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domingo, 13 de diciembre de 2015

Saberse



Saber que alguien te espera
sin lugar fijo,
sin esquelas ni dominios.
Saber que alguien te acompaña
sin rutas marcadas,
sin rumbos precisos.
Saber que alguien te piensa
sin títulos,
sin compromisos.
Saber que alguien duerme
y despierta contigo
sin el mismo techo de abrigo.
Saber que alguien te nombra
sin vocales ni consonantes
en un silencio cómplice
y en un beso robado
a cada instante
de cada día, de cada noche.


Marcela Peralta



sábado, 12 de diciembre de 2015

Previo aviso



Un día me iré.

Un día. No te diré cuándo.

En realidad, no lo sé bien.

Pero lo haré callado.

Y seguramente, temprano.

No quisiera decirte cuándo.

Porque quiero que vivamos

como el último, cada uno

de nuestros días.

Vale decir,

que lo hagamos con la osadía

de los amores jóvenes.

De los amores nuevos.

Más presos de libertades

que de ojos ajenos.

Quisiera que viviéramos

con la ansiedad del beso

en cada encuentro.

Con la proximidad de la caricia

en el deseo.

Con la simpleza de mirarnos

y entendernos.

Con la franqueza de decirnos

lo que no nos atrevemos.

Con la audacia de sentir

a pesar del tiempo.

Tanto es lo que aún sueño

como proyecto para los dos…

que no quiero que nos duerma la rutina.

Y nos saque, esa bandida,

toda nuestra posibilidad.

Por ello, te lo anuncio.

Para que estés con el aviso de mi partida.

Y ello haga que no claudiquemos nunca

en esto de aprender a amar.

Un día me iré.

Un día. No te diré cuando.

Pero si puedo decirte que no es hoy, todavía.

Así que, alma mía, apresura el trámite de tu vestido.

Tenemos que ser felices con el mundo por testigo.

Y ya el sol pretende esconderse… y vuelve el frío.

Alcánzame el abrigo.

Vamos a salir a caminar…



Mi corazón estalla por volver a festejar

el aún que hoy nos roza.

Aún no es tarde. Es otra cosa.

Es la franca promesa de un quizás.


Marcela Peralta



viernes, 11 de diciembre de 2015

Despojados




No hay desnudo más bello

que aquel en que van cayendo

los miedos, uno a uno.

Los despojos del ayer.

Los prejuicios. Los mandatos.

Las dudas sin sentido.

Y el sentido común.

No hay desnudo más bello aún

que aquel que nos libera de ser presos

de nosotros mismos.

Y deja caer los viejos trapos

de lo que entonces

allá lejos, un día fuimos.



Y luego,

en un luego de tiempos desmedidos,

se desliza al suelo el último juicio.

Y la ropa.


Marcela Peralta



jueves, 10 de diciembre de 2015

Hete aquí





Si te contara de mis miedos, tal vez, me entenderías.

Puede ser que hasta pudieras quererme, quién sabe… todavía.

Si te permitiera entrar más allá de la vitrina en la que me muestro, cada día.

Si me atreviera a más. Si te atrevieras.

Si descubriera ante vos el otro lado del espejo. El otro lado de mi imagen.

Ese que guardo de todos los destellos. Ese que protejo. ¿Por qué?

No lo sé. Quién sabe.

Pero hete aquí un reto para mí. Hete aquí. Frente a mis pies. Y en tu mirada.

Es una vez distinta, ésta que estamos armando.

Porque fíjate que hay algo. Algo intrínseco en nosotros que me hace hablarte así.

Como queriendo descubrirme frente a tus ojos.

Y hace tanto que no pasa. Hace tanto que no alcanza otro, para mi desvestir.

Que estoy pensando seriamente en dejarte.

No dejarte ir. Dejarte entrar en mi escaparate.

En mi salón de ensayos. En mi escondite. En mi espacio.

El que me sabe vulnerable. El que permite lo imposible.

El que me deja sin disfraz. Y sin maquillaje.

Estoy pensando que empiezo a tocar la dicha de dejarte…

Estoy pensando que me ha tocado, una vez más, enamorarme.


Marcela Peralta



miércoles, 9 de diciembre de 2015

Descalza



E iré descalza hasta tu encuentro.

Libre de ataduras, de supuestos.

Sin rasgar ninguna vestidura

y abrazando sólo el deseo.

Llevaré conmigo este sueño

que cabalgó mis noches del ayer…

y hoy reposa conmigo

en las tardes de un otoño

que no quiere verme envejecer.

Iré descalza y sin prisa.

Segura de tener como premisa

solamente… ser feliz.


Marcela Peralta



martes, 8 de diciembre de 2015

Conocerme




Cuando me quieras, hazlo a tu manera. No a la mía.

No dejes que mis ansias te transformen ni un poco.

Sé puro. Sé contundente. Siembra mi asombro.

Confunde mis sentidos con tu esmero. Y déjame conocerme,

a través de lo que sientes. Déjame alcanzarme, en ello

que en ti provoco. Déjame descubrirme, poco a poco,

sabiendo que estoy naciendo a mí misma.

A esa mujer que anima a otro ser a amarme.

A quien admira a su amante, tanto… como para pedirle,

casi rogarle… que cuando me quiera, lo haga a su manera.

Jamás, a la mía.


Marcela Peralta



lunes, 7 de diciembre de 2015

Confesión




Voy a confesar que nunca fui libre.

Que después de haberte encontrado,

todo espacio quedó impregnado

de la necesidad que de ti tengo.

Que cada noche, viajas conmigo hasta el sendero

en que me pierdo

cuando mis ojos se duermen, buscándote.

Y cada día, despierto en la ansiedad y la osadía,

de lanzarme a las letras que hace tiempo, te trajeron.

Sólo para volver a leerlas.

Y encontrarte, en ellas.

Voy a confesar que me fui perdiendo

y más de un crimen he cometido.

Comencé matando a mi egoísmo.

Ese que me mantenía a la defensa de ti,

que me hacías feliz.

Lo arruiné a golpes de esperanza.

Por alcanzar la brasa

que ponía calor a mis madrugadas.

Seguí por mi mañana.

Dejé de interesarme en él, sólo para vivir el hoy.

A la espera de una nota cualquiera,

que me hablara de amor.

Terminé con la arrogancia de mi presencia.

Dándome cuenta que la urgencia

era mi única cómplice, necesaria.

Esa, que sabiendo de tu ausencia, te traía igual…

imaginaria.

Y me permitía sospecharte en una sonrisa, al hallarme.

En un dejo de simpatía, al escribir una palabra.

Ella, me hablaba de ahora y borraba las nostalgias.

Ella, sostenía la prisa, que me era necesaria…

y el ruego de mi plegaria:

cruzarte.

Compartir camino, aún sin conocerte.

Construir la magia… y alcanzarte.

Debo confesar…

que tu nombre me hace falta.


Marcela Peralta



domingo, 6 de diciembre de 2015