasado
Para mí puede que sea razonable
Avanzar ilusionado por la vida
El futuro es el presente al usarlo
Disfrutando lo que hacemos día a día.
Ángel Portolés
domingo, 14 de diciembre de 2014
Esperanza
La esperanza siempre será
el arma de los enamorados,
misterio de eterna primavera
Epifanía de corazones rotos
sanando con la dicha
reflejada en sus esplendorosos ojos
Suyos serán los días
donde se olviden los lamentos
poseyendo la rosa de las alegrías.
Cartas escritas en arrebatos
de varones prendados,
llegarán a romper virginales recatos
Las novias vestirán azares
sin historias, ni lágrimas
dejando atrás sus pesares
Los amigos vueltos confidentes
declarando sus sentimientos,
dormirán bajo estrellas complacientes
Noches de inquieta soledad
cómplices de efusivos efebos
buscarán sin descanso la doncella ideal
Los abrazos sin valladares,
serán testigos de amores triunfando
remontando montañas y mares
Se fundirá tierra y agua, sur y norte
en un solo poema de dos cuerpos
con caricias de fuego refulgente.
Al final el amor victorioso
como lluvia en sequía, germinará la esperanza
otorgando inspiración al poeta amoroso.
Victoria Falcón Aguila
sábado, 13 de diciembre de 2014
Creer y sentir
Lavaré las heridas que el desamor te dejó
pondré rosas en el jardín de tu corazón
embriagando tus oídos con frases tiernas
bendeciré los días por tenerte junto a mí....
voy a repetir tu nombre una y otra vez
voy a repetir tu nombre una y otra vez
como única oración de mis noches
serás por siempre respetado, necesitado
cantaré canciones de arrullos
cuando estés en mis brazos
sentirás que no hay mejor lugar que mi cuerpo,
ni mejor refugio: mis manos
te pondré un altar en mi lecho
donde serás idolatrado.
Permíteme poseerte como nadie se ha atrevido
Permíteme poseerte como nadie se ha atrevido
abre la puerta a tus sentidos,
deja fluir los rencores;
a mi lado serás bien amado
sólo tienes que creer y sentir
que eres, el más “grande” de mis amores.
Victoria Falcón Aguila
viernes, 12 de diciembre de 2014
Eres
Eres bronce como mi pueblo, brioso como mi gente,
dulce y sabroso como el alfajor…
de sentimientos blancos como los volcanes;
leal a tu palabra y fiel en el amor.
Ante las tempestades siempre sonriente,
cantas a la tristeza con versos de una canción;
cómplice de mi poesía, te llevo retenido en la mente,
como lujuriosa tentación.
Tallo tu rostro en un retablo, para admirarte de día,
suspirarte en un rosario de anhelos,
adorando tu anatomía, en la madrugada fría.
Bebo tu savia alimentándome de tu verdor
porque eres como yo: madera y follaje;
romántico mexicano, en el amor, eres el mejor hacedor.
Te llevo tatuado en mi vientre como el águila al nopal
y aunque el viento me lleve lejos,
más allá de las fronteras y el mar…
Evocado a lo lejos en el reflejo de la eternidad,
estarás en mí viviente, como único dueño de mi sabor.
Victoria Falcón Aguila
jueves, 11 de diciembre de 2014
Donde quiera que estés
En el lugar que estés,
dónde te haya puesto Dios
en ese preciso lugar, te seguiré amando.
Así no creas en él, le pediré que cuide de ti.
Aunque te asumas ateo y no reces,
yo rezaré en tu nombre, pidiendo
colmen tu casa de estrellas,
te bendigan con rosas sin espinas;
me quiten mi calor para que nunca sufras de frió.
Porque no importa que no me ames,
que no te interesen mi letras
y ahogues mis suspiros en el olvido.
Te amo y es lo que siento;
así me alejes de tu mundo,
saborees otros labios,
tu silencio me indica que estás ahí
por eso repetiré: te amo
hasta que mi voz se desgaste y quede muda.
Sin importar que mi entorno
se ponga negro, buscaré una luz
para mandarte mis besos,
seguiré escribiendo poemas,, así no los leas,
sonreiré para ti al despertar aunque tú, no me veas.
Victoria Falcón Aguila
miércoles, 10 de diciembre de 2014
Comencé a olvidarte
Si extrañarte es el olvido, ayer comencé a olvidarte.
Hoy me empeñe en abandonarte
arranqué de mi piel tu aroma, de mis poros tu olor
ya no recuerdo que alguna vez te respiré.
Mañana borraré los días que en tus brazos me estremecí
los despertares donde eras mi primer sentir;
no cerraré los ojos para no mirarte.
Seré sorda a tu respiración,
insensible al recuerdo de tu temblor
... empecé a negarte, a tomar valor.
Renuncié con mis caderas a estrecharte;
entregué al mar mis besos
comencé a olvidarte, a abandonarte..
Si alguna vez nos cruzamos, no me saludes
porque no recordaré tu nombre
habré olvidado que fuiste mi hombre.
Aunque tenga deseos de ti,
prometo no recordar tu sabor
ni tu pecho pegado a mi corazón.
Induciré amnesia a mis sentidos,
lavaré tu sudor con otras caricias,
me entregaré a quien lo tenga bien merecido.
Pues tú: ni sufres, ni sientes
eres tan sólo un cuerpo congelado,
un nudo de miedos prefiriendo amar a su sombra
antes que arriesgarse a ser querido.
Te olvidé como persona,
quedarás como un invento de mi mente creadora,
un personaje que abandonó antes del estreno la obra.
Victoria Falcón Aguila
martes, 9 de diciembre de 2014
Mañana no
Mañana puede que sea demasiado tarde
para decir que te amo o tal vez,
para pedirme perdón.
Mañana puede que tu amor
ya no me sea indispensable
y tu regreso no espere más.
Entre hoy y mañana existe lejanía.
El tiempo como verdugo implacable,
congelará mi mirada que antes te acariciaba
y su marcha no detendrá.
La distancia cómplice sádica
convertida en blanco pañuelo,
mis lágrimas se encargará de enjugar.
Aparecerán arrugas en mi cara
y los recuerdos borrosos
se tornarán difíciles de capturar.
Quizá, una tarde dentro de muchos años
llegue tu nombre provocando leve sonrisa
pero ya no me dolerás.
Te juró que mañana puede ser muy tarde,
si hoy de mi, tú te vas.
Victoria Falcón Aguila
lunes, 8 de diciembre de 2014
Quédate
Quédate conmigo sin una tierra,
sin un pedazo de techo
bajo el cobijo de las estrellas
en el misterio de una noche entera.
Quédate conmigo, un minuto o una eternidad
pero quédate, camina a mi lado despacio
dentro de esta rápida vida
mientras disfruto de tu nítida presencia.
Quédate acariciándome los oídos con metáforas
hasta elevarlas al cielo como suspiros,
incendiar los diamantes negros de tus ojos
gritando mi nombre en un explotar de latidos.
Quédate para servirte de mi poesía,
de mi rítmico vaivén, mecerte en el arte de mi centro
donde guardo mis hondos secretos
esos, que a nadie he de contar.
Quédate sin fecha ni horarios
acuerdos o contratos,
olvidando que afuera existen compromisos
sabedor que despertarás,
en mis jugosos labios.
Quédate conmigo hoy o mañana
pero quédate, decidido a amar.
domingo, 7 de diciembre de 2014
AMARLO HASTA EL CIELO DE LA BOCA
Amarlo hasta el cielo de la boca
las papilas gustativas
y los jugos gástricos.
¡Amarlo!
Del revés y del derecho
con derecho y sin obligación.
Porque así se quiere,
desde el segundo
que se siente.
Comprendes…
Que el amor comienza
cuando empieza la vida.
Antes de un primer latido
desde que ovulo y espermatozoide
danzan unísonos…
Te transformas en
personaje dependiente
por el que respiras,
por el que sientes,
asientes,
presientes
y mientes.
Renunciar a la vida,
tan solo por él.
Por quién regala
noches de insomnio,
sol de verano
mano y abrigo.
¡Y si digo “vida”,
no digo poco
que todo es!
Desde que amanece
hasta que la noche
endurece en el día,
abotonando estrellas
en el regazo
para ser pájaro…
Vuelo,
libertad y consuelo
de quién vela
la aurora,
hasta verlo crecer.
Del revés y del derecho
con derecho y sin obligación.
Porque así se quiere,
desde el segundo
que se siente.
Comprendes…
Que el amor comienza
cuando empieza la vida.
Antes de un primer latido
desde que ovulo y espermatozoide
danzan unísonos…
Te transformas en
personaje dependiente
por el que respiras,
por el que sientes,
asientes,
presientes
y mientes.
Renunciar a la vida,
tan solo por él.
Por quién regala
noches de insomnio,
sol de verano
mano y abrigo.
¡Y si digo “vida”,
no digo poco
que todo es!
Desde que amanece
hasta que la noche
endurece en el día,
abotonando estrellas
en el regazo
para ser pájaro…
Vuelo,
libertad y consuelo
de quién vela
la aurora,
hasta verlo crecer.
Xary Cano
sábado, 6 de diciembre de 2014
¿LOCA?
¿Permanecer es acaso, estar?
Yo estoy,
pero no permanezco,
ni pertenezco
a ninguna parte.
Perdí hace tiempo el estado
natural del ser,
para fluir,
en todo y en nada.
¿Loca?
Quién sabe,
si ni yo misma lo sé.
Xary Cano
viernes, 5 de diciembre de 2014
OTRA MANERA DE MORIR
Perdí la vida allí,
donde el entendimiento
fracasa y la válvula de escape
rompe su coraza.
La noche sabe
de todas mis muertes
del diluido yo,
donde se estampa
el alma y el sentimiento.
Sabe de ese muro blanco
en el que quedan enmarcados
todos mis pensamientos
manchados por tinta de sangre.
Xary Cano
jueves, 4 de diciembre de 2014
BORRACHA DE TI
Borracha de ti
aterrizo en la almohada.
Extinguida de amor
como fanal cansado
de alumbrar en la noche.
Xary Cano
miércoles, 3 de diciembre de 2014
HERMÉTICA
Me estoy volviendo hermética
cerrada, hermética.
Me asomo adentro
y veo el corazón,
las puntadas,
los remiendos…
Cerrada, hermética.
Tan adentro estoy
que solo distingo la luz del vacío.
Singular vacío,
singular hermetismo el mío.
Cerrada, aquí dentro,
en mi interior,
estoy reparada del frío, del calor…
(Solo fachada)
Dentro, tirito, sudo, tengo miedo.
Hermética.
No hablo,
oigo pero no escucho.
Estoy profundamente deennntro...
(es el eco de mi profundidad)
La que veis, no soy yo,
la que sonríe, no soy yo,
la que habla, no soy yo.
Yo, comienzo a enterrarme,
dentro muy dentro.
¡Huele a canela!
Creo que han comido por mí,
arroz con leche.
¡Yo, estoy… digeriéndome!
que solo distingo la luz del vacío.
Singular vacío,
singular hermetismo el mío.
Cerrada, aquí dentro,
en mi interior,
estoy reparada del frío, del calor…
(Solo fachada)
Dentro, tirito, sudo, tengo miedo.
Hermética.
No hablo,
oigo pero no escucho.
Estoy profundamente deennntro...
(es el eco de mi profundidad)
La que veis, no soy yo,
la que sonríe, no soy yo,
la que habla, no soy yo.
Yo, comienzo a enterrarme,
dentro muy dentro.
¡Huele a canela!
Creo que han comido por mí,
arroz con leche.
¡Yo, estoy… digeriéndome!
Xary Cano
martes, 2 de diciembre de 2014
ETERNO SIEMPRE Y LIBREMENTE
Lo más cerca...
Tu boca
donde los placeres
se tornan mariposas,
y el verbo amar desboca
en todas sus vertientes.
Lo más cerca...
Tu piel
donde el pronombre
"Contigo"
renueva primaveras,
y la regla de sumar 1+1
distorsiona.
Lo más cerca...
Tus ojos
donde el barco de tu mirada
arria el timón de mi corazón
hacia el noray de tus palabras.
Lo más cerca...
Yo,
dentro de ti
y en ti,
tu sombra...
¡Yo!
mi camino,
mi horizonte.
¡Tú!
Eterno, siempre y libremente
los dos.
Para amarnos en uno.
Xary Cano
lunes, 1 de diciembre de 2014
A PESAR DEL MAL TIEMPO
Un día fui bolero
rima de versos,
un día fui la brisa
principio de un cuento.
Un día fui pasión
cargada de besos
un día fui violín
desafinado
tortura, silencios.
Un día fui tormento,
fui lluvia, lamento
un día fui coraje
rabieta, concierto.
Fui estruendo,
fui grito
fui voz
a destiempo.
Un día descubrí
que el ayer pasó
como lo hace
el momento.
Ese día fui vómito
esputo, viscoso, sangriento.
Fui paloma herida
águila en desconcierto.
Un día desperté
de lo suave,
del beso,
de un secreto,
al silencio.
Descubrí que la vida,
es errar,
es caer,
maldecir,
levantarse,
sin miramiento.
Es arrastrarse en el lodo,
hincar las uñas
a cualquier aspaviento,
morder el enjambre
que enrede cualquier pensamiento
y mirar hacia el frente,
de frente
y decirle a la vida...
¡Que nací pá vivir,
y que viviré sonriendo
a pesar del mal tiempo!
Xary Cano
domingo, 30 de noviembre de 2014
A Unai y a Paule
Hay días de lágrimas alegres.
Hoy se ha obrado el milagro de la carne rosa
y hay murmullos de arcángeles en todas las estancias.
Mi hija tiene dos almas y le ha salido un nido
en forma de regazo.
Su mano se ha hecho cóncava y se acopla
a la convexidad rosada de su fruto.
La vida persevera y alguien pide su estrella.
Un brote de mis brotes ha tomado el testigo
para portar la antorcha a través de mi pálpito...
Hay una sangre nueva que se convierte en leche.
Octavio Fernández Zotes.
sábado, 29 de noviembre de 2014
Espérame donde fluye la acequia de la noria
Espérame donde fluye la acequia de la noria,
allí, donde el agua va redimiendo los surcos desmayados;
espérame en los lentos canjilones,
-cántaros de vida espejeando-,
espérame en las noches deslunadas,
cuando, desnudo, vague sediento en médulas vacías.
Espérame cuando tiemble el ápice del alma
al borde del precipicio absurdo de la nada.
Espérame en las luces encendidas, en las tardes apagadas;
espérame, si me pierdo en las distancias de las horas
arrancadas, en las días disecados.
Espérame en los muebles desudados,
en el viejo almacén de nuestros días,
en el dédalo de la noche y las arañas.
Se está labrado el huerto de los sueños decaídos
por si vienes conmigo y volvemos a sembrarlos.
Octavio Fernández Zotes
viernes, 28 de noviembre de 2014
Hoy, que el viento ha limpiado la mañana
Hoy, que el viento ha limpiado la mañana
y está la mente y la niebla trasparente,
paseas por el predio que siempre fue tu orilla.
Y el cerro, que antaño fue montaña; montaña
que obturaba el horizonte y sólo toleraba el paso
del arroyo, que tú llamabas río; un río
hacia un lejano mar del que nada sabías.
(Aún no sabías
que su acomodo era la muerte).
Las aves volaban altas en formación de flecha
y marcaban un destino, anónimo o sublime.
Hoy, que vuelves aquí sin resolverte,
tus preguntas se pierden en el éter.
Pero ¿qué queda aquí de lo que ha tiempo,
sobresaltó tu afán, iluminó tu sueño?
Dejabas lamer tu cuerpo
al frío de las aguas de un Duerna refulgente,
bruñendo tu piel con las esencias del Pan griego,
secando tu piel desnuda al sol, transida
de deseos, sobre el verde lujuriante la hierba.
Lejos, de la ciudad, llegaban ecos
que evitabas y mirabas a las gentes desde lejos.
Tan lejanos, ay, como ellos impasibles.
Y te ibas lento, indiferente, con el rostro postrado,
como el desmayo de los sauces.
Como un Adán que nace y no se orienta.
Octavio Fernández Zotes
jueves, 27 de noviembre de 2014
Ergo sum
Vengo de más allá de las fronteras,
buscando primaveras diferentes;
escuché sin reparo los cantos de sirena
con la ebriedad del sabor a tierra nueva.
No voy a parte alguna;
ya sé que no me espera nadie,
pero quiero apurar la prórroga hasta el límite
rompiendo aduanas y horizontes.
Si yo tuviera algo que decir, lo contaría ahora,
en este domingo frío del invierno,
mas, presiento que ya todo esta dicho,
que busco palabras diferentes
para decir lo mismo.
El día está cansado
y yo mismo
sigo mirando con los ojos glaucos
la idéntica procesión de lo monótono,
la inútil adoración a lo caduco.
Y mientras esto digo
llama un hombre a mi puerta y me pregunta
si sé que hay una guerra;
si sé que hay hombres y niños escondidos
en la trastienda de la historia.
Y me sorprendo repitiendo
la eterna cantinela de mis penas;
mirando absorto hacia el reloj parado,
pensando que soy sólo yo quien va conmigo.
Octavio Fernández Zotes
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Anónimo viajero
Anónimo viajero que escucharas
sonidos leves de invierno en esta tarde:
no te pares.
Es el rumor de la nieve cuando cae
sobre este enclave cruzado de caminos:
dos chopos, cuatro pinos y una flores
rebeldes ante el frío del invierno.
Dentro del alma se consumen
las últimas palabras, la imágenes
brillantes como brasas;
retóricas metáforas que arden
y sólo dejan un silente polvo gris
de tedio y calma..
Así, el espíritu se llena
de nebulosa pátina, de pasos desteñidos
que sólo ahora esperan
un término seguro a este viaje espiral.
Espirales de humo en las pisadas
donde se funden ya:
las flores del invierno,
los chopos deshojados,
los pinos temblorosos
y las ánimas que vagan inconexas
en busca de destino.
Hay un rumor de nieve en cada pausa.
Octavio Fernández Zotes
martes, 25 de noviembre de 2014
Lánguida la tarde sorbida en trago largo
Lánguida la tarde sorbida en trago largo.
Corre un viento-látigo que va azotando al tiempo
y el tiempo se disuelve, se vuelve evanescente.
Como una historia en sepia que pierde sus matices.
Atmósfera indolente y un miedo subrepticio
envuelven los fantasmas que tornan del destello.
Y todo ha sido un tránsito del que tan sólo quedan
retazos de memoria fundidas al olvido.
Y al fin, ¿qué es esto? Memorias del olvido,
momentos pasajeros carentes de consciencia.
Retazos de esperanzas diluidas.
Ahora toca el retorno y sólo resta,
en el fondo del vaso,…poso y hielo.
Octavio Fernández Zotes
lunes, 24 de noviembre de 2014
Desflorando la rosa de los tiempos
Desflorando la rosa de los tiempos,
el antes y el después son imprecisos,
sólo queda rellenar de ardor y miedo antiguo
el efímero peso del relámpago.
Afinar el espíritu a una música
mientras cruza la imagen vaga de algún verso.
Qué importa que el ángulo del arpa
se duerma en el rincón oscuro.
Mañana lloraré, si así conviene, pero ahora
dejadme oír, cara a las sombras,
esa traza de azul que se infiltra entre las prisas.
Octavio Fernández Zotes
domingo, 23 de noviembre de 2014
Postales
La vida nos contempla inaudita
y vigila nuestros pasos.
A veces los recuerdos borran las huellas
que depositamos sobre las risas, los silencios,
los susurros del despertar
en cada apóstrofo de la palabra
y fotografiamos instantes
para conservar lo incorservable
para no olvidar quienes somos
cuando el polvo nos devore la carne.
En los mercadillos están todas ellas,
cubiertas de olvido.
Me las venden a cincuenta céntimos la unidad.
Veo novias, veo amantes enamoradas
de hombres con los que nunca podrán envejecer,
veo parejas, e hijos, y padres y nietos y abuelos
y loros y perros y señores y criados que nunca volvieron
a encontrarse, jamás.
La muerte se los ha llevado a todos, pero puedo coleccionarlos
como a los cromos de la liga por sólo cincuenta céntimos.
Fotos sin nombre, palabras sin entonación. Blancos y negros,
algunas pintadas a technicolor.
Siempre les pregunto sus historias y enmuceden.
Miro sus ojos, sus gestos, sus labios y me embriago del aroma
de su felicidad, de sus miedos, de su dolor, de su terror a la vida.
La vida que se les escapó en un flash.
Jamás se imaginaron que su eternidad valdría cincuenta céntimos de euro.
Y yo paso de largo y las olvido, y cojo paquetes de postales y selecciono.
Cartas de amor, promesas perdidas en el tiempo enviadas a novias y esposas,
a mujeres que jamás pudo amar en el lecho el hombre que les escribió.
Compré una de un chico zaragozano que escribía una carta de amor a una francesita del otro lado de los Pirineos. ¿Se llegaron a conocer? Jamás sabré su historia.
Me llevo diez postales por seis euros. Diez vivencias, diez vidas por seis euros.
Devoro sus momentos y a cambio he entregado al mundo un trozo de papel mugriento para luego guardarlas en un álbum que nadie leerá,
y que décadas después acabará en un mercadillo
vendiéndose a diez céntimos la pieza.
Este poema se regalará con el álbum de postales. Por un trozo de jamón, quizás.
Y alguien que no soy capaz de imaginarme leerá estas líneas y me olvidará en un cajón.
David Lorenzo Cardiel
sábado, 22 de noviembre de 2014
La gente está empecinada con la recuperación.
La gente está empecinada con la recuperación.
Los periódicos dicen que la economía irá en alza el próximo trimestre.
Que el fútbol también va en alza,
que ya somos la mitad de nosotros creyentes del balón,
que los divorcios aumentan,
que se ama menos,
que la luna desciende,
que cada vez hay menos bosques,
que ya no hay ricos ni pobres con escrúpulos,
que los filósofos languidecen,
que más vale que logremos producir oxígeno en Marte
porque de aquí a cien años nos morimos todos,
literalmente,
nos morimos de sueño y luego nos morimos de verdad,
que es como se muere la gente viva,
porque lo de viajar a cuatro años luz lo tenemos jodido
y sabemos que no llegamos,
porque somos unos necios con cosas feas en las manos
que pueden matarlo todo y acabar con el tiempo mismo.
Con lo fácil que es reconocer que todo va a ir a peor,
que la redención no cae del cielo,
que las nubes pueden ser de azufre
y sin embargo todavía nos llueve agua,
que aún podemos cagarla un poco menos,
amar una miaja más,
leer más ensayos, escribir los nuestros luego,
dejar de prender fuego los árboles,
creer en Dios, o en nuestra fuerza,
y echar los balones fuera, ser conscientes de lo que es nuestro.
Y dejarnos de recuperaciones,
porque nadie se recupera después de un duro golpe:
se vive, se levanta la cabeza,
se hunde de nuevo en el lodo,
nos modelamos en otros nuevos,
pero como antes no, nada se recupera,
pero todo podemos volver a perderlo.
David Lorenzo Cardiel
viernes, 21 de noviembre de 2014
Guerra
Han dado la alarma y todo se vuelve oscuro,
como las libélulas en la noche, que uno
nunca sabe muy bien dónde están y a veces caen y chocan
y aletean en silencio para liberar el aullido de la mañana
convertido en fósforo incendiado sobre la piel ajena,
y yo sé que es una falsa luz la de las libélulas
porque suenan fuerte en la noche
y tiemblan las paredes, y hablan las calles
persiguiéndonos la noche, y no sé encontrar la salida
cada vez que el polvo cubre el pasillo,
como cuando te cae una montaña encima
y de repente ves la luz, y la sigues, y te das cuenta
que sólo es un deseo y que estás agarrado a unos hierros oxidados
que salen por tus manos y que se derraman junto a tus pensamientos,
lentamente, montaña abajo, hasta los tobillos,
pero tú sólo ves la luz, y luego te ves retorcido como un higo pocho
y no sabes dónde ir, ya no tienes patria.
Pero luego te despiertas en alguna parte
y agradeces que te hayan convertido en viento:
así ya no tendrás que aguantar más a las luciérnagas
cuando vuelen por la noche y choquen en silencio
batiendo sus alas en la oscuridad.
Sabrás que ya nada pueden hacerte,
porque ya no hay más montañas ni más silencio,
ni más carne quemada que pueda herir tus alas, pequeña mariposa,
pequeño hijo de la tierra.
David Lorenzo Cardiel
jueves, 20 de noviembre de 2014
Fuenterrabía
Un viento de terciopelo que se levanta
con una suave melancolía de luz,
alto hacia las nubes, enrizándose la arena,
que se eleva desde el Cantábrico
abriendo la playa hacia el Bidasoa,
y los barcos que se abren paso
en un mar que llueve sombras,
mientras las olas van cogiendo forma
talladas por los bañistas que corren al paseo,
se recogen las ropas y se tapan
el rostro ante la espontaneidad de la vida.
Y luego una neblina que viene de Hendaya
como una tribulación inevitable,
y cae la lluvia y con ella
las gaviotas vuelven a gobernar el mar.
David Lorenzo Cardiel
miércoles, 19 de noviembre de 2014
El hilo rojo
Dónde nacen las siluetas cada mañana, que en un rincón,
en una sola esquina, la ciudad se hace campo,
y un hilo rojo nos recorre a todos,
cubierto de miradas que nos resultan extrañas.
El caso es que hay un hilo que huelo
que enreda la ciudad hasta convertirla en huella,
y yo dejo que me guíe y me lleve a mundos extraños
donde el sol quema tanto como enfría
en busca de la verdad perfecta,
de la excusa tamizada que nos permitirá vivir otro amanecer,
allí donde el hilo nos sujeta y nos hiere
como un padre enseñando a su hijo a montar en bicicleta,
inventando nuevos cuentos cada noche
para que durmamos en el sueño de un amor
que siempre será, incluso cuando no exista.
David Lorenzo Cardiel
martes, 18 de noviembre de 2014
Días de lluvia
Fíjate cómo llueve, qué hermosa es la vida.
Se ha hecho líquida para entregársenos etérea,
nos viene en nubes para que no la alcancemos
y que cuando menos lo esperemos nos caiga encima,
para regarnos de existencia, pura densidad,
cuando le apetece.
Nosotros abrimos los paraguas y odiamos a las nubes por llovernos,
sobre todo si tienen rayos y caen yermas
con granizos en verano y nieve en invierno.
Nos perturba pensar que las nubes nos controlan,
que pueden manipular nuestro carácter para hacernos tristes,
o alegres, o que cocinemos paella porque sí,
porque hoy llueve y hace frío,
y no se puede ir una vez más a la playa.
Porque mientras las nubes estén ahí el mundo es de ellas,
y si les da la gana empaparán la tierra
para que no vayamos a los conciertos de verano
y la gente piense en lo que tiene que pensar,
amarse ahora que está la luna.
David Lorenzo Cardiel
lunes, 17 de noviembre de 2014
A veces desearía volver a ser un niño
A veces desearía volver a ser un niño
para ser capaz de jugar con las estrellas sin mirarlas
de esta forma en que las miro,
como puntos mentirosos en el cielo oscuro
que sé que destellan por un efecto óptico,
como lo es el deseo, o la vida, o ver el espejismo de un sándwich
en una carretera nacional a las cuatro de la tarde.
Y jugar con las olas para llorarlas luego,
empapado de sal hasta el ombligo,
y mirar las medusas muertas en los contenedores
que los bañistas tiran cuando las atrapan con sus redes
compradas en un chino por cero noventa,
creyéndose pescadores de vidas,
pescando almas en cada playa,
para después turrarse al sol hasta freírse hartos de soledad,
hasta aburrir la vida que se nos escapa.
Pero luego me doy cuenta y pienso que me he roto
demasiadas veces en mis adentros,
y que si mi infancia son mis recuerdos
volvería a romperme tarde o temprano, y a sangrarme la cabeza
con recuerdos recalentados mil veces,
hasta agotarme las fuerzas y pudrirme en carne.
Al final, me gusta pensar que las estrellas son estrellas.
Bolas de gas muy lejanas, que podrían abrasar este mundo miserable
pero que por bondad, o por tetraplejía, no lo hacen,
y aquí me dejan, contemplándolas desde mi ventana,
como un tonto pegado al vidrio de una pastelería,
para mirar por última vez a la chica de la voz dulce
sin un billete para comprar un pastel.
David Lorenzo Cardiel
domingo, 16 de noviembre de 2014
Si te complace
Si te complace
escúchalo en tu corazón
si te desgarra el poema
te extraña para siempre
como el amor al amante
y éste a su amado
en el arte de encontrarse.
Irma Ariola Medina
sábado, 15 de noviembre de 2014
Me pierdo
Me pierdo
entre una corchea
y
la partitura
de tu cuerpo
hasta deslizarme
al compás
del pentagrama
- de tu perla. –
Irma Ariola Medina
viernes, 14 de noviembre de 2014
En el viento
En el viento
deshojo tus labios
entre los besos sellados
cuando nos fundimos
en una misma llama.
Irma Ariola Medina
jueves, 13 de noviembre de 2014
Arráncame el poema
Arráncame el poema
entre los acordes
de la sinfonía,
mientras
los gemidos son el eco
del aroma sentido.
Irma Ariola Medina
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Soy un atomo
Soy un átomo
que roza tu universo
fusionada en el sueño
conquistado tras la siesta
en el instante preciso
tras el tiempo transitado
por las colinas cargadas
de piedras pisadas
con algunas caídas
tras disipar los escollos
y deslizar mis pies
en el agua limpia.
Somos la materia elegida
que emana
en la justa medida
en el abrazo vencido
en la balanza
de nuestros astros.
Irma Ariola Medina
martes, 11 de noviembre de 2014
Locura por tu boca
Tengo el norte perdido por tu boca
y arde la locura en nuestros cuerpos,
encendidos en tu cuenca
y dibujados entre nuestras piernas,
temblorosas en nuestra danza
acopladas, mientras mis pechos rebosan
entre tu boca hambrienta
a la pócima de tu desenfreno
conjugando el néctar de tus sorbos,
entre los poros de tu sabia
arrastro mis manos a tu sed
y la sacio recorriendo tu universo, entonces
mar adentro me pierdo,
nos deleitamos entre los sollozos
emitidos en el acordeón de tu grito,
en la PETIT MORTEN.
Irma Ariola Medina
lunes, 10 de noviembre de 2014
Hay nubes...
Hay nubes sin tormentas
otras las viven de lleno
son espejos en la mirada
del transeúnte despistado
que observa la vida
sin prisa
para avistar
su reflejo nuevo
en la perífrasis renovada.
Irma Ariola Medina
domingo, 9 de noviembre de 2014
Cosa de titanes
El peso del cielo no tiene que descansar
sobre nuestros hombros.
Eso es cosa de titanes.
Regálame un te quiero
y no escatimes besos pequeñitos
mientras escucho los latidos de tu corazón.
Y ahí, sí.
Ahí, seremos los únicos dueños de nuestros sueños.
Antonio José Royuela
sábado, 8 de noviembre de 2014
Timador
Nadie mejor que tú
sabe vivir una existencia camuflada.
Cual camaleón,
cambias el color de la piel
a la espera de una presa incauta.
Hay quien dice que tras tu irreverencia
se esconde la llama del infierno.
Pero para otros, algunas de tus obras
son parte viva de la historia sagrada del creador.
Nunca serás un héroe adorado
ni tan siquiera,
un Casanova de éxito
aunque te guste alardear de ello.
Pero habrás dejado una huella
que el timado nunca olvidará entre sus secretos.
Antonio José Royuela
viernes, 7 de noviembre de 2014
Última voluntad
De ciertos paisajes
atesoro su naturaleza salvaje,
el dibujo de sus cuerpos desnudos en mis pupilas,
y el marco de mis manos
como criaturas intrusas
adaptándose a los requerimientos de la piel.
A ellos
les debo el gusto
de ascender por los recios soportes
de unos muslos hasta el pubis
en el titilar de la vorágine,
como si de un arquitecto se tratara,
o de explorar desde mis labios
la lenta supuración de los senos
en el huracán que crece cerril
bajo la sumisión carnal que ello conlleva.
Así, cuando los vestigios de ese lenguaje
regresan a mi memoria,
me invade la nostalgia
de haber profundizado hasta límites
donde lo prohibido estaba exento de culpabilidad alguna,
como al leer una carta de un amor antiguo,
sabiendo que ya no te ama.
Y es entonces
cuando mi última voluntad
trata de encontrar un nuevo paisaje
en aquellas ventanas donde vislumbro
un haz de luz.
Antonio José Royuela
jueves, 6 de noviembre de 2014
Despedida
Una noche cualquiera
de un día con cielos grises,
despertaré abrazado
a la ausencia de tu mundo,
que es el mío cuando tú no estás.
Entonces, acariciaré tu pelo
convertido en una ciudad apagada.
Tu cuerpo semidesnudo,
será sombra en las esquinas de las calles
de esa misma ciudad sin luz,
donde el sueño de recordarte
juega a defenderse.
Una noche cualquiera,
fría como la nieve cuando tú me faltas,
sentiré miedo al oír el temblor
de tus muslos cruzar la puerta
sin mirar atrás.
Entonces, te estaré mirando.
Una mirada de otros ojos
con rastro de amor.
Sintiendo por dentro cómo se derriba todo.
Una noche cualquiera,
cuando las verdades sin contar
apaguen las cenizas de los labios,
cuando los silencios hayan perdido su crédito
y tu piel sea cicatriz de la mía.
Entonces, el rumbo de tu sonrisa
me dirá la isla dónde naufragué.
Para ese momento,
los dos habremos maldecido
las cosas que no se pueden compartir,
la intransigencia de los ojos de ciego,
las paradas donde no llega el metro
y el taxi quedando lejos.
Esa noche cualquiera, nosotros,
volveremos a ser tú y yo.
Una noche cualquiera,
cuando las verdades sin contar
apaguen las cenizas de los labios,
cuando los silencios hayan perdido su crédito
y tu piel sea cicatriz de la mía.
Entonces, el rumbo de tu sonrisa
me dirá la isla dónde naufragué.
Para ese momento,
los dos habremos maldecido
las cosas que no se pueden compartir,
la intransigencia de los ojos de ciego,
las paradas donde no llega el metro
y el taxi quedando lejos.
Esa noche cualquiera, nosotros,
volveremos a ser tú y yo.
Antonio José Royuela
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Hoy
Al despertarme hoy a tu lado
y contemplarte.
Antes de alejarme en la densidad
de la ciudad,
he comprendido la leyenda de la inmortalidad,
el porqué de las noches diferentes
en cada ciudad.
El sueño del niño y el rojo de las amapolas.
Hoy, durante la mañana de oficina,
esquivo como la piel de la puta
con su ropa en las noches de enero,
y añorándote en las balas
que dispara el deseo de volver pronto
a tu mirada, al vértigo de tu desnudo
y al eco de tus besos no robados.
Entiendo que la pasión entra en las palabras
como la luz por las ventanas.
Palabras llenas de pasión
que no dejan que tu recuerdo
se aparte de mi memoria.
Hoy, al café de media tarde,
entre el humo de unos cigarrillos,
donde tu sombra
se hace memoria de mi cuerpo
y tus manos arañan mi espalda,
he deseado cambiar el orden de las estaciones,
poseer el vuelo del cóndor,
escribirte este poema
como seña de nuestro amor,
donde nuestros cuerpos se hacen noche
y son envidiados por los desvanes.
Hoy salgo vestido de ti,
con mis amigos.
Los bares han cerrado ya
y por las aceras juego a perderme
donde sólo tú sabes encontrarme.
Hoy es mañana:
como la noche interrumpida,
como el reloj sin cuerda,
como el sueño roto que enlaza con otro nuevo,
como la película cortada en la escena del crimen.
Y te grito en el silencio de la distancia
con la intención de atraparte mañana.
Antonio José Royuela,
martes, 4 de noviembre de 2014
Te hallo y me pierdo
Te hallo
en los labios de la noche,
en la melaza de tus pezones,
en la querencia de tus oquedades
y en el buen hacer de tus manos
y me pierdo
en los besos ausentes
de una boca nómada,
en la sombra de unos turgentes
y distanciados senos,
o en el vaivén
de unas caderas infidentes.
Te hallo
en la batalla cuerpo a cuerpo
hecha cama y en tu gemir
cuando pides que azote tus nalgas
mientras la luz de tus ojos
solicitan continuidad en el movimiento
de nuestros torsos adheridos,
y me pierdo
en la orilla sin mar
que aleja tu espalda,
en la angustia de saberte acariciada
en el fuego de otro calendario
o en la imagen rota
de un despertar abrazado a tu ausencia.
En este círculo
de hallarte y perderme
es donde la necesidad de la certeza
es un cielo en aquelarre.
Antonio José Royuela
lunes, 3 de noviembre de 2014
Qué si soy mujer
Me preguntas qué si soy mujer.
Como si no hubiese dado muestras de ello.
Como si no bastara
equilibrar los delirantes acordes de tu caminar,
ser las cuatro patas de la mesa
sobre la que se come, se sueña y se llora,
sacar las plantas al balcón para que el dióxido
no perturbe tus comas.
Como si no hubiese sido suficiente
levantarme temprano todos los días,
recoger el ancla, limpiar la casa de agujas infectadas,
maquillar el desaliento de entre mis piernas
o tener siempre a mano la miel con limón
con la que lubricar nuestras gargantas dañadas
por el desorden de las palabras.
Te recuerdo parte del equipamiento de serie que llevo:
la orografía que levanta deseo de ser coloreada,
un obrador de vida,
la sinergia de milenios de las de mi especie,
el mejor manual de supervivencia que se conoce
y un libro de recetas sobre felicidad.
Que si soy mujer, me preguntas,
y te quedas tan pancho, ¡hombres ciegos!,
apresados en su propio bienestar.
Antonio José Royuela
domingo, 2 de noviembre de 2014
¡Estoy harta!
Estoy harta de tus besos que no
besan
harta de mendigar unas horas para
salir sola,
cansada de mirar el techo y
permanecer quieta
cuando buscas tu placer a toda
costa.
Cansada de tus abrazos de propina
fatigada de dormir siempre alerta
aterrada con los portazos que me
despiertan...
Abatida de ocultar mi mirada
delatora
ofuscada de censurar las palabras.
que sueñan
con salir a
gritos
de mi boca.
Avergonzada de esconderme de los
míos
para que no vean las huellas que me
dejas.
Hastiada de amoldarme a tus
caprichos,
ahíta de tus falsas excusas
cuando recurres a la humillación y
a la violencia.
Perturbada al
sentirme tan indefensa
asfixiada estoy de tu prepotencia,
que a todas horas me anula
me controla
me desespera.
Pero a pesar del miedo
no has logrado arrebatar toda mi
fuerza.
Introduzco mi vida en una maleta
y con mano firme,
abro la puerta.
Silvia Cuevas-Morales
sábado, 1 de noviembre de 2014
Anoche nos amamos
Eran tus labios prohibidos
Era mi lengua atrevida
Eran mis senos ansiosos
Eran tus dientes rapaces
Era tu vientre cálido
Era mi mejilla en tu regazo
Eran mis muslos firmes
Eran tus manos suaves
Era tu sexo ardiente
Era mi boca ávida
Era mi grito desesperado
Era tu orgasmo liberado
En diferentes lechos
A miles de kilómetros
Anoche...
nos amamos
Silvia Cuevas-Morales
viernes, 31 de octubre de 2014
Oración
Que las sombras de la noche no me desvelen
Que el silencio no me grite al oído
Que el reloj no explote en mi cerebro
con su maldito martilleo eterno
Que la araña no teja su tela en mis pensamientos
Que el búho no se mofe de mi sonrisa
Que el tiempo no me robe tu recuerdo
Que mi sueño no permita que te seduzcan otros versos
Que la distancia no nos tienda trampas
y nos entierre en el olvido del silencio
Que los miedos no nos asalten
con sus máscaras diabólicas
y el veneno de los celos
Que sepamos mantener presente
que es la misma luna pálida la que se esconde
detrás del sol de tu cielo
Silvia Cuevas-Morales
jueves, 30 de octubre de 2014
Descansé mis huesos
Descansé mis huesos
reposé mis párpados
Apoyé mi cerebro en la almohada
acosté mis pasos polvorientos
Yacieron inertes los pensamientos
el corazón latió horizontal
y escondí mis dientes
Liberé la lágrima frustrada
y mi cuello se quejó
con un crac de huesos
La serpiente vertebral
se enroscó sobre sí como un feto
Navegué en un mar soñoliento
con el "id" suelto al no estar
despierto el "ego"
El polvo del día cansado
descendió e hizo su nido en mi cabello
Silvia Cuevas-Morales
miércoles, 29 de octubre de 2014
Idiota sadomasoquista
Querías ser mi sirviente
que te amarrara
y te colgara,
te golpeara sin parar.
Que te vendara los ojos
para no ver,
que te tapara la boca
para no hablar.
Que te diera latigazos,
te insultara,
te humillara.
Pero para mí
eso no era ningún juego.
Soy chilena
eso no se puede olvidar...
Silvia Cuevas-Morales
martes, 28 de octubre de 2014
Desarraigo
Un enorme peso que me fatiga
Una triste valla que me aísla
Un desierto que me asfixia
Un mar que me castiga
Sonrisas de papel que ya no
devuelvo
Recuerdos borrosos que me anulan
Pertenencias que ya me son ajenas
Amistades que ya desconozco
Sueños insatisfechos
Planes truncados en el destierro
Fotografías que me acosan
Cartas polvorientas que me hunden
Voces distantes que me susurran un
pasado
que ahora siento tan lejos
En círculos deambulo por avenidas
sin dar con el sosiego
La noche más cruel aún
no me permite descansar mis huesos
Aferrada a mi almohada
intentando sucumbir al sueño
en búsqueda de esa calma
que tanto añoro
que tanto necesito
para volver a nacer
con pleno derecho a vivir
en este país nuevo.
Silvia Cuevas-Morales
lunes, 27 de octubre de 2014
Fusión
Cómo deseo vestirme con tu cuerpo
Enguantarme con tus manos
Mudar mis gafas por tus ojos
Enfundar mi cuello con tu pelo
Erguir mis pezones en tu boca
Cubrir de sudor la seda de tu vientre
Leer tus pliegues con caricias
Adentrarme en tu mente
Lamerme los labios con tu lengua
Sujetar mi pecho con tus brazos
Amamantar tus besos con mis senos
Entregarme a tus dedos
Atrapar tu muslo con mis piernas
Galopar igual que un potrillo hambriento
Humedecer mi nido con tu aliento
Ensortijar mi lengua con tu vello
Morder la fruta prohibida con tus dientes
Saborear tu saliva con mi sexo
Tragar el aire de tu boca
Con el último espasmo de nuestros cuerpos.
Silvia Cuevas-Morales
domingo, 26 de octubre de 2014
Cosecha continua
Leo en tu rostro, madre,
las heridas de la vida abiertas,
tu legado, el que heredaste,
al que no renuncio y a él sumo el mío,
dudas y pasos de esta cosecha
continua con los nuestros,
cabeza con cabeza como bestias
en la faena de la labranza,
brazo a brazo en la vasta era
en la que aún nazco, nacemos,
donde prende incesante el árbol,
donde trillo las mieses de la sangre.
Tengo tus preguntas y las mías,
y también tengo tu agua, madre:
la vida no se nos volverá yerma.
Andrea Mazas
sábado, 25 de octubre de 2014
Mi columna vertebral
mi columna vertebral,
mis tristes andamios cortos,
no llego a la herida, a lamerme
desde dentro mi dentro,
no toco la alegría,
me tiemblan los disfraces,
le quedaron pequeños
a la niña del miedo
(¿qué palabra es cicatriz?):
soy una funámbula y su cuerda,
el vértigo, la caída antes de caer,
pienso en ti sin equilibrio,
sin número ni dios, sin mí
(soy un yo: hueco, pasillo, caja)
rezo, espero, retuerzo silencio, digo
/contradigo/contrahago/contraigo/,
me acurruco, cefálica, me ateto,
me atrapo en una promesa de luz
como un explorador perdido
soy eco de mis pasadizos,
esta voz es grito de ayer
y de mañana
(en todo centro se entra
en un laberinto más)
Andrea Mazas
viernes, 24 de octubre de 2014
Maternidad
cuándo fue la primera contracción no lo sé
ni en qué hora empecé a dilatarme
pero sé que
me nazco un poco más cada día
y espero que
buenamente
la muerte me alcance solo
al final del parto
como fruta que se desprende
al fin madura de su rama
Andrea Mazas
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jueves, 23 de octubre de 2014
Vistas a un poema
Vivo en una casa con una ventana que da a otra casa con una ventana con barrotes.
Cuando la persona que vive en la casa de esa ventana con barrotes descorre sus cortinas y una hoja de la ventana con barrotes,
anula mi reflejo y veo, entre los barrotes, un salón partido e inundado de luz en el que yo podría bailar y al fondo un balcón.
Solo cuando la persona que no baila en ese salón deja abierta la ventana con barrotes y descorre las cortinas del balcón del fondo del salón en el que yo podría bailar puedo decir que mi casa tiene vistas.
Hay detrás de esta idea otra idea con vistas a un poema muy triste.
Andrea Mazas
miércoles, 22 de octubre de 2014
Siesta
En la siesta
no hay hora ni deshago cama.
Disfruto de la inutilidad
de las sábanas sin tic-tac.
Me despiertas tú,
te digo, y tú asientes.
Eres así. Estás siempre
derramando síes que se enlazan,
que trazan la inadvertida continuidad
en la que nos destapamos cada mañana,
pronto, con el café aún sin servir.
Después, los recados, el calendario
y las citas, el abandono de los parques,
la música, los planes y las cuentas,
todos esos asuntos que nos aplazan
el tú y yo, sin ausencia:
pienso en ti sin pensarlo,
y sin pensarlo llega otra vez
la siesta, un sí tañido,
como una campanada de piel.
Son las rutinas de este amor,
las de hoy, blandas:
mañana ya serán otras.
Nos queremos.
Me basta esta concurrencia,
este sutil sucedernos
que anula relojes y mantas:
el tiempo es presencia
o ausencia, pensarte;
de sangre y palabra, o silencio,
es el calor, o no es.
Van quedando las puntas
de los retratos que nos descolgamos.
Yo escribo sobre lo que ya se está yendo.
Andrea Mazas
martes, 21 de octubre de 2014
Dos veces luz
Estás multiplicada.
Eres dos veces luz.
Las preguntas que retrasaste
se responden ahora con otras
y anticipan las de mañana, pero hoy
las sabes semilla y te creces.
Eres así, fértil,
raíz firme de sangre
que crece y tú creces.
Eres más,
y más de la tierra que nunca,
como suma de amores.
En tu matriz late la hora siguiente.
Dibuja un aro concéntrico más
en la estela de tus edades.
Eres árbol fecundo de ternura.
Maduras en una estación que se expande.
No has nombrado aún
a la mujer que te está brotando
y ya asumes la circularidad,
lo redondo,
como una señal de tu vientre.
Es la vida,
la retórica implacable.
Tu hijo te está naciendo,
de nuevo, nueva.
Andrea Mazas
lunes, 20 de octubre de 2014
La pecera
Sé que te intuyo más de lo que te sé.
Veo venir de lejos al hombre que estás a punto de ser
mientras el niño que estás siendo le susurra
a la niña que le crece a mi mujer.
Son ellos quienes pasean ciertas horas
por las playas que inventa la ausencia,
como jardines de infancia sin tutores
donde hacerse los recreos y morderse la merienda.
Levantan torres de babel,
combaten a los dragones con tu lápiz de arena,
lanzan una red de risas al agua, y, de repente,
el mar se abre como una boca,
una pecera gigante de amor salado.
Después se quiebra el sueño, y él se esconde.
La inocencia escribe el último verso de la noche.
En el punto final te encuentro, esa isla minúscula
que pone mi mujer, que borra tu hombre.
Nuestros niños se hacen los muertos sobre la duda.
Nos extrañamos en el sueño que despierta el deseo.
Luego poco más: la noche vuelve a su sitio
y avanza en silencio.
Andrea Mazas
domingo, 19 de octubre de 2014
Pura casualidad
Me llamo Sara como me podría llamar Marta o Lucía.
Vivo aquí como podía vivir allí o allá.
Mi color de pelo, de ojos, de piel,
mis manías, miedos, hasta mi forma de andar,
todo, pura casualidad.
Casualidad y genética.
Eso somos.
Eso y tal vez,
unas gotitas de experiencia.
Poco más.
Perturbador descubrir
que hay poco que controlar
que modificar
que no podemos evitar un infarto repentino
una embolia
un cáncer
o ser hipocondriaca, como pueden ver.
Tampoco con quién nos cruzaremos al girar esa esquina
o quién decidirá dejarnos al girar otra.
Qué pasará con los mercados
con la borrasca que se acerca por el oeste
o con qué, idea delirante, nos despertarán los de arriba.
Nada, no sabemos nada
y pese a esa nada,
somos capaces de vivir como si nada.
Vivir cada día
como si lo supiéramos todo.
Sara Zapata
sábado, 18 de octubre de 2014
Con mi permiso
Me permito vivir como quiera
porque esto, la vida,
es lo único realmente mío.
Me permito por tanto
tropezar las veces que sea necesario
y también vaguear,
tumbarme al sol y dejar que pase el tiempo
sin que nada pase.
Me permito también
adelgazar y engordar a mi antojo
puesto que este cuerpo es mío
y darle placer sin reproches.
Me permito amar y que me amen
sin ridículos límites
que edulcoran al amor
e intentar
aceptar el fin con valentía
sin miserables reproches,
pero si llegado el momento
me falla la entereza,
me permito convertirme en escarabajo
durante un tiempo determinado.
Me permito cambiar de opinión
sin sentirme culpable
ya que nada es estático.
Me permito además,
permanecer en la confusión del ser
en la intriga de las sombras
en esta interrogación constante.
Me lo permito
porque ya me cansé,
de apuñalarme a cada instante.
Sara Zapata
viernes, 17 de octubre de 2014
Regresar
Sentirse muerta sin estarlo
percibir el mundo que la rodea
como un frío y silencioso ataúd
en el que ya nada
el que ya nadie.
Caminar muerta entre los vivos
sentirse sombra
agua estancada
eco sin voz.
Y allá, en el país de los muertos
donde la estación no cambia
y sólo pasean recuerdos
se abre paso un rayo de luz
directo a su pelo,
un rayo que todo lo cambia.
La vida vuelve
siempre vuelve
porque sólo los muertos de verdad
saben ser muertos.
Sara Zapata
jueves, 16 de octubre de 2014
Puestos a elegir
Puestos a elegir elijo:
El mar embravecido
tu lunar de la espalda
la sonrisa de Jimena
el abrazo de mi padre.
Puestos a elegir elijo:
cañas en el Mercado de San Fernando
a cena en el Ritz
tus poemas a Neruda
Lope a Góngora
ver por enésima vez una de Billy Wilder
a la última de Ridley Scott
diez días de verano al invierno de Madrid
volver a ver a mi abuelo preparar sus migas al Cuponazo
el asiento de atrás del Corsa
a una suite francesa.
Pero todos mis elijo cambiaría.
Cambiaría mis pequeñas batallas cotidianas por una mayor,
por ver a Lorca escribir en su patio de Granada
por no ver a Machado pisar Colliure
por ver a Hernández acercarse a una cuna con un saco lleno de panes, queso y jamón del bueno,
por no ver a Alberti a bordo del "Mendoza".
Cedería mis elijo
por ver bailar juntas a las trece rosas
por no contar los muertos
por ver a los maestros en sus escuelas
por ver desterrado al que vino de África en un remoto rincón de Groenlandia
por ver vacíos los Pirineos y no escuchar La Pirenaica.
Mis elijo daría
por haber ganado esa Guerra
por sentir la vida,
la libertad.
Sara Zapata
miércoles, 15 de octubre de 2014
Ausencias
he sentido el vértigo de varios precipicios,
anduve otras tierras, soñé otras lunas.
He vivido sin ti todo este tiempo,
otros llenaron de besos y palabras
mi alacena,
a otros amé, olvidé,
me amaron, olvidaron
ya sabes cómo es esto…
Y pese a todo, pese a este reloj
que avanza por segundos que son años,
siempre hubo un momento,
en aquella terraza en Nápoles,
en algún paseo frente al mar,
en aquel inolvidable concierto
o en un mirar la lluvia tras el cristal,
en el que me acordaba de ti
y te imaginaba allí,
en esos pequeños instantes
en los que nunca estuviste.
Sara Zapata
martes, 14 de octubre de 2014
Advertencia
No quiero promesas,
no se pueden cumplir.
No espero tu todo
ni deshilacharte a poquitos
ni que me mires y mueras
porque yo,
te quiero vivo.
No hagas de mí tu centro
no me lleves por bandera
que mi luz no te ciegue
ni mis besos te callen.
Cédeme rincones,
avenidas, portales
pero guárdate lugares
en los que yo no entre.
Protégete de mí
que tiendo a la expansión
a poblar todo un mundo
para después huir
ante el horror que supone
sólo verse a una misma
cuando dos, se hacen espejo.
Recuérdalo compañero,
yo sólo,
te quiero libre.
Sara Zapata
lunes, 13 de octubre de 2014
Avanza
Ya no puedes demorarlo más
ya la vida empuja te reclama
grita tu nombre cuando la ciudad duerme
y sólo los hombres tocados por la clarividencia
o mordidos por el amor que no fue
cavilan, sueñan, se destruyen.
Ya no puedes excusarte más
ahí está
sentada en ese café
jugando con sus dedos
mirando el reloj.
No es la vida
pero es el puente que te llevará hasta ella.
Sara Zapata
domingo, 12 de octubre de 2014
VUDÚ
Si ella supiera la dicha
de la tripa en el ladero
de la desbordada fiola
que hace al vidrio
enmudecer.
Si supiera los coros
que me mete en la cabeza
cuando tiende o cuando mira
o va en el metro
y es rebalse
su ojo amohinado.
Si supiera
que si sigue riendo
va a romperme
de tan elástico
el vudú.
Si supiera
lo poco que quepo
en el crisol
cuando son cósmicos
los cabreos.
Si supiera la balsa
de peinada agua
con que me hace
asumir
las inundaciones.
Si supiera
que desde ella
no sé si tengo
flecha
o corazón.
Si supiera
la colección de poleas
que ha puesto
en el levanto.
Si supiera
lo mucho que me ha
ayudado
en la medida
de lo imposible
y el bajo escalón
del ahora
precipicio.
Si supiera la boca
que le miro
y el trasero
que mena
el disturbio
y esa carne
percutor
y ese pelo
pentagrama
donde ha madrugado
la cola
de la música.
Si supiera que con un sólo
puñado de su ira
no importaría
lo grande
que fuera
mi grisgrís.
Si supiera la batería
de mi empeño voltaico
por poderos
contarla
sin nada
exagerar.
Si supiera
que sólo en el hueco
de su pecho rambután
evito yo serme
escaramuza.
Si supiera
que es ella
la poesía
del reveno.
Y si yo supiera
que lo sabe...
qué velís de palabras
y qué asfixiante treno
aguaría el cajón
de la escritura.
Pedro Morillas
sábado, 11 de octubre de 2014
LA SUERTE
Todas las mañanas cuando despierto
experimento un placer supremo:
el de ser Salvador Dalí.
Salvador
Dalí
La suerte de llamarme Pedro Morillas,
la suerte del uso del morral
cargando los candelabros
del onanismo.
La suerte de levantarme cada día
y llamarme Pedro Morillas
y no saber con qué fin
usar el espejo
de la maledicencia.
La suerte, la increíble suerte
de experimentar el supremo placer
de llamarme Pedro Morillas,
la suerte de ponerme
frente a mí
totalmente
amartelado.
La suerte de los riegos jaricando
el nombre de mi propia
cosmogonía
teniendo la poesía
la ijada
de su propia
sospecha.
La suerte de asomarme al balcón
siendo Pedro Morillas,
ese hombre que se escala
al tiempo que caen
los chubascos
de su altura.
La suerte de tener
a los amigos contados
con el muñón.
La suerte de no sentirse
nunca
solio.
La suerte de decirse:
“Te quiero
tanto que
te tengo
que matar”.
La suerte de llamarme Pedro Morillas,
ese espantapájaros clavado
para mantenerse
en la distancia
del viento
con su treo.
La suerte de tener una idea fija
que no acaba de torcerse,
la suerte de ser siempre puntual
deshora,
la suerte de ir a todo tren
a través del rabión
donde es líquida la colección
de todos
mis remordimientos.
La suerte de practicarme
cariñosamente
el haraquiri
en la ceremonia
oficial
de mi coloramiento.
La suerte de haber nacido
con una segunda y
última
oportunidad.
La suerte de mi madre
y de mi padre
y de la madre
de la madre
que los banió.
La suerte de llamarme Pedro Morillas
y captarlo todo
con feliz
ametropía.
La suerte de levantarme cada día
Pedro Morillas
y dejar que taladre
el poema
un butrón
en la cóncava
cecidia
del cerebro.
La suerte de ser intolerante
a la astrosa
realidad.
La suerte de creerme un genio
creyéndose genialmente
desgraciado.
La suerte de ser adelantado,
que alguien pare
al caracol.
La suerte de planear conmigo
la conquista
de mi entrega.
La suerte de estar sentado en una silla
sentada en otra silla
y así hasta que todo en mí
es
asentamiento.
La suerte de tirar piedras
contra mi propio
legado
y de considerarme
sin lugar a dudas
el más importante ser
de la histeria
de la humanidad.
Y la suerte,
sobretodo,
de llamarme Pedro Morillas,
ser poseído
por Isel
y no importarme entonces
la suerte,
la repetida
suerte
de mi nombre.
que no acaba de torcerse,
la suerte de ser siempre puntual
deshora,
la suerte de ir a todo tren
a través del rabión
donde es líquida la colección
de todos
mis remordimientos.
La suerte de practicarme
cariñosamente
el haraquiri
en la ceremonia
oficial
de mi coloramiento.
La suerte de haber nacido
con una segunda y
última
oportunidad.
La suerte de mi madre
y de mi padre
y de la madre
de la madre
que los banió.
La suerte de llamarme Pedro Morillas
y captarlo todo
con feliz
ametropía.
La suerte de levantarme cada día
Pedro Morillas
y dejar que taladre
el poema
un butrón
en la cóncava
cecidia
del cerebro.
La suerte de ser intolerante
a la astrosa
realidad.
La suerte de creerme un genio
creyéndose genialmente
desgraciado.
La suerte de ser adelantado,
que alguien pare
al caracol.
La suerte de planear conmigo
la conquista
de mi entrega.
La suerte de estar sentado en una silla
sentada en otra silla
y así hasta que todo en mí
es
asentamiento.
La suerte de tirar piedras
contra mi propio
legado
y de considerarme
sin lugar a dudas
el más importante ser
de la histeria
de la humanidad.
Y la suerte,
sobretodo,
de llamarme Pedro Morillas,
ser poseído
por Isel
y no importarme entonces
la suerte,
la repetida
suerte
de mi nombre.
Pedro Morillas
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