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domingo, 26 de junio de 2016

El mar se tragó una porción de tierra





Aquella noche que el mar

se tragó una porción de tierra,

la sombra del reo

se balanceaba enrejada

con su ropa.

Ni las drogas, ni la enfermedad

sirvieron de diccionarios

cuando el teléfono

interrumpió el silencio con su desenlace: Quien recorre el yermo,

su recompensa – su castigo – es el polvo.

Los descendientes de la Tierra

enmudecieron.

Los ojos de las madres y hermanas doblaron

aquella noche que el mar

se tragó una porción de tierra.

No hubo que preguntar por quién.

La mañana se cubrió con manto oscuro;

las mujeres sus rostros con las manos

para soportar el dolor de la entraña y la sangre.

Madre gastó sus palabras suaves

en un ramo de flores,

y la séptima parte de su alma destrozada.

Incluso yo, que creía ser una isla,

completo en mí mismo,

sentí crecer la marea, resquebrajarse el continente.

Ahora soy un archipiélago

en el piélago de mi madre:

Trémulo y ceniciento

desde aquella noche que el mar

se tragó una porción de tierra. 


Adrián Flor







sábado, 25 de junio de 2016

Poema XII ( Compañero de viaje)



Tengo veinticinco años

y carezco de sentido.

Sin embargo, comprender esto

permite dotar a la vida de narrativa,

a la vida de forma y fondo;

rodearnos de metáforas y símbolos:

Como que las estrellas

brillan sobre nosotros,

sobre tu cabeza y la mía,

como que no son una imagen,

como que no son un recuerdo

de lo que alguna vez fueron,

hace millones de años;

como que susurrarnos al oído

esta nana reconfortante

nos permite soñar despiertos

hasta cerrar los ojos.

Tengo veinticinco años

y he comprendido que todo significado

tiene algo de ingenuo,

algo de ficción. 


Adrián Flor







viernes, 24 de junio de 2016

Poema VI ( Compañero de viaje)



Una parte de mí aún sueña

que todo ha sido un ensayo,

que en la hora más oscura,

aparecerá el director de escena

corrigiendo a los actores:

Tú, yo, nosotros

nos maquillaremos las heridas,

nos taparemos boca y ojos.

Me darás la entrada

y vuelta a empezar,

esta vez sin errores. No hay tal cosa en la vida

como ser luz y sombra

como mantener la farsa funcionando. 


Adrián Flor







jueves, 23 de junio de 2016

Poema IV ( Compañero de viaje)



Hay animales que son indomables.

Como el mar,

no hay copa que lo contenga;

Como la raíz,

nada se opone a su paso;

Como las bestias,

sólo puedes amarlas libres

o acabarán contigo.

Nadie me enseñó esto

y ahora soy un ave del ala herida.

Cualquier día me pondrán en una jaula.


Adrián Flor



miércoles, 22 de junio de 2016

Poema XV de Autobusario



Si alguna vez susurras un nombre,

sin sonrisa que te responda;

Si alguna vez flaqueas y caes,

sin mano que te levante;

Si alguna vez las palabras necias

superan a los oídos sordos,

o la pena llama a tu puerta

sin un hombro amigo en que apoyarse;

Si alguna vez una fotografía

no te devuelve aquel momento;

o piensas que tiempos pasados fueron mejores

que los senderos son marañas que se bifurcan.



Si alguna vez alcanzas ese horizonte y clamas

-¿Por qué no duró más?- sobre tus rodillas;

aquí tienes una sonrisa que te responda,

una mano que te levante;

Yo ahuyentaré las palabras necias,

alejaré la pena de tu puerta.

En mí hallarás un hombro amigo.

Vuelve la vista al pasado,

no hay nada que se repita en la Tierra.

Así ha de ser:

Único y perfecto en la brevedad del recuerdo.


Adrián Flor



martes, 21 de junio de 2016

Acto final



¡Adelante, adelante!
Aquí todos tenemos cabida.

Perdedores y cómplices
del menor espectáculo del mundo,
cojan asiento,
un buen asiento.

Suena a grandioso final,
acto de cierre
o comienzo de algo.
Dejen sus preocupaciones
fuera de la farsa.

Ha quemado con su giro
casi todas las etapas.
Quedan atrás
plata, bronce y hierro.
Arden a lo lejos
los bosques, los pilares,
el centro. 

Pronto arderán los libros,
pronto arderán los datos;
cuando la gran marea
desmorone todo en todas partes.

Ya sólo queda imaginar
qué será lo próximo que arda,
qué etapa quemará el mundo con su giro;
guardar silencio y brindar
por todo lo olvidado.


Adrián Flor



lunes, 20 de junio de 2016

Nido de gusanos



Dejadles.

Ya vienen. Ya crecen dentro de mí.

Ha llegado la hora de

pagar mis deudas:

todo amor dado,

todo amor recibido.

No os preocupéis.

Abridles.

Abridles ya las puertas.

Dejadles

que devoren mi templo,

que arrasen con este pecho de limo,

con este vientre de fango.

Dejadles

a los seres vermiformes

que sean la plaga que anegue mi cuerpo.

Dadle al insecto

Lo que es del insecto.

Dejadles,

ya es tarde,

Sabía desde el principio

el precio de nuestro pacto.

No os preocupéis.

Ya vienen. Ya crecen dentro de mí.

Ahora mi cabeza es:

liquen y musgo;

Mi corazón,

el corazón de hombres y mujeres

que quisieron gobernar

todo aquello indomable,

es un nido de gusanos.


Adrián Flor



domingo, 19 de junio de 2016