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domingo, 10 de junio de 2012

TIERRA



No me preguntes, tierra,
por qué te llamo.

No te extrañes
si a ti me inclino,
si mi inercia
a ti me lleva.

Si sabes, tierra, que
dentro, en ti muy dentro
nacen las flores
y viven
las madres muertas.



Reyes Guillén


sábado, 9 de junio de 2012

[Un día se precipitó el tiempo]




A Pilar Garcés y a la memoria de Pedro


Un día se precipitó el tiempo
y en la noche gritó el alba
y gritaron luego
todos los amaneceres juntos,
cuando se desprendió la tierra
y se estremeció el estruendo.

Y Pilar, frente a ese abismo,
temblando,
recogió su aliento muerto.

Siempre la recordaré allí,
asomada a su asombro.



Reyes Guillén


viernes, 8 de junio de 2012

MI CASA ES



Mi casa es, a veces
circular como un panteón
y en mitad de la noche
su silencio denso
me despierta
para recordarme
que duermo sola
y que vivo sola,
sola con mis muertos.

Mi casa,
circular a veces,
silenciosa siempre.



Reyes Guillén


jueves, 7 de junio de 2012

EL ARMARIO



Tengo el armario lleno de tristezas:
viejas tristezas, tristezas usadas,
alguna tristeza pasada de moda
y últimas tendencias en tristeza.

Tengo un fondo de armario lleno de dolor:
dolores apolillados, dolores muy llevados,
pero también algún dolor de usar y tirar.

Cuando alguien me coge de la mano
le cuento lo que tengo,
mucho frío y un poco de dolor.

Pero cuando alguien me coge de la mano
y me mira a los ojos,

entonces

le cuento lo que tengo.




Reyes Guillén


miércoles, 6 de junio de 2012

UNA PREGUNTA



Una pregunta mojada ensucia el aire:
¿adónde van los que dejan el barco,
qué aguas los recogen?

Tangencialmente el tiempo me resuelve.



Reyes Guillén


martes, 5 de junio de 2012

MI BISABUELA




Mi bisabuela se cortó las venas,
desde entonces
los sangrados y los cuchillos
se suceden por nuestros genes:
hemorragias, leucemias...

En mi familia
las tristezas son los ríos
que van a dar al acero,
silencio que apaga el llanto.

Mar que todo consuela.



Reyes Guillén


lunes, 4 de junio de 2012

EFÍMERO MASCULINO




Recorren largas distancias,
largas charlas en los bares
para no ser distancia.

Esperan toda la noche
en busca de la más perfecta
y remota madrugada.

Corren a gran velocidad
lo noto en sus ojos, desorbitados
y en la locura de su mirada, frenética.
Ansían llegar
y no ser ellos.

Navegan en ríos de saliva,
se guían por el olfato,
buscan el perfume más intenso
que los pierda.
Quieren tocar fondo.

Se embarcan en los flujos y corrientes
más profundas.
Quieren estallar, estallar y olvidar.

Y estallan
y olvidan
y la mañana los levanta inciertos
desconcertados, extranjeros en su cuerpo.

Y se van, remotos,
más remotos aún que cuando llegaron.

Y recorren largas distancias
en los días, en las noches,
y hay tanta fuga en sus miradas
que se diría que quieren morir lejos,
muy lejos.

Pero no, no es eso,
quieren marchar,
tocar el infinito
y volver.

Y vuelven,
la elipse de su deseo los arroja de nuevo
a esta orilla,
al lado más oscuro de la noche.

Traen un extraño temblor entre sus manos
y un terror renovado en sus miradas.
No entiendo su espanto enfurecido,

cuando me miran y no se acercan.
cuando me miran y se van.

Una vez más
la inefable voracidad de la mecánica celeste
los arranca de mi lado.

Se deben a sus órbitas fijas.




Reyes Guillén


domingo, 3 de junio de 2012