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domingo, 13 de diciembre de 2009

Viaje a Ítaca




Cuando emprendas el viaje hacia Itaca
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
A los Lestrigones, a los Cíclopes
o al fiero Poseidón, nunca temas.
No encontrarás trabas en el camino
si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita
la emoción que toca el espíritu y el cuerpo.
Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,
ni al feroz Poseidón has de encontrar,
si no los llevas dentro del corazón,
si no los pone ante ti tu corazón.



Ruega que sea largo el camino.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -
entres en puertos nunca antes vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finas mercancías
madreperla y coral, ámbar y ébano,
y voluptuosos perfumes de todo tipo,
tantos perfumes voluptuosos como puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
para que aprendas y aprendas de los sabios.



Siempre en la mente has de tener a Itaca.
Llegar allá es tu destino.
Pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que ya viejo llegues a la isla,
rico de todo lo que hayas guardado en el camino
sin esperar que Itaca te de riquezas.
Itaca te ha dado el bello viaje.
Sin ella no habrías aprendido el camino.
No tiene otra cosa que darte ya.



Y si la encuentras pobre, Itaca no te ha engañado
sabio como te has vuelto con tantas experiencias,
habrás comprendido lo que significan las Itacas.



K.Kavafis


sábado, 12 de diciembre de 2009

Era pobre y sórdida la alcoba....




Era pobre y sórdida la alcoba,
escondida encima de la equívoca taberna.
Desde la ventana se veía el callejón
sucio y estrecho. De abajo
subían las voces de unos obreros
que jugando a las cartas mataban el tiempo.
Y allí, en una cama mísera y vulgar
poseí el cuerpo del amor, poseí los labios
sensuales e sonrosados por el vino -
sonrosados de tanto vino que incluso ahora,
cuando escribo, después de tantos años,
en mi casa solitaria, vuelvo a embriagarme.



K.Kavafis


viernes, 11 de diciembre de 2009

Así



En esta fotografía obscena
vendida (a escondida de miradas) en la calle,
en esta fotografía pornográfica
cómo puede haber una cara tan
maravillosa como la tuya.
Quien sabe la vida fatal, sórdida, que harás;
en qué cruel ambiente
te habrás hecho esa fotografía;
qué espíritu tan vulgar el tuyo.
Mas pese a todo permanece, aún vive en mí aquella cara
maravillosa, esa figura
hecha y ofrecida para el placer griego
-así permaneces para mí y así te canto.



K.Kavafis



jueves, 10 de diciembre de 2009

Si de mi amor no puedo hablar



Si de mi amor no puedo hablar
-hablar de tus cabellos, de tus labios, de tus ojos -,
sin embargo tu rostro que llevo dentro de mi alma,
el sonido de tu voz en mi cabeza,
los días de febrero en que desperté de mi sueño,
hechos uno con mis palabras, están y dan color
a cada tema que afronto o a cada idea que expreso.



K.Kavafis


miércoles, 9 de diciembre de 2009

Aunque sea con engaños



Aunque sea con engaños, que me ilusione ahora:
pero que no sienta el vacío de mi vida.
Ha estado tan cerca tantas veces.
Mas cómo me paralizaba, cómo me intimidé;
cerrada permaneció mi boca;
llorando dentro de mí el alma vacía,
hundidos en el duelo mis deseos.
Tantas veces estuve tan cerca
de sus ojos, y de sus labios amorosos,
del soñado, del amado cuerpo.
Tantas veces estuve tan cerca.



K.Kavafis


martes, 8 de diciembre de 2009

Al atardecer



De cualquier forma aquellas cosas no hubieran durado mucho.
La experiencia
de los años así lo enseña. Mas qué bruscamente
todo cambió.
Corta fue la hermosa vida.
Pero qué poderosos perfumes,
en qué lechos espléndidos caímos,
a qué placeres dimos nuestros cuerpos.
Un eco de aquellos días de placer,
un eco de aquellos días volvió a mí,
las cenizas del fuego de nuestra juventud;
en mis manos cogí de nuevo la carta,
y leí y volví a leer hasta que se desvaneció la luz.
Y melancólicamente salí al balcón -
salí para distraer mis pensamientos mirando
un poco la ciudad que amo,
un poco del bullicio de sus calles y sus tiendas.




K.Kavafis


lunes, 7 de diciembre de 2009

El olvido




Encerradas en un invernadero,
bajo el cristal, las flores olvidan
que la luz del sol existe
y cómo temblaban bajo el rocío.



K.Kavafis


domingo, 6 de diciembre de 2009

martes, 11 de noviembre de 2008

VUELVE



Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, vuelve y tómame -
cuando del cuerpo la memoria se despierta,
y un antiguo deseo vuelve a pasar por la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
y las manos sienten como que tocan otra vez.
Vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...


Kostantinos Kavafis



domingo, 19 de octubre de 2008

Ítaca



POEMA


Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Posidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ellas, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.


Kostantinos Kavafis