Pero a veces escondida y minúscula
observas te introduces
en esos labios y en esos pies llagados
que bien podrían llegar a ser los tuyos
Y entonces tu dolor se apacigua
y se olvida de ti
Y cuando todo parece ya extinguirse
a pesar del ahínco de tus ojos y manos
de pronto te sorprende un mínimo destello
Una puerta levemente entornada
que te invita
al rumor de sus goznes abriéndose
De nuevo a descalzarte y a beber en su cuenco
Y entonces la vida tan insignificante
su sin sentido llama a tu corazón
y tú lo escuchas:
y vuelves como a un adolescente
a ofrecerle y a darte otra oportunidad
Goya Gutiérrez
domingo, 27 de noviembre de 2011
DE SU REVELACIÓN (Fragmento) XIV
sábado, 26 de noviembre de 2011
DE SU REVELACIÓN (Fragmento) XIII
Sabes que no puedes decir
todo lo que quisieras
pues larga es la injusticia
como ancha es la opulencia
y la vida cautiva seca tensa
sobre la que aún hoy
sin quererlo crecemos
Y temes pronunciar palabras
que lleven a tus versos a exiliarse
de su propia belleza ante otros ojos
Pero desde ella reivindicas
la libertad y sabes
del peso del silencio
y la complicidad
De mirar ver volver
a formar parte de la rueda
a no poder desentrañar
el espejismo de todas las edades:
lo incierto de estar y la certeza de ser
grano de polvo cambiante de una estrella
en el ilimitado ser del Universo
Goya Gutiérrez
viernes, 25 de noviembre de 2011
DE SU REVELACIÓN (Fragmento) XII
Y en tiempos de sequía la poeta
a regiones cultivables vuela
como la alondra
Haciendo de lo inhóspito su casa
Intentando refugiarse en el tiempo
que huye del bullicio del tiempo
ruidoso de lo célebre
Como el ave fénix
recicla sus cenizas exprimiendo
un zumo que transgreda sus membranas
que llegue al corazón de su cerebro
Porque sabe que el éxito es efímero
que el verde del laurel rápido muda
aposentado en la corona:
que detrás está siempre la única certeza
en la última puerta allí esperando
Goya Gutiérrez
jueves, 24 de noviembre de 2011
DE PARADA Y DESTINO IMPREVISIBLE
Hay trenes como flechas traspasando mi ensueño
Oigo en la lejanía su aullido dilatado en el aire
en medio de la noche
Y todos sus vagones semejan componentes
de esa vieja manada de los antiguos lobos
Atravesando el furor de los hombres
Viajando así en su huida
hacia estepas que quieran albergarlos
Son trenes que no paran ni detienen su curso
en nuestras estaciones de paso cotidianas
Temen perder el rumbo y la velocidad
de su galope al ritmo de una brújula
dirigiendo sus pies fijando su destino
Veo el rumor de su despedida expandirse
Alejarse de la inmediatez de este silencio
de sonido vacío
como el foso que vela ésa tu otra existencia
Hay trenes alados que circundan mi calle
Aves de vuelo gris amaneciendo
que esperan arrancar como ayer
la noche de tus ojos
Su graznido ya no parece huir
Ves cómo se detiene y se aposenta
en raíles de un hierro
que si escuchas en él oirás aún las grietas
y el sabor residual de viajes oxidados
Sobre ellos ha crecido este ofidio
de nuestras cercanías
que pretende engullir tantas manos y pies
ovillados aún bajo su manta en sus asientos:
Hacia el aire expoliado de alas de la gran urbe
Hacia el nido gigante donde reina
un grito más duro y compacto que la roca:
cemento armado gris llenando la calvicie del día
al olvidar la oscuridad que acoge resonancias
De voces y de espacios
O raíles uniendo los fragmentos de túneles
que en mi insomnio estacionan
para que te alces al vagón de otro vuelo
Goya Gutiérrez
miércoles, 23 de noviembre de 2011
ESPUMA ESPUMA
Homenaje a la poeta y al poeta suicidas.
"Y ahora soy
espuma de trigo, resplandor de mares"
Sylvia Plath
Tragarse el mar respirar agua azul
limpiar con su sal los pulmones enfermos
de ese alquitrán del tedio que atrapa a algunos
seres que se escriben y pactan con la muerte
Y has de estar en el mismo saliente
de piedra en la misma grieta
del cristal para comprenderlo
pero dejan su estela enrojecida
sólo para los otros
para muchas de ellas de ellos no hay tragedia
sólo hay ese deseo de cortar la última
hebra
salir de la jaula del mundo
sólo el pulso final el instante febril
de desenmascararla de mirarle a los ojos
sólo querer ser un mar silente
las olas
cercenando las púas de la angustia
entregando la raíz de la voz
a la gruta de las palabras
sólo ser píldora enrocada del reposo
disolver la conciencia
inundar la memoria ser nada
espuma espuma
Goya Gutiérrez
martes, 22 de noviembre de 2011
CIUDAD DE LOS AMANTES
entre las diagonales de su cuerpo
mis pasos indecisos te buscaban,
huyendo de esos túneles inmensos
que engullen el metal
de los atardeceres,
y traspasan como agujeros negros
la ciudad y sus sueños las espumas,
aleteaban crepúsculos del último
verano
archipiélago en la arena
de sus brazos,
se presentaba octubre vestido
de promesas,
noviembre cobijaba el temblor
de caderas aún frescas
que ya diciembre helaba,
y sus noches violetas derramaban
esperas
paseábamos las horas de ida y vuelta
hacia aquellas afueras
de ciudad,
donde los arrabales
tiñen con su cemento
el humo engendrado de las fábricas,
y motores impúdicos violan
silencios
de jóvenes amándose en parcelas
sin dueño,
ya ascienden por los muros buganvillas,
colorean el aire presagian primaveras,
presencian las ágiles piernas decididas
de la mujer hacia una cita a ciegas,
¿y adónde estabas tú cuando el amor
empuja desde el mar como un útero?
allí, junto a la brasa de despierta
luna, el cálido remanso de tus ojos,
el agua de tus brazos
regresando
mi cuerpo hacia otros túneles
de océanos de mares y desiertos,
aquí, dentro de nuestros pechos
que agolpaban las noches y los días
destejiendo,
para al fin encontrar
la hebra de seda
que el amor escondía en sus dominios.
Goya Gutiérrez
lunes, 21 de noviembre de 2011
Cómo alimentará cada mañana
Cómo alimentará cada mañana
de respuestas su boca,
si sabedora del más hermoso paisaje
ofrecido a sus ojos y a sus manos,
no le otorga su incondicional entrega,
si deja que caigan verdes y arrojadizos
días parpadeantes y caricias
de niño encerradas
en su cartera verdiazul,
y como si el tiempo fuera eterno,
entretiene las horas en inútiles
bagatelas necesarias
para qué causa.
Cómo podrá ofrecer
en algún lugar-momento
aquello para los suyos
que debería ya ser cuenco,
hogaza tierna, metal forjado.
Qué hará con ese objeto
Que nos secciona
la voluntad en islas
sin poder apresarlo.
Goya Gutiérrez