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domingo, 7 de abril de 2013

Rehén







No recuerdo ya el mes ni el año

-siempre es ayer-

Cuando la muerte derribó

la puerta de mi casa de un portazo.

Ni siquiera tuvo la decencia

de apretar el gatillo y matarme de un disparo.



Me hizo su rehén

me robó el cielo de los ojos,

los besos de los labios,

las caricias de la piel.



Llenó mi boca de silencios

me ató las manos a la espalda

cortó mis alas de un tajo,

y ancló al suelo mis pies.



Atrás quedaron los paseos por la luna

la luz naranja del amanecer,

las risas cómplices de madrugada

y los sueños que soñé una vez.



Se hizo la dueña de todo cuanto amaba.

Me privó del llanto

licuó mi sangre hasta convertirla en agua,

confiscó mis deseos más recónditos,

y me negó hasta el derecho

a morirme del todo.



Carmen Jiménez Díaz




sábado, 6 de abril de 2013

Nada es urgente








"No siempre lo urgente es lo importante"

(Fito & Fitipaldis)



Ya nada es urgente. Me entretengo deshojando pétalos azarosos de margaritas siempre impares. Ya nada es urgente. Aprendí acurrucada en los brazos de la espera a esperar nada, a fumar más cigarrillos de la cuenta, a dormir menos horas, a tragarme los sueños en una copa. Ya no tengo urgencias que no puedan esperar agazapadas bajo los pliegues de mi falda. Ya no hay prisa. Sólo un deseo doblegado a la tristeza, unos pies cansados de andar por arenas movedizas, una piel cicatrizada que ya no duele. No hay prisa, la vida como la muerte, tiene su propia medida de lo urgente.



Carmen Jiménez Díaz

viernes, 5 de abril de 2013

Envuelta en piel






 

Me duelan las caricias

cuando vuelvo a vestirme de mi misma.

Se quedan tatuadas en la piel

como símbolo inequívoco del encuentro.



Se quedan también los besos

impregnando el aire que respiro,

el olor de tu deseo en la yema de mis dedos.



Se queda mi sonrisa enredada entre las sábanas,

la música sonando en el fondo del abismo.

Todos los suspiros y todos los sollozos

hechizando el silencio de las sombras.



Se quedan las palabras

navegando en un mar sin orillas,

-en el borde mismo de los labios-.



Se me queda el alma temblando

cuando vuelvo a vestirme de mi misma.



 Carmen Jiménez Díaz



jueves, 4 de abril de 2013

Resistir








Resistir es todo cuanto me va quedando en los bolsillos.

Resistir al saqueo de los sueños,

a las noches arrancadas de sus lunas,

a las estrellas fugaces

fugadas con todos mis deseos.



Resistir es todo cuanto pido

al tiempo detenido en los relojes,

a los cielos grises que inundan mi memoria

y a la desmemoria que amenaza mis recuerdos.



Resistir a las mareas que me arrastran mar adentro

al horizonte alejado de su orilla,

a la lluvia empeñada en llover sobre mojado.



Resistir a toda costa. Con uñas y dientes,

con las alas rotas y los huesos quebrados.

Resistir es la consigna de un nuevo amanecer

que aún duerme en brazos del ocaso.




Carmen Jiménez Díaz

miércoles, 3 de abril de 2013

Maldiciones






Malditos sean todos los miedos

adheridos a mi piel

y mi sonrisa de Gioconda

despojada de su risa.



Malditos los versos dibujados

en lunas de papel

y los rescoldos de una hoguera

condenada a ser ceniza.



Maldito también el viento

que conspira contra los sueños,

y las distancias que distancian

el amor de la memoria.



Malditas las sentencias de martillo

que golpean en la sien

y te arrojan al mundo de las sombras.



Maldita muerte que no muere

empeñada en sobrevivir

de entre todas las ruinas.



Malditos los naufragios

que ahogan todos los destinos

y te dejan naufragando a la deriva

en un mar sin horizonte y sin orillas.



Carmen Jiménez Díaz

martes, 2 de abril de 2013

Tu ausencia





No me perdonan estas paredes
impregnadas de tu ausencia,
ni el suelo que pisaron nuestros pasos
sin cruzarse en sus tablas de madera.

Habita bajo las tejas
un fantasma de tristeza
-clandestino polizón-
ilícito heredero de tus risas
embaladas en cajas de cartón.

No me perdona el aire que respiro.
Todavía puedo oler
el aroma de tu sueño
velando la madrugada a tientas.

El reloj marca una hora equivocada
en su esfera circular.
Sus agujas olvidaron detenerse
en el tiempo necesario para hablarte.

Tendré que inventarme otro lenguaje
que pueda prometer cielos azules
y dibujar estrellas que iluminen
el mar oscuro de tus noches.



Carmen Jiménez Díaz

lunes, 1 de abril de 2013

Un lugar sin nombre






He visto entre mis ojos

-o entre los tuyos, las miradas se confunden

en ese breve espacio/tiempo-,

el horizonte inalcanzable de los sueños,

el arco iris estallando en mil colores

y la sombra alargada del recuerdo.



He visto entre tus ojos

-o entre los míos-,

la estela inconfundible de un delirio,

el abismo que alberga la última esperanza

antes de darse por vencido.



He visto en el filo de la noche

ese lugar sin nombre

al que se llega profanando los caminos.

Ese lugar donde la luna se estremece

en mitad de un sueño perdido.



Carmen Jiménez Díaz


domingo, 31 de marzo de 2013