domingo, 31 de julio de 2016

Felices vacaciones de verano....volvemos en septiembre


                 



Ven



Ven,

paséate esta noche por el borde
de mis labios.
Ven,
desátame esta noche los sentidos.
Ven,
átame esta noche a tu voluntad.
Ven,
toma de mis labios este fruto
prohibido.
Ven,
ven y estállame dentro.
No te dejes ni una gota

de tu pasión.


Eva García Madueño



sábado, 30 de julio de 2016

Te



Te repites

te dices y te desdices

rompes,

mientes,

destruyes,

permaneces en silencio.

Huyes del pasado,

y el pasado te persigue.

Repites lo pasado,

porque el pasado eres tú.

Vives en un círculo infinito de mentiras

del que no puedes salir.

Encerrado en tu mundo,

sumido en tu oscuridad.

No puedes escapar de ti mismo.

No hay ventanas abiertas,

que alumbren tu soledad.



Eva García Madueño


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viernes, 29 de julio de 2016

No es más azul el cielo



No es más azul el cielo

cuando las nubes se van

y me despejan las dudas.

No es más azul el mar

cuando el cielo -que da

color a su alma- se desnuda

y la luz que se refleja sobre su pecho,

le avisa de que la oscuridad

se acerca.

No es más oscura la noche

cuando tu luz ha dejado

de cegarme, cuando

la oscuridad me cubre

y me aleja de ti.

No es más oscura, no,

las estrellas continúan

iluminándome el cielo.

Y en mi camino estaré

cuando me quieras querer.


Eva García Madueño


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jueves, 28 de julio de 2016

Me quedaré en otoño



Me quedaré en otoño.

Ya lo he decidido.

Guardaré sus hojas doradas en mi bolsillo,

romperé el calendario, apagaré el mundo.

Acondicionaré mi cueva para que no entre el frío.

Y dormiré desnuda,

cubierta sólo por el deseo de sol,

por la quietud que anida mi corazón.

Cerraré los ojos y esperaré…

la primera golondrina,

la primera flor…

…entonces diré adiós al otoño

y me lanzaré en los brazos de la primavera.

Mientras, el señor invierno,

pasará de largo con sus cabellos plateados,

con sus fiestas y regalos.

Pasará…

…y sólo entonces volveré a despertar.


Eva García Madueño



miércoles, 27 de julio de 2016

Me gusta



Me gusta sentir la savia de tu voz

cuando arrancas las palabras del papel,

cuando arrancas el alma de tu piel.

Me gusta oír las pulsaciones de tu pecho,

observar el sonido de tus versos,

abrazar la vibración que se desprende de ti,

entender que -en ese momento- el mundo

ha dejado de existir.

Me gusta contemplar cómo se te

enciende el alma,

me gusta asistir al incendio de tu mirada

…cuando recitas.




Eva García Madueño


martes, 26 de julio de 2016

Hoy brindaré por ti



Hoy brindaré por ti,

por tus dedos -como peces-

navegando entre mis muslos.

Tus labios descubriendo

cada pliegue de mi piel,

empapando mis lunares,

desatando mi locura.

Tu lengua rodeando los círculos

de mi orografía,

propagando sobre las cimas

su vibración.

Mis trémulos senos contenidos

entre tus manos...

abrázame fuerte, amor,

que hoy brindaré por ti,

beberé de nuestras promesas

y ocultaré esta furia que -a veces-

me domina.

Y guardaré -bajo llave- unos besos,

fragancias y recuerdos

para alimentarme de ellos

cuando ya no estés.


Eva García Madueño



lunes, 25 de julio de 2016

A la deriva



A la deriva.

Siénteme pequeña y ligera,
a la deriva,
sin apenas dormir,
sin equipaje.

Siente el temblor de mi piel,
acaríciame.

Busca mi reflejo en tu pupila,
reconóceme.

He surcado tantos mares
a la deriva.

Ven,
abrázame ahora,
hazme entrar en calor,
surca mi piel con tus manos,
no me dejes seguir
a la deriva.


 Eva García Madueño



domingo, 24 de julio de 2016

Semana dedicada a Eva García Madueño




LAS AGUJAS DEL RELOJ RONDAN LAS CINCO



Llueve sobre Madrid

y en cada nota

filtros del sol de otoño

se han fugado del Atlántico.


Las agujas del reloj rondan las cinco

y una calma callada

de tarde de fiesta

se extiende hasta la montaña.


Y tú,

en ese continente en el que estás,

donde los sueños han contado

todas sus horas del revés

con tormentas torrenciales

y aires cálidos

¿Te acordarás de mí?


Mas si espero

tú vendrás

Y luego,

cuando vuelvas,

-húmeda huella del viento-

saltarás sobre la miel

que encharca los caminos.

Y veré amanecer.


Isabel Delgado



sábado, 23 de julio de 2016

ÁNGELES SONÁMBULOS



Ángeles sonámbulos vuelan sobre las montañas

ebrios de verdades que buscan respuestas.

Sólo un alma repleta de preguntas

lame sus heridas frente a su cristal.

Y espera.

Tal vez algún día…


Suenan las campanas que transforman la vega.


Notas verdes caen sobre un viento pálido.

Signos que interrogan hacen su nido en mí.

Han comprendido mi nombre.

Se han instalado en mi esencia.

Mas evitaron que mis pies resbalasen con la lluvia

pues escucharon la alarma del frío amanecer.


Y en el silencio,

brota la poesía desde tantos huecos,

desde las carencias.

Y siempre, siempre,

desde ese fuego

que nos dejan las palabras

abiertas y perdidas

por el dolor

de no saber.

Tal vez algún día…


Isabel Delgado



viernes, 22 de julio de 2016

EL SOL DE INVIERNO




Tarde

se transformó el sol en ola

para no dañar tu piel

tanto tiempo utilizada

y deshojada por el viento.



El sol

se desnudó de su fuerza

y ha caminado descalzo hacia tu calma

enredado entre ríos,

casi tímido.



Por ti

se ha convertido ya en agua

y hoy pretende, tan sólo,

acariciar.


Isabel Delgado



jueves, 21 de julio de 2016

EN CADA GRANO DE LUZ




Se ha dormido.

Pero consciente de la luna

de perfil que inquieta.

Del lenguaje de los pájaros,

sin rincones ni secretos,

tras esa aurora que asciende

los escalones

del nuevo día.


De cada grano de luz.


Del avance de los ruidos

por las galeras de vida

tras las cortinas selladas.



De tu extraña presencia.

De tu ausencia.


De la extraña presencia de tu ausencia.


Isabel Delgado



miércoles, 20 de julio de 2016

POEMA PARA CERRAR UN RECUERDO





Todo acabó en cinco constelaciones.



Un adagio fundía en las entrañas



el rayo del recuerdo que llega a todas partes.




Él leía a Walt Whitman

y buscaba la magia de cambiar por azul

el simple desencanto.

Todo acabó en lugares perdidos,

en fusas,

semifusas,

signos interrogantes.

Un cataclismo de cielos,

una tormenta de miedos,

un incendio en mil colores,

de hielo,

menta

y añil.

Luego,

el vacío,

la ausencia.

Nada.

Sencillamente,

todo acabó.


Isabel Delgado



martes, 19 de julio de 2016

HILOS ROJOS



Pasa el tiempo y necesito saber

cuántas veces han caído los sueños

sobre las nubes quebradas

que forman espumas de bordados silencios.


Hoy la tarde se deshace en hilos rojos

y no sé lo que me espera,

pero no perderé la memoria del ayer

ni miraré por debajo de la ausencia.


Para seguir,

recogeré finas hebras de paz

que quedarán cosidas sobre la verdad

con cada acorde del camino en que me encuentro.



Isabel Delgado



lunes, 18 de julio de 2016

EL DESTINO



Él era el guardián de la historia.

Salió de la memoria de las hojas caídas.

Caminaba hacia el sur, hacia el agua.

Recogiendo reflejos, susurros...

Le recuerdo callado, invitándole al viento

a tocar las campanas que limitan los siglos.

Deshojando las noches

en su voz, por su voz, con su voz.


Y ahora,

que el tiempo sigue oculto a mis palabras,

a mis manos, a mis ojos, a mi piel,

a la luz del mediodía que nunca fue rocío,

yo sé que en el azul tampoco habrá respuesta,

ni caminos,

ni sonidos.

Silencios del cristal del mundo.

Silencios...


Isabel Delgado



domingo, 17 de julio de 2016

Semana dedicada a Isabel Delgado




Enlace a sitios porno gratuitos



Iba a ser un vermut,

ya sabes,

dejar que las aguas del sábado

bajaran sigilosas

siguiendo sin estridencias su cauce

hasta desembocar en la originalidad

de un domingo sin resaca

y de parques llenos de niños jugando.

Pero se ha complicado el mediodía

y el sol ha tejido una trampa

escupiendo al tedio de mis brazos

y esculpiendo aristas

con excusas de mal perdedor.

Llegados a según que punto

resulta fácil extraviarse

alojando una sonrisa radiante

en las chicas extranjeras

de piel blanca

que risueñas y alegres

pasean por delante de uno,

con esos ojos claros

como la primavera

cuando viene a robarle

las horas a la noche,

y obtener el premio de consolación

de una sonrisa devuelta

puede que forzada,

que volver al presente con pasado

que es mi futuro.

Iba a ser un vermut,

ya sabes,

pero la hora del café

no es más que un pacharán con hielo

buscando un número de teléfono

y la derrota asomando entre las calles

que empiezan a estrecharse.

Entonces,

cuando te das cuenta

ya caminas sobre arenas movedizas

y el cielo es negro

como una cama deshecha

sin nadie a tu lado.

Es en ese puto instante

traidor, ruin y altanero

cuando la caligrafía insulsa

de todas las mentiras

que una vez fueron verdad,

alinean sus pasos junto a los tuyos

y asimilas áspero y cejijunto

la hazaña de transitar Nou de la Rambla

para entrar en La 2

y con un mucho de suerte

fingir con ella un encuentro fortuito.

Lúcido aún

para saber a ciencia cierta

que es eso

o terminar en casa

buscando enlaces a sitios porno gratuitos.


José Liñán



sábado, 16 de julio de 2016

El cordón umbilical



No conozco el olor de la muerte

pero ebrio me hallé

tantos días

del verano de la vida,

que por los suspiros que escapan

por cada uno de mis poros

puedes verme.

Desnudo.

Frágil.

Como soy.

En pie erguido

para anunciarte

que abdico en la droga más dañina,

la de echarte de menos.

Que el escalofrío me posee

al notar como agujas en mi piel,

el vacío en tu lado de la cama.

Que ahora mismo

eres el cordón umbilical

que me une a la vida.


José Liñán



viernes, 15 de julio de 2016

Los replicantes



Miradas de barro

que apenas se sostenían.

Brazos transparentes

incapaces de entrelazarse.

No conducía a ninguna parte

esa actitud permanente

de bandera ondeando a media asta.

De cuarto de baño sin alicatar.

Siempre se firma un pacto de no agresión

para comenzar a derribarlo todo

e intentar escaparse

de ésa ciénaga que algunos llaman memoria.

Fuimos nuestro mayo del 68,

una primavera que no se iba a acabar nunca.

Fuimos elegidos

para practicar el hedonismo con mileurista precisión.

Tuvimos todo un sistema financiero

dispuesto en su momento

a garantizar nuestra existencia de cartón-piedra.

Fuimos todos y cada uno de los golpes

que derribaron el muro de Berlín.

Y el este,

y el oeste,

y un solo norte

donde encontrar nuestro sur.

Fuimos Dioses griegos.

Fuimos arrogantes

insolentes e inconscientes.

Y ahora que el reproche

no es más que un autobús

circulando por carreteras secundarias,

solo nos queda fingir sonrisas,

acariciar los recuerdos

como si fueran el más preciado

páramo de la nada

y envejecer distantes

entre nosotros.


José Liñán



jueves, 14 de julio de 2016

El peor amante del mundo



Puede que sea de los peores

amantes del mundo.

Pero me esfuerzo,

te juro que me esfuerzo.

Puedes verlo

en mi sentimiento crónico,

en mis manos afiladas.

Sentirlo incluso

cuando venero

las erráticas curvas

por donde despeño

mis primaveras.

De verdad

que me esfuerzo.

Y es por ello que no abro la puerta,

al gélido futuro

que a veces me busca.

Y es por eso,

que intento aprender

e imagino nuevas estructuras

en las comisuras

de todos tus labios.

Y me codeo con quien sea

por defender

a capa y espada,

en el sosiego del verbo adormecido

y en el vértigo del gesto gratuito,

que amarte,

es mi único ejercicio

de responsabilidad posible.


José Liñán



miércoles, 13 de julio de 2016

Tour del Porvenir



Trazando líneas

que cruzaban desde el Raval

hasta el Gótico.

En una carrera prodigiosa

que terminaba siempre tarde.

Así nos encontraba el sol,

como un remate a gol

al palo largo.

Allí donde los porteros

solo encuentran miseria.

Desbordados

por esa finta sin balón

que es Barcelona,

nos hallamos

unos años más viejos.

En los bolsillos de nuestra memoria

se acumulan intactos

los garitos que nos han ido cerrando.

Aquellos en los cuales para entrar

solo nos pedían talento.

A cambio,

despachos de abogados

e hipotecas.

Y a manos llenas

la crudeza de saber

que no hay cementerio más tirano

que aquel donde yacen

los besos que nunca dimos.


José Liñán



martes, 12 de julio de 2016

Circunspecto blues



Ya no parece que se folle por estas calles,

o al menos eso deduzco

entre el reflejo de luces halógenas

que ha terminado violando la oscuridad

de los recónditos recovecos

donde yo,

con torpeza y ansiedad,

aprendí a amar.

Todo éste mobiliario urbano de diseño

como navaja al cuello de nuestra inocencia.

Todo está lleno de Mercadonas.

Todas estas formas y volúmenes

cuya única finalidad

parece ser confundirme.

Ya no parece que la gente se drogue por estas calles,

ya nadie invita,

todos imitan.

Ahora parece

que salir solo de casa

sea una aventura prescindible,

como si estuviéramos sobrados

de locuras y anhelos,

de pasión y consuelos.

Y lo que más me desconcierta,

es que siempre vuelvo a ti

circunspecto y agrio

como el trabajador de una noche de fin de año.


José Liñán



lunes, 11 de julio de 2016

El día que murió Sergio Algora



El día que murió Sergio Algora

fue un correo de Emilio

el que vino con alevosía

a disfrazar de cerveza sin alcohol

las horas siguientes.

Por aquel entonces

me hallaba yo

enfrascado con la negligencia del iluso,

en escoger mis mejores galas

para jugar un partido de Champions

sin saber que íbamos a terminar siendo

un trofeo de verano.

Ya sabéis,

no hay flor más marchita

que un mes de septiembre

sin un polvo que contar a los amigos.

El día que murió Sergio Algora

un soplo de aire vino a decirme

que tarde o temprano

todo te termina alcanzando.

Que lo frágil es.

Que lo infinito nunca será.

Que somos frío

en los aledaños del verano

y calor

en el bostezo del invierno.

Reloj desacompasado

de nuestros propios latidos.

El día que murió Sergio Algora

recordé una noche

en el Fantasma de los Ojos Azules

donde un desliz vino a sumarse

a todos los deslices.

A grabar a fuego en la piel

que el orden de los factores

no altera el producto.

El día que murió Sergio Algora

tuve ya todas las cartas sobre la mesa.

La certeza gélida y en barra libre

de que estaba mucho más cerca que lejos.

Mucho más obtuso y menos cuerdo.

Y de que lo realmente importante

es que hoy estamos.


José Liñán



domingo, 10 de julio de 2016

Semana dedicada a José Liñán















Pasionaria



Al escupir la niebla me tragué el miedo.

Se agarró a mi garganta,

me clavó sus uñas descarnadas,

intentó trepar hasta mis ojos,

vaciarme las tripas de lágrimas

y no pudo.

Al escupir la niebla le cogí la mano,

la miré a los ojos, a mi hermana.

A mi hermana pequeña, mi pequeña hermana,

que temblaba de frío y de pena.

No pasa nada, no pasa nada.

Me moría al ver que lloraba.

Al escupir la niebla miré al mar

que sin hambre nos iba a engullir,

nos iba a arrastrar a ningún sitio,

a ninguna casa con ningún padre,

dejándonos varados sin fe ni destino,

pero vivos.

Hoy escupo esta niebla como escupí aquella.

Cojo su mano y sonrío a su alma,

a mi hermana pequeña, ajada y cansada.

Como yo, cree ya en nada,

porque todo ha pasado, hasta el dolor.

El regreso ya no es esperanza.

Al escupir la niebla miro al pasado

y te veo de negro. La madre coraje,

con olor a tiempo de armario viejo,

mendrugos de pan sin justicia,

calcetines escritos en artículos zurcidos.

Todos iguales en el hambre.

Al escupir la niebla sé que te odio,

porque hoy el regreso es bastardo.

No nos queda nada,

no nos queda ni alma.

Cuando, aún a tiempo, pudimos volver,

para ti fuimos golfos y putas tristes.

Al escupir la niebla veo a tus hijos.

Hijos nacidos de las huelgas,

muertos de hambre por tus discursos,

tras tus mineros.

Me siento estúpido por haber creído

que, al mirarme esa noche, entendiste mi miedo.

Hoy escupo esta niebla, que no sabe de ese miedo.

Sobre él construí desilusiones, decepción y odio.

Un odio que me hizo insensible salvo a ella,

a mi hermana pequeña, esa sombra rota, muerta.



Pepa Pardo



sábado, 9 de julio de 2016

Siempre



Nada ha permanecido.

Ya no están los pastos verdes

salpicados de flores blancas,

ni los senderos creados por mis pies

descalzos en los días de lluvia,

ni los helechos silenciosos bajo

las ancianas hayas

ni la cabaña rodeada de nubes bajas.

Nada ha permanecido.

Ya no se oye el ruido de la puerta

de madera al amanecer,

ni el agua corriendo en el pozo,

ni murmurar la acequia tras del huerto,

ni el bostezo de las desvencijadas

ventanas cuando baja el sol,

ni los lobos, a lo lejos, recibir a la noche.

Nada ha permanecido.

El tiempo cruel ha hecho

cambiar mi mundo.

El hombre cruel derribó sin pestañear

la cabaña de mi abuelo.

La máquina cruel derribó el alma de

mis hayas y mis helechos.

El frío cruel borró mis pisadas de los caminos.

Nada ha permanecido pero sigue conmigo.

Sigue conmigo en las noches

cuando me acuesto de espaldas al día,

y en las mañanas de prisas

algo me dice que pare un momento,

que respire hondo, que sienta el recuerdo.

No me lo han quitado.

Permanecerá siempre.


Pepa Pardo



viernes, 8 de julio de 2016

Noche estrellada



Atrapa la noche en otra locura,

asomado a la ventana vestida con barrotes,

que no le deja alcanzar los azules

ni las explosiones en amarillo de las estrellas.



No hay luces ahora en el sanatorio.

Atrapa la noche pero no se deja pintar.

La guarda, la encierra, la abraza,

y para no perderla la plasma en sueños.



Despierta y no la tiene.

Vuelve a la ventana y la atrapa de nuevo, con miedo.

Al dormirse la sueña entre fiebre y sudores,

entre vuelos últimos y huérfanos pinceles.



Con el día la pinta de memoria:

azul, mucho azul, más azul, intenso para el cielo,

amarillo brillante para los soles nocturnos,

edificios y árboles ardiendo en negro.



Prisionera del más cuerdo de los locos

la noche estrellada más bella.

La libera con húmedos colores,

con la luz de la mañana, obra maestra.



Pepa Pardo



jueves, 7 de julio de 2016

Tijeras



Entre arrinconados recuerdos

encuentro sus tijeras.

Viejas, proscritas y olvidadas,

dentro de una caja carcomida,

las tijeras de mi tío.

Ellas cortaron mis trenzas,

y dibujaron mi flequillo,

tantas veces...

No están rotas, ni oxidadas,

ni siquiera sucias.

Envueltas en un papel suave,

de ese azul cielo que lo rodeaba,

a él, a mi tío,

y que aún lo ciñe para mí,

esperan mi curiosidad

y mi tiempo presente.

Quieren ser rescatadas,

devueltas al armario lacado de blanco,

que ya no existe.

Quieren disfrutar la caricia del afilado,

el toque experto de sus manos

ásperas y grandes,

y el roce de mi pelo,

con su sonido mudo al ser cortado.

Pero ya no están sus manos,

las manos trabajadas y entendidas de mi tío,

que las dirigía con pericia

en mi melena saturada de remolinos.

Y yo no sé afilarlas,

ni devolverlas a la vida.

Sólo puedo mimarlas,

envolverlas otra vez

en el papel azul cielo,

y buscarles un sitio mejor,

más nuestro,

lejos de los arrinconados recuerdos.


Pepa Pardo



miércoles, 6 de julio de 2016

Todos



Ni cifras, ni estadísticas, ni datos.

Ahmed, Ghada, Osama,

Ashty, Fatima, Moe.

Respiran el gas

y no es la primera vez,

ni será la última.

Carne de maltrato,

sin fecha en el horizonte.

Por huir de la guerra,

por desear una vida.

Niños entrando y saliendo,

con botas marcadas en la piel.

Gritos que sólo comprende el diablo,

pasaportes en el suelo,

violencia y sólo violencia.

Los castigas por soñar,

los castigas por ser.

Tu vida vale más

y la suya siempre menos.

Tú no tienes

estigmas de clase.

Cuchillos de plástico

contra vallas de metal,

y sonrisas de lluvia

en las noches frías.

Ellos que no tienen nada

te invitarán a comer,

y tú que lo tienes todo,

los ignoras sin vergüenza,

y les cierras la puerta.

Quedan solos

frente al barro y la muerte.

Gona, Sammy,

Huda, Mohammed.


Pepa Pardo



martes, 5 de julio de 2016

Inútil



¿Eres capaz de mostrarme

el destello profundo

de un error fugaz?

¿A qué sabe?

¿A menta?

¿Y el espejismo inabarcable

de mis desvaríos

en los caminos frondosos

de los sueños?

¿A qué huele?

¿A cerezas?

¿Me acompañas

al ojo de mi tormenta

a embellecer la tempestad?

¿A qué suena?

¿A nana?



Pepa Pardo







lunes, 4 de julio de 2016

De eso se trata



De sonreír a la mañana

y sonreír a la noche.


De atravesar la vida con paso manifiesto,

ligera de equipaje,

cargada de sueños,

hambrienta de azares.


De amar cuando me toque

y dejar que me abrase.


De parar a descansar,

no agotarme,

no gastarme,

no perderme el paisaje.


De cambiar con la estación

y adaptarme a ser feliz.

De eso se trata.



Pepa Pardo



domingo, 3 de julio de 2016

Semana dedicada a Pepa Pardo















LA MUJER DE CORAZÓN LLENO



El tic tac del reloj

interrumpe el recital

de las cigarras

Mientras

la mujer de corazón lleno

se arranca pedazos de piel

y escribe versos

La luna

remienda los poemas

que se rompen

Pero el viento

marchitara las rosas

que le ha dado su amante

Hasta detenerse el tiempo

en el olvido que cobija los recuerdos

sombríos

de su corazón lleno



Ada Membreño







sábado, 2 de julio de 2016

AL OCASO



Morí de nuevo,

me volví polvo de estrellas.

Nací otra vez en cada pelea.

Sacudí mis ramas grises

cuando fui árbol.

Celebre mi lucida manera de olvidarle

recomencé por convertirme en libro

y dejarme leer.

Encontré a quien cantar mi poesía

y hacerlo mi sol.

Se acerca mi tercera muerte.

Vestiré de roca coraza,

el vino en mi copa,

la mesa puesta,

y espero.

Es octubre una vez mas,

y esta a punto de tocar mi puerta. 

La muerte



Ada Membreño







viernes, 1 de julio de 2016

NO ESTAMOS SOLOS



Coincidimos en el umbral

de la pasión por los versos

y en la indignación por lo injusto

Existimos cual faros

en nuestro destino

Seamos montañas

y lluvia que llega sin avisar

Quedémonos a gritos

Nos esperan el pueblo

tus flores

mis pájaros

volvámonos uno ahora

¡ vos, yo

la poesía

y nuestra bandera proletaria



Ada Membreño