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domingo, 27 de octubre de 2013

Carta de despedida de un enamorado






Nada hay Amor. Nada. Ni brazos emergiendo de los bosques con dedos inclinados. Nada Amor mío. Ya nadie recuesta el Alma sobre aquel árbol que se curva sobre Agua pura y abundante. Nada hay Amor. Los cuerpos buscan un espacio donde correr de una punta a otra sin acabar como hormigas nerviosas dentro de un vaso. Unos sonidos de tijeras anuncian la levedad. ¿Quiénes se aman? ¿Podemos sentir el roce de sus labios como el Ala de una avispa? ¿Cómo Amar sin sentirse frente a un espejo construyendo un rostro? Nada Amor. Ni el ademán de leer las huellas de los rostros grabados en la almohada. Las manos pueden cerrarse y conservar un eco para luego liberarlo en un cuarto de baño. Todos somos ojos de una misma cabeza. Nada hay Amor. Puede verse con claridad cuando intentas en mitad de la Noche rehacer nuestros fantasmas famélicos y heridos. Suavemente el Cielo cambia sobre nuestras cabezas y nos hace danzar frenéticos sobre nuestros pies de toros y decir: nada hay Amor, sólo sea nuestro desvalido apego por matar y devorar la presa. 

 Samuel Bossini


sábado, 26 de octubre de 2013

Una cabeza rodaba





Una cabeza rodaba. Se detuvo al chocar con mis zapatos. Era la cabeza de mi primer Amor. Semejaba una primavera con los ojos apresados entre dos botellas. Al reconocernos, sonrió. Y las noches que compartimos en un bar que desapareció manoseado y vacío de presagios se presentaba en forma de miniatura desgastada. Pregunté por su Vida y casi sin poder interrumpirla dijo: que sólo necesitaba de cuerpos que girasen como ocas atontadas, pero que, por alguna razón política, Dios nos los hacía bajar a la tierra. Recordó que perdió un Amor en el pasillo de un crucero. Que la punta de su taco se atascó en la Boca de un amante muerto. Dijo que heredó un pisapapeles con el que sujeta las cartas de sus queridos. De lo que fue su Amor por mí, ni una Palabra. Sentí que los sueños encastraban adioses en el Aire caliente. Cansado, la pateé y cayó al cordón. El Agua de la lluvia arrastró la cabeza hasta la esquina. Quedó con los ojos esperando un cariño excesivo. Gritando: el Amor es esa vara que masticamos hambrientos y con cierta ansiedad.



Samuel Bossini

viernes, 25 de octubre de 2013

Nessuno





Nessuno. Ni usted ni yo, ni nadie. Ni coleópteros, ni vainas verdes, ni Corazón. Ni dama construyendo con lluvia la figura de un Hombre. Ni sol revuelto de frío en las manos. Ni la Mano como viento en los cabellos. Ni usted. Usted la más fina y bella. Ni aquella estallando con violencia en un Corazón. Ni memoria abarrotada con vapor. Ni usted nunca ni aquella ahora. Asfixia. Sonidos de celofán en los dientes. Crean en la instantaneidad. Nada de nada dentro. El Amor ignora que pertenece a un movimiento. Ceremonias donde la piel juega a ser tapiz.

Lo humano siempre busca con tesón de aquello que se esfuma.



Samuel Bossini

jueves, 24 de octubre de 2013

Oh el Amor





¡Oh el Amor es espléndido cuando lo vemos pasearse en el Cuerpo de otro!

La Vida nos adora pero invita poco.

Las manos finas de la muerte acarician nuestros botones.

El sol crea las sombras cuando cierra un Ojo.

La esperanza espera del hombre lo que ella no sabe hacer.



Samuel Bossini

miércoles, 23 de octubre de 2013

Agua que te has hecho Labio y besas frío





Agua que te has hecho Labio y besas frío.


Agua que te pensaron junto a los cuerpos para alongar la piel.


Una brisa abre el centro del jardín y desbanda unos gorriones.


Desde la medianera puede verse el Agua gota a gota sumarse a la brisa


y disolverse ambas.


Quien parte de prisa lleva en el puño de la camisa un manojo


de segundos que pertenece a otro pasajero.



Samuel Bossini

martes, 22 de octubre de 2013

Recetario





I



Con una serpiente petrificada trazar un círculo. Permanecer bajo el árbol. En un Espacio construir un ala que logre llegar a un extremo del ángulo. De no poder, alzar una dicha borrosa. Tomar un atajo. Con los sentidos buscar abundancia o sobriedad. La Vida parte, se divide, regresa. El crédulo amanecer dejará su propio sabor en las almohadas tibias.

Entonces que la tierra gire buscándonos.



II



Medir con la palma de la mano la amplitud del círculo. La intensidad del sol debe ser tal que la piel sienta el peso del roce. Buscar y dejar las cosas donde estaban. Ver la llama de un fósforo agotarse como si fuera la frente de un canario envejecido. Recostarse. Rezar. Dormir. Soñar la parte nuestra que anida entre las costillas y el paladar. Dar el último vistazo. Una Oración no basta. Un sortilegio sí. El Silencio restablecerá el peso muerto y para ello se convertirá en Palabra. El hombre dirá en voz alta y ante nadie el secreto. Las hojas caerán sobre el tiempo que ni se equivoca ni niega.



Dicen que los Dioses ríen cuando las criaturas piden o hablan demasiado.



Samuel Bossini

lunes, 21 de octubre de 2013

Día de extrema oscuridad




Día de extrema oscuridad en las manos del vidente. El vidente enrojeció. Dejó caer su Labio sobre trozos de tierra seca. Algo de Amor capturó su Ojo. Como en toda derrota está nítido lo no hecho, lo que no fue tomado. El cielo despojó de acción al viento. Las aves llegaron con sus picos quebrados hasta la laguna. Era el comienzo del desierto. El inicio de la pesadez. El vacío es el peor amo para las sienes. El hombre, como especie aspira, a que todo torne a su sitio. Pero es evidente: lo desaparecido transforma. Lo nuevo, minuto a minuto, acentuará lo vago. Un día, con la obsesión de huir, lo nuevo, lo desaparecido y el desierto nos convertirán en hábito y nadie más sabrá de nosotros.




Samuel Bossini

 

domingo, 20 de octubre de 2013