Mostrando entradas con la etiqueta Dolors Lluy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dolors Lluy. Mostrar todas las entradas

domingo, 2 de febrero de 2014

Los martes




Te dejas caer (de paso) sobre mi cuerpo,

generalmente los martes,

cuando nos encontramos por algún escenario

o en cualquier esquina.

Hasta pareciera que te alegra verme

y yo me dejo engañar porque te quiero.


Deberíamos dejar de coincidir,

para empezar a concertarnos.

No comprendes amor mío lo insoportable,

que me resultan los miércoles.



Dolors Lluy

sábado, 1 de febrero de 2014

Caos




Nos encontramos después

de sobrevivir a nuestro propio ataque.

Mis ojos se proyectaron en tu nuca

con la intensidad de una bomba nuclear.


Su onda expansiva recorrió tu espalda,

la curva de los hombros,

tus manos sujetando la cara

¡¡Tus manos!!

Esas manos que desataron mi pequeña muerte,

hasta alcanzar el cataclismo final.

Reacción en cadena de lo inevitable.


Y ahora. A salvo en mi refugio,

en el bunker de las palabras,

solamente puedo defenderme,

bombardeándote a poemas.



Dolors Lluy



viernes, 31 de enero de 2014

Inevitable




Existen cosas inevitables:


Las cuatro fases lunares

Que después de la primavera llega el otoño.

La sirena del colegio que suena a las nueve.

Que tras el relámpago se escuche el trueno.

Contagiarse los bostezos.

Cerrar los ojos cuando se da un beso.


Y quererte.


No es que sea fácil quererte.

Es que es inevitable.



Dolors Lluy

jueves, 30 de enero de 2014

Mis lunares cayeron sobre tu cama




Mis lunares cayeron sobre tu cama

como una lluvia de meteoritos.

Lluvia moteada sobre tu atmósfera

de lienzos rojos.

Quedaron pegados en el dorso de tus manos,

en tus labios, en tu sexo.

Siguen ahí.

Traslúcidos. Sobre tu piel.



Dolors Lluy






miércoles, 29 de enero de 2014

Envolvemos los recuerdos




Envolvemos los recuerdos

en papel de periódico.

Lo más frágil en plástico de burbujas.

Unos pocos muebles, ya viejos,

cubiertos con mantas, igualmente viejas.

Toda una vida cabe

en una docena de cajas.


En toda mudanza siempre

se quiebra algo;

un vaso,

o la voz,

en el momento de la despedida.


En el fregadero se apilan los platos sucios

y mis libros continúan en la estantería.

Yo sigo aquí.

Yo no me he ido,

ni el trueno de la burbuja que explota.



Dolors Lluy

martes, 28 de enero de 2014

Café Neruda




¿Qué culpa tendrá Neruda,

que hayan abierto un café con su nombre?


Me gustaba ese lugar

algo destartalado igual que tú,

pero acogedor como tu cuerpo.

¿Adónde irán mis pasos ahora?

¿En qué barra repiquetearán tus dedos?


¿Qué culpa tendrá Neruda,

que esté clausurado para nosotros?

Tenemos prohibida la entrada

para no despertar la memoria.


¡¡Qué culpa tendrá Neruda

que me sigan gustando sus versos,

aunque su firma

sea un disparo en la frente!!



Dolors Lluy

lunes, 27 de enero de 2014

Mientras tú sobrevolabas




Mientras tú sobrevolabas

por encima de mi cabeza,

como un pájaro de mal agüero,

me escondí en el supermercado.


Se agotó el tiempo en el reloj de arena

mientras lleno el carro de la compra.


El subconsciente me traiciona,

y compro una barra más de pan

porque se que te gusta,

aunque se ponga dura, porque no te la comas.



Dolors Lluy

domingo, 26 de enero de 2014