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domingo, 5 de octubre de 2014

UNA PEQUEÑA Y TRISTE HISTORIA




En la habitación de un hotel

de las afueras,

en silencio,

sobre la cama

cada vez más fría, más ajena,

dos amantes

–para evitar mirarse– miran

al techo.

Les ha pasado lo peor, y lo saben:

no les ha pasado nada

nuevo.




Karmelo Iribarren


sábado, 4 de octubre de 2014

LOS SUEÑOS




Lo fueron todo

y ya los ves

ahora,

abatidos por los días

iguales,

como pasquines en los charcos.


Vivir

se reduce

a esquivarlos.




Karmelo Iribarren


viernes, 3 de octubre de 2014

MEJOR ASÏ




                         Para Garbiñe y Marcial




Por supuesto

que hay un montón de cosas

que no te he dicho todavía.

Qué esperabas.

Si te lo dijese todo de golpe,

en un ataque freudiano de sinceridad,

no sólo no me creerías nada

sino que además empezarías a mirarme

como a un tipo

seriamente peligroso.

Mejor así. Mejor

que sigas pensando

que tengo mucha vida interior

y que te aguardan

momentos irrepetibles.




Karmelo Iribarren

jueves, 2 de octubre de 2014

INGENUO




Creí que, como el mar

una noche de verano, tu sonrisa

me invitaba a sumergirme

(únicamente

a mí)

en tus aguas

profundas.


Pero salió la luna

y vi la playa llena

de exhaustos nadadores.




Karmelo Iribarren


miércoles, 1 de octubre de 2014

LOS DEDOS




Qué delicia los dedos

cuando, más allá de la razón, libres,

adquieren vida propia

y se aventuran por donde más les gusta... 


Nadie diría viéndolos

que son capaces de tanto.

Y la memoria que tienen.

Pequeños cicerones

a los que seguir

por el salvaje territorio de la dulzura.




Karmelo Iribarren


martes, 30 de septiembre de 2014

COMO EN LA VIDA




Todo puede suceder

en un poema:

lo cotidiano, sí,

pero también lo deslumbrante,

e incluso

ambas cosas

a la vez

-como en este, ahora

que empiezas a desnudarte…




Karmelo Iribarren

lunes, 29 de septiembre de 2014

LOS DÍAS NORMALES



                                      

                                             Para Vicente Llorente




Llegan

y se van sin hacer ruido

–como buenos

clientes–,

luego el tiempo

los confunde en la memoria,

y ya ni sabes

si aquel lunes era jueves

o al revés.


Que no te engañen,

no son tan poca cosa

como parecen:

suelen poder

con el amor.



Karmelo Iribarren

domingo, 28 de septiembre de 2014