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domingo, 17 de abril de 2011
DOMINGO
Todo el mundo ríe y canta y baila
yo escribo sobre gente que ríe y canta y baila
yo no me siento feliz, en absoluto
no estoy peor ni mejor que hace diez minutos
no estoy peor ni mejor que hace diez años,
no me siento feliz en absoluto.
A veces telefonear a mis ex-novias
preguntando entre sollozos que me llevó a perderlas
y que contesten que fui yo quién las dejó
me ayuda un poco con esta espera.
Escribo cosas sobre gente que ríe y canta y baila
todos lo hacen, la gente ríe y canta y baila.
David Yáñez
sábado, 16 de abril de 2011
SÁBADO
Desde esta orilla no se ve el mar.
Nunca se ve el mar,
por las puertas entreabiertas
de esta casa que olvidó
lo que yo aprendí ventanas adentro,
estas noches encerradas en botellas
como genios maravillosos que no son mis amigos
hacen del pasado de esta casa
un lugar de pies fríos y cuerpos desnudos
que se aman buscándose en la calle
como perros enamorados.
Todos preguntan ¿dónde está David ahora
que todos le buscan gritando por las calles?
Estoy aquí, en mi casa cuartel,
leyendo noticias de ayer en los periódicos,
[los americanos ganaron de nuevo.
Si otra vez nos sentásemos
todos juntos
a escuchar el ruido de la niebla
sobre los hombros desnudos de la cuidad
también estarías tú aquí conmigo,
por todos aquellos que pisan la lluvia
y se pierden bajo la luz eléctrica.
Vendría también mi mujer y su regazo
[ de agua como un nenúfar de sueño y plata,
nuestra pequeña,
nuestra musa para pagar el alquiler
tampoco sería la última;
me gustaría teneros a todos aquí.
Cuando vengan a por mí
espero teneros a todos aquí conmigo,
sé que no todo ha sido bueno,
pero si no, no habría valido la pena.
Y me verán todos, en mi casa cuartel
entre estanterías vacías y libros desordenados,
con mi huracán con nombre de mujer,
brindando por los bombardeos
con una botella y la boca rota,
sin gritos ni preguntas, para qué.
Cuando pronuncien mi nombre
sólo quiero que escuchen
sus palabras.
Mi nombre.
David Yáñez
viernes, 15 de abril de 2011
VIERNES
Escenario: Una habitación poco amueblada,
frente a la ventana un chico
entorna los ojos,
una morena se hace un ovillo en la cama,
por la ventana sólo se ve una pared.
Suena una canción hortera…
-Para una vez que canta el mundo al unísono
no te sabes la canción, hoy no es sábado
sigue siendo viernes, así que aún tienes tiempo
para enfrentarte un poco más al huracán
mientras haces sombras chinas con mi cuerpo.
-En esta casa hubo una vez tanta gente que ahora
no acaba de comprender por qué
contigo no tiemblan las estrellas allá arriba
cuando en silencios que duran toda la noche
las mujeres que se quedan a dormir
despiertan malhumoradas fumando cigarrillos.
(Y una vez más se siente huérfana de madre
esta princesa de ventanas de aluminio y horizonte
[como si fuera un error)
-La amenaza del día se cierne sobre los tejados
mientras tú escribes sobre el colchón en segunda persona
con tus círculos de humo y tu música en inglés.
-Me gustan tus piernas.
(V.O.) debería ser sábado. Nunca es sábado.
David Yáñez
jueves, 14 de abril de 2011
JUEVES
Mirando el jueves
con una sensación huérfana,
le digo a mi reflejo en la ventana:
soy una rock’n’roll star
andando por las vías del tren
[hacia casa.
Mi reflejo me sonríe y dice:
I’m not in love.
Yo sonrío también.
La oscuridad que existe
en el hueco del ascensor
tiene algunos secretos más
que el típico polvo
a las seis de la mañana
y hablar utilizando palabras
[en inglés.
Esta enfermedad del inglés
es siempre lo mismo.
Quizás son sueños
de destrucción masiva
contra el mundo,
cerrar los ojos y
ver más allá de todo
lo que existe.
Decir: “todo
está concentrado
en un solo punto”,
una bala
alojada en el cerebro
desplazándose
irreversible como una mujer
estrellando contra la pared
todo lo que te gusta,
como un dulce,
como un tarro de caramelos. ¿No?
Demasiados trozos de espejo
para intentar reconocerse.
¿Conseguirán matarme?
Son estos pensamientos
rock’n’roll con
palabras desnudas
de toda magia,
es el universo entero
gritando
¿no ves tu nombre
en las paredes?
No voy a cerrar los ojos,
tengo suficientes pastillas
y no puedo ver más
que mi propio cuerpo,
en esta habitación
está amaneciendo o
estoy intentando
escapar a la oscuridad.
En el ascensor
una pareja de chavales
para entre el cuarto y el quinto,
creo que mi historia
no está lista
para darle final.
Bajaré por las escaleras.
David Yáñez
miércoles, 13 de abril de 2011
MIÉRCOLES
¡Oh Capitán, mi Capitán!
(Walt Whitman)
(Walt Whitman)
Este miércoles,
como el quizá de una mujer desnuda
es el único autor de tus poemas,
tú, bueno, los pasas a máquina e intentas
[venderlos;
pero no te mientas
eso de que tendrás que arrancártelos a la fuerza
utilizando toda la sangre disponible
como aquel oso de trapo que se dejó tuerto
para no jugar nunca más con la niñita rubia
es para los que hacen ángeles de nieve,
tú no vales tanto
sin ella desnuda.
En esta guerra mundial contra la inmensidad
y el vacío mirándose directamente a los ojos
los disparos son de contado, no pienso salir
de la cama.
Otra noche más creyéndome el capitán del navío
trazaré nuevo rumbo suponiendo cómo era
el mar, sí, el mar
antes de dormir entre sus piernas.
¿Qué escribiré en esta hoja
[cuando baje la marea?
Quizá algo como:
¡Oh Capitán, mi capitán!
¡Oh capitán, mi capitán!
Te dirá esta noche una mujer, después
te hará el amor, y será ella, sólo ella
el autor de tus poemas,
tú, bueno, escribes a máquina.
David Yáñez
martes, 12 de abril de 2011
MARTES
Martes otra vez, o ya no me acuerdo
y si es miércoles o jueves o vino
la semana santa y es día de cenizas,
o si es quizá que olvidé mi nombre
al otro lado de la ciudad,
o fue por carreteras mal asfaltadas
a esas horas de la noche donde es difícil
conducirse directamente a casa
sin contemplar al creador entre los taxis
o amantes en las aceras entre los cientos
de rostros que aparecen y desaparecen
como fotocopias más reales que las visiones
del loco Easy Rider del desierto.
Estoy perdido
y no sé si podré seguir estando perdido
ahora que el aire sopla endemoniado
[en todas direcciones.
David Yáñez
lunes, 11 de abril de 2011
LUNES
Lunes encogiendo las piernas
bajo las sábanas.
Ha muerto un hombre.
Se acostó siendo un tipo corriente,
y hoy se ha levantado siendo otra cosa,
una persona muy diferente,
como los autobuses urbanos
en domingo.
Los de siempre le ganaron
[de nuevo,
limpiamente.
Decidió borrarse,
ya lo había estado pensando,
pero nunca antes tuvo el valor.
Hablo de un año entero
golpeando como un hombre
y amando como una mujer,
mirando a cada paso dónde poner
[el siguiente pie,
y nunca encontrar a la estrella
en el backstage.
Después de aquel invierno
tras las ventanas
el horizonte era su mejor opción.
Lo último que escuché de él
es que terminó como las cartas
[sin remite.
Sus tres grandes palabras
se perdieron.
Dirección equivocada.
David Yáñez
domingo, 10 de abril de 2011
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