Tengo el norte perdido por tu boca
y arde la locura en nuestros cuerpos,
encendidos en tu cuenca
y dibujados entre nuestras piernas,
temblorosas en nuestra danza
acopladas, mientras mis pechos rebosan
entre tu boca hambrienta
a la pócima de tu desenfreno
conjugando el néctar de tus sorbos,
entre los poros de tu sabia
arrastro mis manos a tu sed
y la sacio recorriendo tu universo, entonces
mar adentro me pierdo,
nos deleitamos entre los sollozos
emitidos en el acordeón de tu grito,
en la PETIT MORTEN.
Irma Ariola Medina