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domingo, 28 de septiembre de 2014

Buscando tu oasis




Por toda luz, por toda guía,

las limpias estrellas de amor

que hay en la noche de tus ojos.

Duna a duna, beso a beso,

en busca del oasis del gemido,

con la caravana de mis dedos

atravesaré el desierto ardiente

de tu cuerpo de mar y de arena

abierto a los vientos del sur.

Y allí, entre palmeras de besos,

me quedaré a morir gozando

esa mágica noche y mil más...



Miguel Fernández de Córdoba


sábado, 27 de septiembre de 2014

Amor despacio





La noche

te vestirá de negro

con su fulgor sagrado;

el sol

querrá dorarte a fuego,

de tu alma enamorado;

la brisa

te cubrirá de besos,

mimosa en su cuidado;

La niebla

te contará el secreto

que guardo ilusionado;

y yo,

rayo de niebla hirviendo,

como la brisa, alado,

sea noche o sol ardiendo,

te haré el amor despacio...



Miguel Fernández de Córdoba


viernes, 26 de septiembre de 2014

Ámame sin billete de vuelta




Ámame

sin billete de vuelta,

sin silla de montar

sin trampa ni cartón,

sin parabrisas en la lluvia,

sin mascarilla de oxígeno,

sin confianza en el futuro,

sin nudo en el estómago,

sin carnet de vivir,

sin vergüenza ninguna,

sin remedio conocido,

sin pelos en la lengua,

sin pérdida de tiempo,

sin remisión,

sin medida.



Miguel Fernández de Córdoba






jueves, 25 de septiembre de 2014

Entrelazados




Al borde del acantilado

la vista de nuestro amor

de mar y de fuego

es espléndida.

Este será nuestro altar.

Aquí grabaremos,

entrelazados,

nuestros nombres

en la piedra.

Y una ola de caricias

nos golpeará

y elevará hacia el cielo

su torrente de espuma

de mar batida y abatida.



Miguel Fernández de Córdoba


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Comedor de amaneceres




Adiós, viejo imposible deseo:

ya no quiero ser poeta.

Ahora dedicaré

los sudores de mi alma

al noble oficio

de comedor de amaneceres.

Seré mi propio espectador;

me convertiré en sacerdote

de los Adoradores del Ego.

Escalaré madrugadas para,

desde la cima,

poder ver lo que nadie

nunca antes ha visto:

como se deshojan, marchitas

las flores, del mal

y del bien.

Y cuando cansado

me llegue el olvido

entonces sí

cantaré la misteriosa canción

de la nada.



Miguel Fernández de Córdoba


martes, 23 de septiembre de 2014

A pecho descubierto




Universo de mi placer,

mujer real, tantas veces soñada:

En ingrávido vuelo desciendo

hacia el centro de tu alma.

Por todo horizonte, tu carmín,

por todo norte, otro carmín encendido,

estrella polar que palpita, anhelante,

esperando que llegue su aurora.

¡Aguarda, aguarda!

que el temblor no es de inquietud,

¡es la pasión quien mueve la hoja!

Déjame, que me detenga en tu playa

a recoger caracolas de suspiros.

Llevo un destino: el placer de la marea

que todo lo arrasa.

Aquí no hay trincheras,

a pecho descubierto voy,

luchando cuerpo a cuerpo,

palmo a palmo,

beso por beso, caricia por caricia,

en ardiente batalla tuya y mía

siempre ganada por los dos bandos.



Miguel Fernández de Córdoba


lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Por qué?





El viento mueve las cortinas

y en su trasluz bailan

los contornos huidizos de tu cara.

Una melodía en la calle,

desierta como yo,

habla con tu misma cadencia.

La almohada retiene

un perfume que nunca tuvo:

el olor de tu recuerdo.

Yo en la boca aun conservo

el sabor del beso

que no nos dimos.

Un frío negro y viscoso me acecha,

afila sus largas uñas

agazapado en la soledad…

El reloj, inexorable, nos aleja.

¿Por qué no se detuvo

en aquel preciso momento…?

No estoy loco –le digo a mi ego-

solo imagino cosas.



Miguel Fernández de Córdoba


domingo, 21 de septiembre de 2014