viernes, 30 de junio de 2017

Ho Chi Minh City



El hombre de Saigón cruza el mar de la serenidad. Aparece y desaparece. Ahora está, ahora no está. El hombre que ahora está es una sombra tenue, y el hombre que ahora no está es una sombra en fuga por un túnel invisible. El hombre de Saigón traza un triángulo de hierro, cava una ciudad en la luna. Huele el viento entre los cráteres y desaparece. Ahora está, ahora no está. Los brazos adelante, la espalda en comba y la nariz y los ojos y los pies haciendo mapa en el cuerpo, en la oscuridad. El topo de Saigón es un sensei lunar. Acurrucado bajo la superficie, ve la lluvia de napalm en el jardín de hierro, ve las nubes de fósforo blanco avanzar como en un cuadro expresionista, ve caer los racimos de bombas de los B-52. Cava una ciudad en la luna. Cráteres en la superficie y túneles al centro de la tierra, como ves en esas fotos que pescaste en internet, con un tipo sonriente que se dobla sobre sí para circular por los corredores; más ese mapa de la aviación norteamericana que parece un Pollock.

¡Bienvenidos a Cu Chi!

El guía que ahora está recibe a los turistas y los signos de admiración sostienen las paredes bajo la superficie, y el guía que ahora no está cuenta que el sensei de la luna de Saigón sembró una semilla de serenidad en su cabeza, y la vio germinar en la oscuridad.



Marcelo Díaz




jueves, 29 de junio de 2017

Usos cartográficos del corazón




Hay mapas con forma de corazón y hay mapas del corazón. No del corazón como territorio, sino de las trayectorias del corazón, como si uno dijera un mapa de viaje, un itinere. Ahora se sabe que el corazón no viaja sino en sentido figurado, pero los kerora de Nueva Guinea creen que el ánimo con el que uno sobrelleva el día tiene que ver con los desplazamientos del corazón y el lugar que ocupa en cada momento. Como si el corazón fuera un animal indócil que habitara y recorriera, día a día, nuestro cuerpo.

La palabra indócil la digo yo, y la palabra animal, también. Para los kerora, creo, el corazón no es dócil ni indócil, ni les preocupa tanto qué es, sino más bien dónde está. Por eso miro tu electrocardiograma, aunque eso no me dice dónde está tu corazón.

No sé por qué me regalaste el electrocardiograma.

No conozco a nadie más que pueda hacer un regalo semejante.

Tampoco sé por qué lo miro.

Creo que puedo cantarlo.



Marcelo Díaz




miércoles, 28 de junio de 2017

Problema nº 2




Un topo cava un túnel que atraviesa una ciudad de trescientos mil habitantes en un tercio del tiempo que una pareja emplea en buscar razones para seguir juntos. Si tenemos en cuenta que el topo hace el trabajo solo y la pareja se reencuentra después de un par de semanas

a - ¿qué diámetro debiera tener el túnel para garantizar una salida sin problemas?

b - ¿en qué piensa cada uno, bajo la ducha, después de haber pasado la noche juntos?



Marcelo Díaz




martes, 27 de junio de 2017

Problema nº 1




¿Cuánto demora un topo en cavar un túnel que atraviesa una ciudad de trescientos mil habitantes por la noche, si todos permanecen acostados, el topo avanza a razón de 90 centímetros por hora, cuando de pronto alguien enciende una luz y te pregunta: dormís?



Marcelo Díaz




lunes, 26 de junio de 2017

Iglú blanco sobre fondo blanco




Existiría la creencia de que los esquimales tienen más de veinte palabras distintas para decir veinte tipos distintos de hielo o de nieve.

Habría, por ejemplo, una palabra esquimal para decir el hielo que se quiebra ante el menor contacto con un pie pequeño.

Otra palabra para la nieve cayendo.

Otra para la nieve cayendo por la noche.

Otra para la nieve cayendo por la noche iluminada por una linterna.

Y otra palabra más aún para decir la consistencia esponjosa de la nieve, por la noche, cayendo en la palma de la mano derecha después de habernos quitado el guante de cuero de foca, no sin esfuerzo, con los dientes (porque la mano izquierda sostiene, todavía, una botella).

Y así…

En una superficie regida por el blanco, el cuerpo y el lenguaje se habrían calibrado como un instrumento de altísima precisión para incubar en el infierno helado de lo mismo un mundo de diferencias, y habitarlo.

Ahora bien, la lingüística tiene sus serios reparos sobre todo esto…




Marcelo Díaz







domingo, 25 de junio de 2017

Semana dedicada a Marcelo Díaz







LADRONES DE HORIZONTES





Recuerdo algunos días,

no puedo definirlos con mucha exactitud

mas los recuerdo ahora

mientras estoy sentado

junto al eco de los trenes que pasan

y el valor se estremece como una rama trémula en otoño.



Llegábamos despacio, improvisando a veces,

mirando a todas partes,

creyendo ser anónimos

surcando los caminos y pendientes

de lugares esquivos

fugitivos del viento y las colinas,

ocultos a la vista del aire delator que nos guiaba.



Mirábamos a ciegas

sin conocer el ritmo de las horas ni sus ocupaciones

y ascendíamos siempre,

-con determinación más con cautela por

árboles previstos

aunque nunca los mismos

para evitar mostrar nuestras costumbres.



Desde arriba

como una panorámica de nuevos territorios

se mostraba de pronto entre las hojas

y probábamos frutos con miedo y con fruición

bajo el frecuente sol del mediodía

o ante la luna llena de ocasiones.



No había más opciones

-aunque ni lo supiéramos-

Era nuestra misión estar allí,

evitar ser oídos y no ser capturados

por extraños guardianes del hastío,

tomar las recompensas

sorteando el peligro apresurado,

quedarnos en la altura robando el horizonte,

saber que no hay dilemas

cuando el destino empuja hacia adelante,

desafiar, al fin, la incertidumbre

de ser feliz sin plazos un instante,

cumplido el objetivo

de frecuentar la dicha de vivir.



Julian Borao



sábado, 24 de junio de 2017

MAULLIDOS FANTASMAS



A Katy Parra


Hoy he oído a los gatos deshacer sus maullidos

en los restos del agua que la noche ha dejado

en las aceras.

Chapoteos desnudos, devaneos lejanos,

sus siluetas oscuras semejaban fantasmas

divagando en las horas de las sombras.

Elegantes mendigos de la luna

que cantaban a solas en la ciudad dormida,

solitarios bandidos del silencio

que robaron los sueños a las calles y plazas

de manera fugaz.



Y he quedado despierto en su concierto

convocando lo eterno del instante,

dibujando piruetas

en el aire nocturno

que me impulsaba al suelo,

apretando los puños para caer de pie

y amanecer sin tiempo

en los rincones húmedos del tiempo.

Y he vuelto a reencarnarme.



Hoy he visto a los gatos escapar de la luz

bajo la lluvia

y he saltado con ellos

y me he vuelto felino

de una vida casual y clandestina.



Julian Borao



viernes, 23 de junio de 2017

23 F






Una noche de invierno,

abrigado en la llama del sexo adolescente

rompí mi castidad entre sus piernas.

Señalamos la fecha

que durante unos años

fue el cómplice secreto

de nuestro calendario personal,

sólo en la intimidad,

un número, sin más, del mes más corto.



Luego llegó Tejero, no sé si lo hizo adrede,

tengo serias sospechas

de que tomó el Congreso para joderme el día

y la celebración.



Julian Borao



jueves, 22 de junio de 2017

OLVIDOS




Siempre te olvidas algo, los pendientes

donde te los quitaste, un collar

que ni recordarás haber traído,

un anillo, tal vez, o dos anillos

huyendo de tus dedos fugitivos;

a menudo te olvidas el tabaco,

por la premeditada obstinación

de no querer fumar cuando estás sola,

y el mechero también sobre la mesa;

siempre te olvidas algo cuando marchas,

un cinturón que, por decorativo, no te falta,

el paraguas también, por si la lluvia,

o las bragas al fondo de las sábanas.

Te olvidas ciertas cosas que no siempre

te son imprescindibles y un rastro de tu paso

se queda entre mis cosas

como por un azar diseminadas, quizás

como pretexto para poder volver;

mas yo, que no te olvido,

hago de esos olvidos permanencia

y encuentro en los objetos que te dejas

el regalo casual de tu sonrisa.



Julian Borao



miércoles, 21 de junio de 2017

DISCULPEN LAS MOLESTIAS





Disculpen las molestias, de verdad,

disculpen las molestias, no es que

nos interese su opinión demasiado

pero sí nos importa mantener cortesías

que el sistema nos pide respetar

y por eso, disculpen las molestias

si cercamos la calle, si la agujereamos,

si, tal vez, obligamos a caminar distinto,

si hacemos mucho ruido, si no

les permitimos que piensen otras cosas,

si apagamos las luces, si cambiamos horarios,

incluso si se quedan sin servicios

disculpen las molestias, sí, discúlpennos.



Y si no nos disculpan, en realidad da igual,

nosotros a lo nuestro, nos importa una mierda

si estamos molestando, pero eso sí:

disculpen las molestias que les ocasionamos.



Julian Borao



martes, 20 de junio de 2017

LA VIRTUD DE LA NIEVE





Y ahora también la tarde

se vuelve nitidez, blancura inesperada

de la nieve, de ese constante vuelo

del invierno

que flota

en la virginidad del copo y de su ritmo.

Y recorre el paisaje,

como enjambre de insectos

delicados o efímeros tal vez,

sin alas ya ni sueños por venir,

pues todo se termina

en la aquietada faz horizontal del suelo

que ahora piso

como si por primera vez lo hubiera hollado.



Veo así tanta calma

que me tiemblan los ojos,

acaso ensimismados,

mirando

la aparente pureza del paisaje,

y la esperanza parte sin nostalgias

tras el pulso hechizado

de algún profundo hueco

que oculte su dolor en el olvido.



¡Qué amable coincidencia!

¡Qué grata la sorpresa en la jornada

mágica de albura

después de tantos días

de vencimiento apático y sombrío!



No duelen ya sus golpes

pues hoy la vida apresta sus deseos

con tanta gratitud

que quizás los presienta,

aunque tan sólo sea

con tímida prudencia.

Y se funde en las hojas, y en las hierbas

que duermen por espantar

el gélido suspiro de las nubes,

diosas grises del agua,

fecundadoras cíclicas del mundo

que comparto nuevamente

en el risueño afán,

enmudecido y blanco,

de esta tarde feliz que me despierta

mientras me alzo crecido en su esplendor.




Julian Borao





lunes, 19 de junio de 2017

LUGAR



Estoy aquí, recuerda

que la vida es el vértice

donde una vez tú y yo nos encontramos

Luis Oroz




Un resplandor apenas,

un pasaje de luz que se hace tímido

al contacto de la altura,

una especie de vértigo

subiendo desde el fondo de la tierra materna,

un tacto que resbala,

la implicación del viento y sus memorias

-vaguedad de las horas sobre los bosques

todos desangrados-

una emoción que espera.



Camino de la noche

son livianos los pasos que deciden,

es pálido el silencio

y nada cuenta;

camino de la noche

sólo signos vacíos me preceden

y su insistencia es ruina

y fuego estéril.



Y no puedo olvidar

que fue en este lugar

donde empezó la vida a comprenderme.



Julian Borao




domingo, 18 de junio de 2017

Semana dedicada a Julian Borao


















Lo que tu silencio me habla.




Shuuu... silencio, guarda silencio,
pero...me estás mirando,
y es palabra,
una mirada tuya.
Shuuu... silencio, cierra los ojos,
pero, me rozas,
y son más que palabras,
esas, las manos tuyas,
sobre mi piel o mi ropa.
Silencio, guarda silencio,
y tú, te duermes... shuuu...
Cubren tus párpados,
tus niñas morenas
de negro aceituna.
Lánguidas tus manos,
a tu costado reposan.
Pero...Shuuu...
no te silencia el grávido peso,
de tu cuerpo quedo
bajo la luna.
Ni aún con mis labios,
posados en tu boca.
Al son del mar,
tu latido calmo,
me dice tantas cosas...
Que se silencie el mundo, mi cielo,
pedí tu silencio,
para escuchar su voz,
esa, que me habla en tu misterio,
que solo a mí se confiesa,
que solo mío, de Amor me cuenta.




Juliet Offenbach




sábado, 17 de junio de 2017

La elasticidad del cuello (por Siria)





Y solo me llega un eco,
sin voz, ni palabra.
Y solo me salpica la gota,
de la lágrima que resbala,
por los dedos que intentan,
entre sus manos portarla.
Y solo me llega la imagen
del bebé dormido, empujado,
hacia lo más hondo del sueño.
La del niño sin mirada,
con la mirada sin niño.
Y solo me llega el dolor,
y solas las rabias,
las impotencias
la desesperanza.
Llantos sin tiempo
lágrimas cortadas,
paredes que se hacen ventanas.
Techos de cielo negro
el suelo en llamas.
Sangre a grito de ¡¡Exterminio!!
con su nombre, el tuyo, el mío...
cada bomba va firmada.
Y solo me llega el cuadro,
ausente la pincelada,
y de rojo voy pintada.
Ser humano soy... La Tacha.
Vergüenza, asco, repugnancia.



Juliet Offenbach




viernes, 16 de junio de 2017

Desde, hasta, siempre



Estoy y secundo tus caricias...
y, a veces, me anticipo.
Te rodeo, tenazas mis muslos,
trenzando nuestro deseo.
Se retan las pupilas,
las niñas compitiendo,
entre artificiales fuegos.
Trémula la voz,
me tiemblas...
Cerrados los ojos,
ya no soy dueña,off
si no esclava de tus actos.
Más también, ama y señora.
Tu... mi duelo.
Desde tu carne,
tu corazón en mi mano.
Estas, y tus cadenas a mí,
sin llave ni cizalla.
Y aun cuan, tanto me tiemblas...
por la verdad de la palabra
que va destilando tu piel,
soy capaz de sostener, firme,
la voz ahogada.
Y entre el beso que permanece,
responderte a nuestro Amor Amar,
desde la hora en que despierta el cielo,
hasta el momento en que bosteza.
Donde los ángeles, van soplando velas,
para después prender el sol,
desde su primer guiño,
hasta los ojos bien dormidos...
nuestro Amor,
en reanudado concúbito.



Juliet Offenbach




jueves, 15 de junio de 2017

Aprendizaje



Fui amante de Frida Kahlo,
con sus colores pinté sobre su cuerpo,
todos los puñales, espadas y sables,
que ella forjó en acero,
los clavé en el mío.
Aprendí a salir victorioso.
Fui amante de Pizarnik,
hincaba besos en su alma,
para desterrar toda oscuridad.
Mojaba gasas en alcohol de rosas,
para bañar su piel, curar heridas,
pero ella, ya había partido.
Se fue tras la respuesta,
que nunca preguntó.
Y yo interrogo, espero paciente.
Se que las respuestas,
tardan en llegar.
Aprendí, a no rendirme jamás.
Yo las amé, y ellas ya no eran,
pero sé que también me amaron.
Me entregaron su vida, pero yo me quedé,
con lo que no pudo arrebatarles la muerte.




Juliet Offenbach





miércoles, 14 de junio de 2017

Escondidas.





...Y un día...
escondió su cara bajo la mesa,
metió su cuerpo en un cajón.
Tras el aparador...
sus cabellos, calcetines y un botón.
La cabeza hundió en el corazón,
y en un dos sin tres, desapareció.

El ropero, sin pantalón,
los cajones sin ropa interior,
sobre la silla, un pañuelo sin adiós.
Pasaron las horas sin despertador,
dormían las sabanas sobre el colchón.
Bajo la almohada, no esperó el camisón.
Ella Abrió la boca,
se comió, masticó, tragó.
Olvidó sus orejas sobre el radiador,
escuchó el grito de su gladiador,
un porqué hecho pregunta,
una zorra, entre signos de admiración.
No hubo llanto, ni tampoco canción.
Austera la habitación,
las ventanas abiertas y un ventilador,
las orejas salieron volando,
tejados y campanarios, sin navegador.
Los oídos...
punzadas, gritos, dolor.

No se provocó el vomito,
jamás se devolvió.
El cobarde... busca.
Ahora ella, insólito caracol.
Entre sombras sale al mundo,
y se esconde con el sol.
La vida a cuenta gotas,
y una eterna indigestión.




Juliet Offenbach




martes, 13 de junio de 2017

... En mis manos.



Donde pongo el ojo...
pongo la carga,
donde la carga, el peso.
Donde el peso, cae el párpado.
Y la vida, en una vuelta rápida,
se pasea y para.
Se detiene hincando los codos,
con toda su fuerza,
donde más calor halla,
otras, donde hace frío, apuñala.
La vida corta...como navaja.
La vida larga...
como el primer tren, que nunca tomo.
A veces se va, otras... escapa.
Cuando abro los ojos... la mirada,
entre la taquilla expendedora,
la puerta de la estación,
o el vacío de la nada.
Mi billete en blanco,
el destino abierto,
decisión, al portador.
Todo... por alguna razón,
en letra pequeña. Consolador...
Nunca se hará tarde
aún sin llegar a tiempo,
si voy, me detengo, o regreso,
dice la esperanza en sueño.





Juliet Offenbach





lunes, 12 de junio de 2017

Reminiscencia.





Una gran estepa ante la inocencia,
que mira y ansía,
los años para recorrerla.
Pintarla de arcoiris,
árboles de caramelo,
flores de chocolate.
Aquí un lago de peces,
aquí un parque,
allí la madre, que protege.
Suelos de nubes...
Más la inocencia se cubre,
en las rodillas, desconchones,
se destiñen colores
toscos matices,
manchas en la nieve.
Se encoge la estepa,
muros, portones y puertas.
Ya tan llena ...
de sueños que ya no sirven.
En el parque un banco,
risas jocosas,
gritos y voces
reglados los juegos,
hieles, rabias
sinsabores.
Se desdibuja la madre,
los peces del lago sereno,
pez martillo, pez espada, tiburón,
leones, ratones y perros.
Fluctúan las aguas,
las olas, pueden arrancar sueños.
Hay que aprender a nadar,
azotar a braza, apretar puños,
permanecer... ilesos.
Toscos los árboles,
las raíces sobre el suelo,
pasos en precaución
no evitan caídas,
suelos de granito,
el desconchón herida.
Preguntas en los pétalos,
pero quien espera la flor...
Hay que seguir corriendo,
asfaltos de grava y piedra.

Dónde quedó la inocencia?

Nuevas preguntas,
respuestas en ansiosa espera.
La estepa una carretera
luces de neón el color,
bombillas fundidas, linternas.
Acertijo el paso,
lo resuelve el camino, o no.
Lo que sobrevive...
un niño escondido,
tras un monstruo llamado conciencia.

Donde se oculta el niño. 



Juliet Offenbach










domingo, 11 de junio de 2017

Semana dedicada a Juliet Offenbach




* VARICELA *





Algunos aseguran

que contraer la varicela siendo adulto

es más difícil de superar. Más fiebre, sudor

más picor, enfermo durante más tiempo...

Si el amor existe, podríamos considerarlo una enfermedad que sin duda

es mejor contraer de niño o adolescente. De adulto

superar un desengaño de amor puro

puede significar más dolor, más tiempo

puede incluso que en verdad, nunca puedas deshacerte de su infección

y tengas que sobrevivir el resto de tus días

como portador de la putada más sanguinaria.



José Malvís




sábado, 10 de junio de 2017

* HOSPITAL EN CANIS MAIOR *





Para desayunar, pastillas de colores.

Cita con un médico a las diez y con otro a las doce.

A la hora del café me dan los resultados de la “mácula”,

no tengo ni idea de lo que es pero me está dejando ciego.

Quizá dentro de un año esté tuerto o sea invidente,

sin embargo, no moriré porque no se puede morir dos veces.

Soy un cadáver bebiendo en vasitos de plástico

y ceno yogurt, fruta, jeringuillazos, escapándome de cuando en cuando

a la escalera del hospital para poder fumar tabaco.



Cuando consigo dormir

sueño con la estrella más brillante del cielo nocturno

avistada por última vez un mes de abril

antes de enfermar

antes de llegar a dónde la gente viene a morir

antes de que Ella me diera la espalda aquella mañana de piruleta gris.



Lo mejor de todo es que el psiquiatra con su tecnicismo médico

sentencia que estoy loco

que he renunciado abrir los ojos a este mundo

mientras neurótico-compulsivo

describo una y otra vez cómo mis pies desnudos hollan Sirius,

cómo mis labios tiemblan estremecidos cada día de 29 horas

por culpa de una gravedad 10 veces superior a la del planeta tierra.



En esta dimensión he quedado atrapado con mi camisa de fuerza

con sus egoístas correas neuronales

almacenando recuerdos

e imaginando universos paralelos.



¿Loco?

Locos están ellos

no entienden nada de todo.




José Malvís,




viernes, 9 de junio de 2017

* A CUATRO PATAS *





Por si se cruzó

por tu cabeza,

aún recuerdo

cómo darte un dulce azote

mientras tus ojos

se enganchan a los míos

estando a cuatro patas

tirados y descoyuntados

muy desordenados sobre las sábanas.



José Malvís




jueves, 8 de junio de 2017

* ACERTIJO *




Cada poema

es como un acertijo,

para descifrarlo hay

que sentir, acariciar, besar…



Luego,

puedes follártelo o... no.



José Malvís




miércoles, 7 de junio de 2017

* OLVIDADERO´S FACTORY *




Llueven caramelos y no los veis

hablemos-bailemos

peonzas de plástico pueden servir.



Somos raras sombrillas de playa,

extraña aleación de petróleo y metal

pero no lo veis y hay que mirar con menos aumentos

focalizar con alquitrán y gafas de visión nocturna

comprender que una cartilla del banco

no siempre nos da de comer.



En algún polígono industrial aguarda una tormenta

con cables retorcidos y cinta aislante

máquinas de sangre y oxígeno

altar y olvidadero

de nubes con diamante

fabricando caramelos.



José Malvís




martes, 6 de junio de 2017

DUDAS





Las dudas me hacen débil

el soneto también

la venganza, el odio, el pensamiento...

Tan pretérito perfecto

tan y tan pasado, minúsculo, pequeño.



Débil no significa ausencia de fuerza

significa que no todo está vendido

cuando casi todo está comprado.



José Malvís




lunes, 5 de junio de 2017

Dos aforismos





“El lenguaje de una nube es universal bajo la cabeza de todos los cielos”.





“IGUAL que no se tiene más razón por hablar más alto,

sabe que ELLA no le querrá más de lo que le quiere, por RECORDARLA”.




José Malvís




domingo, 4 de junio de 2017

Semana dedicada a José Malvís


















VEN Y COGE




Yo quiero escribir como Gastón Baquero

y dármelas de inocente. Saludar a las montañas

como si fueran compañeros de lucha y una vez que estemos

instalados en el poder traer a los violinistas

para que a alguien se decida a dar por cierto

lo que otros entienden por verdad.



Dejar de lado las rimas interiores, hacer

cuantos sacrificios sean necesarios

para dar por terminadas esas

murallas que nos permitan hablar

de los escombros. Yo quiero

tener un as bajo la manga,

escuchar los gritos destemplados de mi hija

cuando está ensayando con el chelo

y los conciertos de Brandemburgo

sean ese nombre escrito sobre la arena

que las olas se niegan a borrar. Quiero

verla sonreír cuando inclinándose

después de la última nota salude al público

que no quiere dejar de saludarla.

Todavía se escuchan algunas

notas que no han abandonado este teatro.


Cómo se dice en este idioma

que los parrones están

preñados de uva, cómo se dice cauceo

con tomate y cebolla picada finitica:

la abuela Ana tenía un restorán

pero no era mi abuela

y mucho no conozco de esa historia.


Cómo se dice en este idioma

palomas de carbono catorce, amigos

como juncos en el agua, cómo se dice

las montañas nos rodean a propósito

para que el aire que respiramos

sea el mismo que dejamos de respirar.




Cristián Gómez



sábado, 3 de junio de 2017

QUE INEVITABLE EMPIEZA






Yo resistí la tormenta, Yo derroté mi exilio.

E.P



Arrojarse al mar para que el agua se purifique

sólo lo puede hacer un adolescente vestido

con un uniforme de colegio y en la cara



el espanto de haberlo visto todo

con los ojos abiertos y cerrados,

pero insiste, pero insiste porque



es capaz de soplar más fuerte que el viento

para apagar las velas de una torta que

no celebra ningún cumpleaños,



un pastel maldito, una verdadera delicia

para los amantes de las calorías

y las grasas saturadas, una



receta con la que nuestras madres se aseguran

de que vamos a chuparnos nuestros

dedos delante de nuestros



invitados: enamórense, por favor,

enamórense en nuestro nombre, hagan

realidad eso de que la belleza



será no me acuerdo cuál era el adjetivo

o no será: yo fallé pero lo reconozco

yo también tuve mis tardes en esa plaza



tirados sobre el pasto engendrando

una cuenta de hospital de la que

haríamos por supuesto a otros



responsables, sacudiendo los chalecos,

limpiándonos el pelo de esas huellas

del tiempo perdido, de los dientes



de león heredados incluso

en nuestras ropas interiores,

libérense de ese lastre que significa



graduarse de cualquier cosa

y por lo que más quieran en este mundo

traidor como ninguno de los otros mundos que



conozco: olvídense, olvídense y olvídense.

No importa que la ropa sea prestada

siempre y cuando uno sepa ponérsela,



más importante que llegar sin invitación

es identificar rápidamente al dueño de la casa

averiguar si es hincha o no de algún equipo



y en el caso de haber entrado al velorio equivocado

saludar a la viuda dependiendo de la edad y de cuantos

hijos tenga. El resto se aprende con los años,



las calles de la ciudad se convierten en un mapa

después de mucho haberlas recorrido

cargando con las bolsas del supermercado



y esos libros que no vas a leer ni tampoco necesitas,

para dormir hay que dejar que las ovejas entren

al corral como las palabras que vamos



aprendiendo para derrotar al exilio es imprescindible

una adolescencia que alimente los recuerdos

porque resistir la tormenta es una cosa



otra muy distinta meterse al mar

sabiendo que las olas son un muro

que no necesita obreros ni ladrillos



para formar una casa si estamos dentro

para ser un puente si quisiéramos cruzarlo

ya estaba allí antes de que nadie lo construyera

y seguirá cuando terminemos de derrumbarlo.




Cristián Gómez




viernes, 2 de junio de 2017

EL JEFE DE OBRA O LOS MISTERIOS DEL HORIZONTE (demasiados anhelos de escribir en el pasado)





Recuerdo, por ejemplo,

aquellas muchachas que alguna vez perseguimos

hasta sus casas, yo lo recuerdo, hoy son esas señoras

cargando con las bolsas del supermercado.



Nosotros somos un caballero en bicicleta con una

cortadora de pasto, nosotros que las perseguíamos

hasta sus casas, muertos de un ataque al corazón

por las deudas impagas del misterio



Yo lo recuerdo si miro al horizonte.



¿Era entonces en serio?



Las muchachas que perseguimos hasta sus casas

hoy tejen chalecos en una casa de reposo

cobran el montepío en un número de cuenta que no es

el nuestro

ni bañan sus espaldas con el aceite efímero de mis manos

para un sol que impertérrito nunca reparó en sus edades.



Pero si vuelvo a mirar al horizonte las veo otra vez

enemigas de lo absoluto, eternas humoristas

cuando el sol parecía brillar para siempre

en la falda más hermosa y la más vieja

de aquellas muchachas de antaño

casadas con un buen partido del ayer

antes de que el futuro sólo fuera esto.



Yo lo recuerdo, señor capataz.

Hoy soy esas señoras.

Cargando con las bolsas del supermercado.

Cada vez que miro al horizonte.



Cristián Gómez










jueves, 1 de junio de 2017

NO SE EQUIVOCABAN LOS MAESTROS (museo de bellas artes, versión libre)




Alguien cree estar escribiendo en el fin del mundo,

pero no puede negar que el camión de los helados

está pasando nuevamente por el parque donde

los niños se arremolinan a su alrededor y la



descripción del paisaje no ha cambiado

porque el ojo del que mira no ha cambiado:

confía impertérrito en que el mundo es una

catástrofe tranquila, una reunión de nubes



diríase que de paso por el cielo

sería el único argumento convincente

para encerrarnos a conversar en un café

:de cualquier cosa, menos de las nubes.



Nadie tiene ganas de salvarse de nada

pero sí de tomarse un par de chelas, de

las últimas profecías sobre algún remoto

apocalipsis las palabras tienen poco que



decir: las danzas de la muerte, un anillo

en el dedo de los que no alcanzan a apretarse

el cinturón, aunque nada tengo en ello que

ver la improbable falta de presupuesto:



y es cierto que no sabemos distinguir

como le gusta enrostrarnos a los catedráticos

de las plazas más preciadas entre el cierzo

y el mistral, ok: touché. Así decía mi hermano



cuando hacíamos esgrima con palos de escoba

y terminaba sacándome cresta y media cuando

a los dos se nos pasaba la mano con el ardor de

los guerreros: él moriría poco después, tendido



en una cancha de fútbol, mordiendo no sé

si con desesperación el pasto, de seguro

ya inconsciente, producto de una falla en

el ventrículo derecho del conjunto arterial.



El camión de los helados pasa haciendo sonar

la sirena, los niños están a punto de alcanzarlo y

el conductor sólo piensa en lo fácil que será entregarle

las planillas al supervisor del turno de las mañanas.




Cristián Gómez