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domingo, 11 de noviembre de 2012

Lo siento...





Lo siento, señor -me dijo-
este pasaporte no vale,
está lleno de frases
a boli, si no fuera
porque entiendo todas
las palabras
diría que son poemas. Es más,
ahora que me fijo, usted
ha profanado mi vida, habla
de mujeres imperfectas que
no alcanzaron sus sueños, hombres
vulgares con vidas normales que pasean
su mediocridad por los bares. De grises, de siestas
que mudan en polvos; de mis hijos,
de mi trabajo de mierda, del dolor
al ver silbar cerca las balas y no poder hacer
nada. De mi actriz favorita, esa que vive
las mil vidas que yo quise. Claro, ahora veo el porqué
escribe en el pasaporte, es un poeta pobre que
no puede viajar, sella en sus páginas las fronteras
de otras manos, otros labios. Vidas ajenas
para paliar el dolor anodino de ser moderadamente
feliz.


Jorge M. Molinero

sábado, 10 de noviembre de 2012

Hicimos gemelo...






manos cerradas
para breves caricias
antes de morir

J. Malone Miller



Hicimos gemelo
pateando las callejas de nuestra Lisboa

Buen intento no querer dejarlo morir

Quizás por la tenue oscuridad de las farolas
no caímos en la cuenta que nuestro futuro
se escapaba por las rendijas del empedrado



Jorge M. Molinero

viernes, 9 de noviembre de 2012

Por un momento...





eran sus ojos
lágrimas en almíbar
y versos rotos

J. Malone Miller



por un momento sientes
la necesidad de recapitular
tu vida. en un acto reflejo, defensivo, lo
haces con una luz de penumbra,
como un transexual hormonado tardíamente,
para suavizar las derrotas de los años.

tantos errores,
la mayoría provocados por luchar
solo. nunca te importó salir escaldado.
si podías gritar, no había fracaso.
ahora sabes que hiciste lo que hiciste y
lo hiciste bien, a pesar del exiguo beneficio.
fuiste incapaz de esconderte detrás de las columnas
a la espera de sacar la cabeza después de la tormenta,
con la mudanza hecha y ocupar una habitación
cada día más pequeña.
tú no, creaste una guerra de guerrillas para no perder
lo tuyo, que aunque fuese insignificante, era tuyo.

como un transexual tardíamente hormonado, en
esta contienda defendiendo tus sueños,
te han sobrado los cojones.


Jorge M.Molinero

jueves, 8 de noviembre de 2012

EL CORAZÓN DEL ÁNGEL





                     
Prepara una tortilla
de dos almas para cenar.
 El sortilegio, a punto, espera
en la cama anegada de adioses.
Reina de la magia negra,
me cabalga ensangrentada
desmenuzando mi corazón
con la furia latente del condenado

a muerte.
Sexual hasta límites macabros,
me toma con la boca llena de sacrificios
como Lisa Bonet en un rito satánico.

El conjuro inquebrantable
y precioso de sus manos ilusionistas
convierte una noche de lunes vulgar
en la última noche en la tierra.


Jorge M. Molinero


miércoles, 7 de noviembre de 2012

ME VINO A LA MEMORIA





Me vino a la memoria

Tenía apenas dos años
Una enfermera me vestía
Hospital de La Paz

Mi madre
tras el cristal con ojeras
Su risa de flor digital encubriendo
cicatrices / destierros / miedos

Venía a salvarme

Eso era la felicidad

Ahora sé
que llevo buscando aquel momento
                     en todas las mujeres
                            en todas las camas


Jorge M. Molinero

martes, 6 de noviembre de 2012

SANTORINI I






Miro el mar desde la terraza
mientras ella se pone el bikini.
Viene pegajosa de bronceador
sudor y semen.
Acabamos de hacer el amor
y nos fumamos un cigarrillo
delante del volcán.

La vida es blanca y azul.

Llega otro ferry lleno
de turistas.
Los pastores se frotan las manos.
Los burros vomitan su vida.
Quiero un café pero nadie
habla mi idioma.
Olvidamos el Este cuando
éramos poderosos.

―¿En qué piensas?
Di, ¿en qué piensas?
―En volcanes, burros y café.

Y la vida es blanca y azul. 


Jorge M.Molinero 

lunes, 5 de noviembre de 2012

Escribo





A menudo escribo desnudo después
de haber hecho el amor. Unas veces
con mi esposa. Otras con la mujer que
amo. Así, con la sangre en mi entrepierna
 
esquivo los miedos atropellados.
Porque tengo la vida llena de risas
enlatadas y ropa sin planchar.
De semáforos en rojo. De ventanas
a un patio interior. De poemas sin
sentido. De mecheros sin gas.
El corazón lleno de aurículas y ventrículos.
Lleno el cuerpo de oídos sordos, de pies
sin cabeza. De esguinces y cicatrices.
Y el alma, como no la veo desconozco su estado.
Por eso, a menudo, escribo desnudo
después de hacer el amor. Algunas
veces pensando en Sofía Loren.


Jorge M.Molinero









domingo, 4 de noviembre de 2012